Martínez no aprovechó el debate para dar un golpe de timón

Para analizar un debate, lo más importante es verlo con la perspectiva de la posición en la que llega cada candidato y lo que pretende buscar con el debate. Desde esa lógica, Luis Lacalle Pou parece haber hecho su juego. Llegó con ventaja según todas las encuestas y no cometió grandes errores. 

A la vez, en el caso de Daniel Martínez, fue difícil encontrar hitos del debate que contribuyan al que debería ser su principal objetivo: convencer a votantes del Partido Colorado y Cabildo Abierto en octubre, que lo apoyen a él el próximo 24. 

Recién en el cuarto bloque Martínez encontró la forma de golpear, pero desaprovechó la mayor parte del intercambio. En ese bloque, si bien subió el tono y se mostró agresivo con Lacalle y su entorno, pudo pegar en un punto que puede resultar débil para el nacionalista, como son los recortes que propone para bajar el déficit.

Al candidato oficialista durante casi todo el tiempo se lo vio incómodo, evitó la mirada de Lacalle la mayor parte del tiempo y a la vez intentó forzar algunos aspectos del intercambio para mostrar a su rival como agresivo o insultante. Se agarró de pequeños gestos y los magnificó forzadamente. 

El mensaje que intentaron pasar en una línea:

Martínez: que Lacalle no tiene experiencia ejecutiva y a diferencia de él trabaja y trabajó poco. Y que si gana su rival, gobernará para los privilegiados. 

Lacalle: que el reconocimiento de errores y equivocaciones que dice Martínez que hace es un artilugio que no logra bajar a tierra ni reconocer. 

5 momentos clave

1- “Cuéntame”

Fue la frase del debate. Martínez evitó mirar a Lacalle mientras el candidato blanco le leía varios párrafos que contradecían lo que había dicho minutos antes: le preguntó quién creía que lo dijo y allí el presidenciable oficialista le respondió: “Cuéntame”. A los dos minutos el meme ya estaba en las redes. Pero más allá de los fuegos artificiales, lo que hay de fondo en ese momento es el pasado. Buena parte del debate giró en torno al pasado. Al de antes de 2005 y al pasado más reciente. Cada uno hizo foco en lo que quiso. 

2- ¿Mentiroso ?

“Hay que decir la verdad (...) el candidato del gobierno no nos dice cómo va a (bajar el déficit)”. Esa fue la frase del primer bloque que Martínez, al final del segundo bloque, decidió responder. Le dijo que lo trató de “mentiroso” y que se sintió “insultado”. Martínez parecía dispuesto a encontrar elementos que le permitieran subir el tono. El candidato oficialista está enojado con cómo lo han tratado sus rivales en la campaña y buscó elementos para sentirse ofendido. 

3- Las preguntas y las no respuestas

Lacalle Pou apeló a hacerle preguntas en todos los bloques a Martínez. El candidato oficialista decidió ignorar las preguntas y recién en el tercer bloque reaccionó cuando le dijo que no era una interpelación sino un debate. En el caso de Lacalle el recurso fue útil pero tal vez mal explotado. Al hacer tantas preguntas juntas y no hacer pausas para dejar que conteste dejó menos en evidencia de lo que podría ser un problema adicional para el oficialista. 

4- “Todo tuyo” 

El formato de este debate fue mucho mejor que el primero. Les dio más libertad para los intercambios. Pero esa libertad no fue bien entendida o al menos no la aprovecharon totalmente.En el primer bloque, la periodista Pilar Teijeiro debió meterse en el medio para recordarles las reglas. Pero ambos quedaban esperando que los autorizaran a hablar para hacerlo. Cuando en algún momento Lacalle lo intentó apegado a las reglas- Martínez pidió que se lo amparara en el uso de la palabra. Pero la interrupción y el intercambio estaba habilitado. 

5- La corrupción 

La corrupción también se coló en el debate. Martínez le pegó por los casos del gobierno de Lacalle Herrera. El candidato blanco le respondió allí. En otro bloque Lacalle Pou le pegó por los negocios con Venezuela, y Martínez contragolpeó por el caso del senador blanco Álvaro Delgado, que durante años tuvo un campo de colonización que luego debió devolver. 

Edición de los videos: Carla Colman y Silvana Fernández