¿Qué tiene que pasar para que la universidad retome la presencialidad?

Hace un año y medio que los universitarios no pisan la facultad y, a diferencia de otros sectores educativos, nunca hubo siquiera un amague de volver a la presencialidad. Solo un atisbo de volver a tener algunas clases presenciales de las materias prácticas más importantes, pero esto fue muy reducido y duró pocas semanas. La actividad experimental en la Universidad de la República fue prácticamente nula en la mayoría de las etapas de la pandemia y en las privadas se extendió un poco más, aunque las autoridades coinciden en que ocurrió con muchas limitaciones.

En el caso de la Universidad de la República, el rector, Rodrigo Arim, afirmó que habrá más espacios de presencialidad en la medida en que Uruguay mejore su estatus en el índice de Harvard. Actualmente, Montevideo –donde están la mayoría de los centros universitarios- marca 29,93 y Uruguay 30,36. Para salir de la zona roja el indicador debe ser menor a 25.

“Vamos a comenzar el segundo semestre muy parecido a lo que estamos hoy”, sentenció Arim consultado por El Observador. “Todavía estamos relativamente alto de casos”, explicó y agregó que la idea es ir incrementando la presencialidad en las actividades de laboratorio y seminarios. “No creo que clase, no estamos en una circunstancia en la que yo pueda afirmar que a fin de año vamos a estar en total normalidad”, complementó. Las definiciones se tomarán en el Consejo Directivo Central durante el mes de julio. 

El rector resaltó que los casos siguen “relativamente altos”, pero están a la baja y la vacunación está avanzada. Según los datos del monitor del MSP, el 58,48% de los adolescentes de entre 15 y 19 años fue vacunado con la primera dosis contra el covid-19 y el 6,12% con las dos dosis –este resultado presenta un sesgo a la baja porque la vacunación en menores de 18 años comenzó meses más tarde que la de los mayores–. El 63,69% de los jóvenes de entre 20 a 24 años recibió la primera dosis y el 26,7% la segunda. En el grupo de los jóvenes de entre 25 a 34 años el 72,79% tiene una dosis y el 56,51% ya recibió las dos.

En lo que refiere a la variación del índice de Harvard, el matemático Andrés Ferragut –quien integró el Grupo Asesor Científico Honorario – dijo a El Observador que si el descenso de casos a la baja se mantuviera, a fines de julio el país llegará a la zona de color amarillo (cuando el indicador mide entre 1 y 10). Montevideo acompañaría esta tendencia.  En dos semanas –proyecta Ferragut- se ingresará a la zona naranja (el índice mide entre 10 y 25).

A pesar del panorama esperanzador en materia sanitaria, Arim señaló que “hay que ser muy cuidadosos” por las decisiones de “mudanza” que pueden llegar a hacer los estudiantes. “ Lo que hemos siempre planteado es que cada cambio requiere un tiempo prudencial para poder adaptarse a esos cambios”, explicó.

Además defendió el argumento de que el funcionamiento de la UdelaR “afecta mucho la movilidad”. Actualmente la universidad cuenta con 145 mil estudiantes de grado. “En el caso de la universidad, y eso no pasa solo en Uruguay, pasa en el mundo, las universidades son, de los ámbitos educativos, las últimas en retornar”, justificó Arim.

Ferragut consideró que el aumento de la movilidad y la variante Delta pueden atentar contra la situación de mejoría. De todas formas, apuntó que los rebrotes no deberían ser demasiado significativos. En lo que refiere a las universidades, recordó que algunos centros privados “han abierto los laboratorios, con los cuidados correspondientes y no han tenido brotes”.

“Tenemos que buscar la forma, de alguna manera, de retomar las actividades. (…) Hay que insistir lo máximo con la vacunación y tratar de bajar la edad mínima para que la mayor cantidad de gente posible esté vacunada. Tenemos que ir abriendo gradualmente y ver hasta dónde se puede llegar”, argumentó.

La vuelta de la universidad complicaría la propuesta de los exintegrantes del GACH de volver a trazar los contactos. El matemático Fernando Paganini había dicho que para que el sistema de trazado fuera viable había que volver a registrar 200 casos positivos por días. “Las vacunas previenen los casos graves pero no el contagio. Al universitario no le pasa nada, pero lo reparte”, agregó.

Mundo

Las universidades privadas

Los centros privados acatan las disposiciones que la Dirección de Educación del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) resuelve para ellos, aunque muchas de las que se tomaron fueron por sugerencia de las mismas universidades. Los integrantes del Consejo de Rectores se reunieron este viernes con el director de Educación, Gonzalo Baroni, para trabajar en la normativa de cara al segundo semestre. Aún no hay precisiones al respecto, dijeron desde el área de Comunicación de la cartera. 

Representantes de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), Universidad de Montevideo (UM) y Universidad ORT explicaron a El Observador que en el segundo semestre de 2020 retomaron algunas actividades experimentales con los protocolos correspondientes pero en marzo de 2021 se suspendió toda actividad.

Luego de ello, en la ORT y la UCU se retomaron espacios de presencialidad con burbujas y protocolos de aquellas materias exclusivamente prácticas. En la UM no hay ningún tipo de clase presencial, incluso se modificó el plan de estudios para que los alumnos no se atrasaran en las carreras.  

El rector de la UCU, Julio Fernández, opinó que las universidades deben retornar a la presencialidad. “No total, con los protocolos que teníamos antes, pero creo que ya es una necesidad muy grande de los estudiantes. Hay un desgaste muy grande”, subrayó y agregó: “Hay que tener cuidado, obviamente, pero también es cierto que toda la población universitaria que se quiso vacunar pudo hacerlo y todo el personal docente y no docente también”.