Fernando Pena.

Marta Jara: "Mi reseteo profesional coincidió con el reseteo universal"

La expresidenta de Ancap hizo un balance de su gestión además de hablar sobre su nueva etapa a nivel laboral

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30 de abril de 2020 a las 05:03

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No la tomó por sorpresa. Marta Jara ya planificaba el después de Ancap; uno que implicaría cerrar un ciclo y empezar otro, en un sentido literal de esa expresión. Pero en todo plan puede existir el factor sorpresa. En este caso, no imaginaba que su propio reseteo coincidiría con uno universal, causado por un mundo puesto en pausa por la crisis del covid-19. 

Ingeniera química con una carrera de 30 años dedicada al mundo petrolero y de la energía, habla con certeza de su reconstrucción proyectada y personifica palabras constantemente repetidas en conferencias, títulos de artículos periodísticos e investigaciones: "los datos son el nuevo petróleo". En setiembre, la ejecutiva que antes de asumir en Ancap había sido presidenta de Shell en México y gerenta general de Gas Sayago, entre otros cargos, empezará una maestría en Ciencias de Datos en la UTEC, que cuenta con el soporte académico del MIT (Massachusetts Institute of Technology).

Cree que es una de las ciencias fundamentales para navegar los desafíos del siglo XXI, tanto en el sector privado como a nivel de políticas públicas, aunque no exenta de riesgos, sobre todo respecto a su regulación. "Hay muchísimo temas que me parecen fascinantes y que los líderes de esta era tenemos que conocer. Me parece una transición natural que alguien que se dedicó a la extracción y comercialización del oro negro, se dedique a ver cómo se puede explotar para nuevas formas de traer soluciones, y aportar al desarrollo desde la explotación de los datos", comentó desde su casa en entrevista vía Zoom con Café y Negocios.  Es muy probable, entonces, que esa frase quede impresa en un nuevo capítulo de su carrera.

¿Le quedó algo por hacer, alguna idea sin ejecutar en Ancap?
Todas las empresas pasan un constante devenir de proyectos, de ideas, de implementaciones. En Ancap en particular hay algunas cosas, como compras e inversiones que por la normativa llevan un tiempo. Son procesos basante largos. Me voy satisfecha porque creo que a nivel cultural, y a nivel de ir recomponiendo esa confianza que la sociedad tiene que tener en Ancap, se avanzó muchísimo. Pero algunas cosas quedaron en etapa de implementación. Considero muy importante todo lo que tiene que ver con inversiones necesarias para garantizar que se cumplan los estándares de la industria: en seguridad, en cuidado del medioambiente, condiciones de trabajo. Algunos de esos proyectos se licitaron pero faltaba ejecutarlos o adjudicarlos. Hay cuestiones que no admiten demoras ni recortes.

¿Como cuáles?
El muelle de Paysandú, la carga ventral, que creo que ya está adjudicada, el control de acceso al edificio. Incluso la parte edilicia. Uno no puede pretender que las oficinas públicas sean lugares que se derrumben. 

También el laboratorio de La Teja. Hice una pasantía en la refinería, estuve unas tres semanas haciendo turnos y viendo cada lugar de trabajo y cuando me metí en "la cocina" del laboratorio, había proyectos que se postergaban y se postergaban, ahí había temas de calidad, de seguridad, de evacuacion de incendios. Creo que a todas esas cosas sería importante que se les de continuidad y cierre. El otro tema que considero bien importante es el de la transición energética. No hay duda que los combustibles fósiles están en una etapa de su ciclo de la vida en que la industria tiene que empezar a transicionar hacia sustitutos más sostenibles, más limpios. Habíamos empezado con un proyecto de hidrógeno y entiendo que el nuevo gobierno piensa seguir con eso. Para mi no es tan importante si lo hace Ancap o lo hace Ute. Sí creo que es muy importante que Uruguay encuentre la mejor forma de seguir a la vanguardia de la transición energética. Creo q ese proyecto es importante sobre todo para el transporte pesado, permitiría utilizar nuestras energías renovables y mantener un liderazgo que puede llegar a inspirar a muchos otros países.

¿Qué llevaba a postergar esos proyectos?
Históricamente se venían postergando. Creo que el énfasis de admnistraciones anteriores a veces estuvo en hacer crecer a Ancap. Hay proyectos que no lucen. Si tu decís "tengo un laboratorio nuevo", no necesariamente es algo que hacia afuera signifique demasiado, pero es un elemento fundamental para cumplir bien el cometido de Ancap, así como todo lo que implique mantenerse actualizado. Todo eso requiere un ritmo de inversiones que en algún momento si hay que priorizar en qué se invierte, el tema de cumplimiento de estándares es vital y no se puede postergar.

¿Con qué esperaba encontrarse al pasar al sector público, y qué la sorprendió?
Hace 30 años que trabajo en la industria, los primeros 20 en el sector privado, en muchos lugares, y siempre me pasaba que participaba de conversaciones que eran importantísimas, en temas de mucho impacto como el acceso a la energía, pero a veces me sentía un poco inhabilitada para opinar de ciertos temas porque ni siquiera era ciudadana de esos países. Pensaba que me encantaría poder tener estas conversaciones en mi país. Eso fue parte de la decisión de venir a Uruguay. Aparte de verdad pienso que la política energética es de vanguardia. Tuve la oportunidad de entrar a Ancap y para alguien que se desempeña en el sector de energía es el puesto más interesante en mi país y fue un privilegio, algo que me permitió volcar ese interés, esa pasión por el tema desde un lugar que podía tener mucho impacto. Hubo que aprender otras formas de trabajo, otras normativas y formar un equipo, que fue tal vez la parte mas gratificante, formar un equipo de muy buen nivel contando con gente que ya estaba con muchos años mucha experiencia pero tmabiñen trayendo gente con una mirada fresca que traía otras prácticas.

Entrar a Ancap implicó también mi propio descubrimiento del Uruguay, porque me fui con 7 años. Las empresas públicas en Uruguay son especiales, tienen una impronta muy fuerte, son marcas con mucha tradición, muy queridas. Incluso Ancap, con todos los problemas que tuvo. Desde ese punto de vista también fue un esfuerzo de acomodarse a cómo se trabaja, pero creo que a veces pensamos que para tener un impacto hay un lugar para hacerlo. En realidad todos podemos hacerlo desde distintos lugares.

¿Qué le apasiona del sector del petróleo y la energía?
Estudié ingeniería como algo que permite construir soluciones y siempre me enfoqué y busqué áreas donde pudiera impactar en la vida de más personas. El tema de la energía terminó siendo ese espacio y realmente lo considero apasionante. Me tocó vivir desde el boom del gas hasta ahora la transición hacia la electrificación del transporte. 

¿Está preprado Uruguay para la electrificación del transporte?
Estamos en una etapa inicial para lo que son autos, transporte privado. La batería es ideal pero después el mayor consumo está en el sector Estado, de larga distancia, de mucha carga, de ómnibus. Ahí el mundo está apostando al hidrógeno, a trenes con hidrógeno. Creo que hay que mantenerse lo más al frente posible para ir aprendiendo, para ser prioneros y para que cuando la tecnología esté más madura nosotros ya tengamos todo un ecosistema, armado que incluye la normativa. También hay mucho trabajo para hacer desde el punto de vista de los hábitos de consumo. No todas las políticas públicas se pueden implementar por diseño, como decretarse y que ahora el transporte sea eléctrico. Hay que ir convenciendo a los consumidores a que vayan adoptando nuevas formas de consumo. Esas son todas disciplinas que están evolucionando, las ciencias de datos y de comportamientos para poder comprender todos esos patrones y cómo ir cambiando un sistema.

Actualizó su Linkedin con un nuevo cargo como miembro de la junta asesora del programa Wilson Center. ¿Qué vino después de Ancap?
Yo sabía que iba a dejar Ancap y que era el momento de resetearme. La coincidencia con un reseteo universal para mi fue muy buena. Yo sabía que quería tomarme un tiempo para elegir bien en qué proyectos quería participar, también sabía que quería estudiar algo nuevo. Se dio esta coyuntura y realmente creo que hay muchas tendencias que están encontrando terreno fértil, que son las que me interesan. Siguiendo esa línea que tenía pensada, estoy haciendo una curaduria de estos temas con fuentes calificadas diversas. Empecé un blog que se llama The New Normal y se trata de eso, de seguir tratando de aportar a los desafíos que tiene el liderazgo en esta nueva normalidad. 

Marta Jara cuenta que en este tiempo está recuperando los "pequeños placeres" como las lecturas y conversaciones postergadas, además de los "rituales cotidianos", como ordenar fotos y archivos.

Wilson Center, por otra parte, es un think tank, una fábrica de ideas que se dedica a estudiar y promover políticas públicas para el desarrollo y la innovación.Tiene un consejo asesor para Latinoamérica y tengo el honor de participar ahí. Es un lugar donde se arma una agenida y se promueven todos esos temas que son de interés. 

¿Volvería a asumir un cargo público?
Estoy disfrutando muchísimo esta oportunidad de seguir proyectos que me apasionen. Estoy comprometida con estudiar algo nuevo. No creo que pueda tener un cargo full time parecido al que tuve en Ancap. En este momento me estoy resetenado pero fue una etapa muy importante para mi, un aprendizaje enorme. Creo que ahora puedo aportar de otra manera.

¿Qué consejo le hubiera gustado recibir cuando ingresó a Ancap?
Creo que la pregunta que todos nos tenemos que hacer cuando nos embarcamos en algo es qué querés dejar cuando termines tu carrera o un ciclo importante. Es la pregunta que nos motiva, lo que nos va a llevar a dejar todo, a entregarnos totalmente a esa tarea. Aconsejaría ser fieles a eso, a lo que auténticamente te interesa. A veces todos tenemos que hacer parte del trabajo que no nos parece demasiado emocionante, pero en esencia nunca transar con esas cosas. Cada uno está llamado a contribuir con algo de significado. En Ancap era un trabajo de todo el día, aunque no estuviera en la oficina, pero las horas se pasaban porque uno le veía significado.

Una de sus últimas decisiones como presidenta de Ancap fue brindar la información solicitada por el director de la Oficina de Planeamiento y presupuesto (OPP) Isaac Alfie, pese a que el Frente Amplio había ordenado a las empresas públicas no hacerlo. ¿A qué respondió esa decisión?
Pienso que si una autoridad tiene la legitimidad para pedir información -la empresa pública es de todos, entonces esa información no era mia-, yo no podía no entregarla. Me parece que lo más importante para la institucionalidad era brindar esa información y en el momento hice un análisis, planteé algunas preguntas porque hay lineamientos que una empresa tiene que tener de quien fija ciertas políticas. Me pareció que no había opción, que era lo que había que hacer y lo hice. Para un director de una empresa pública, su lealtad es con la empresa pública. Entiendo que no falté al mandato que el entonces presidente Tabaré Vázquez me dio y me pareció que aunque hubiera una transición de gobierno, uno tiene que cumplir con su función hasta último momento.

La sociedad demanda estándares de transparencia cada vez más altos. Ancap es de todos y es importante, para que la empresa quede sujeta a un control, que sea transparente, que explicite sus objetivos, que explique sus resultados y no tenga esa facilidad de enmascarar ineficiencias por ejemplo, porque son todos números cerrados que cuesta mucho entender hacia dónde se van volcando los recursos, dónde están los problemas. En ese sentido creo que no tiene vuelta atrás y me parece que las nuevas autoridades van a seguir ese camino.

En un episodio de Rompecristales habló sobre los sesgos inconscientes de género. ¿Cómo los maneja a nivel personal y cómo se puede trabajar el tema a nivel de equipos?
Son inconscientes y por eso son peligrosos. Los sesgos son un mecanismo ancestral para poder procesar rápido la información que recibimos de la realidad. En momentos de crisis uno vuelve a esos mecanismos. Hay muchísimos recursos para que uno se instruya y entienda cómo funcionan, para empezar a descubrir que muchas veces uno no se pregunta si realmente sus conclusiones están basadas en repetir patrones. Cuando fui a conocer al equipo en Laguna del Sauce, me ofrecieron ir a ver una carga al ala de un avión. Viene el camión a buscarme y la persona que lo manejaba era la única mujer del equipo, una chica menudita que jamás me la imaginé manejando el camión. Tuve que reflexionar y decir, ¿por qué no?. Lo más importante es identificarlos y tener razonamiento objetivo, por ejemplo en momentos de reclutar o confiarle proyectos a la gente. No nos podemos dejar guiar por esos sesgos inconscientes.

Para trabajarlos, visibilizarlos es uno de los primeros pasos. Hay otras cosas que también se pueden hacer, como medir ciertos indicadores para tener evidencia objetiva y empezar a hablar del tema. Traer a algún experto que haya estudiado el tema o lo haya vivido para que el equipo lo internalice también es uno de los primeros pasos. 

 

 

 

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