Inés Guimaraens

Ministerio de Defensa presentó denuncia policial por junta médica falsa en el Ejército

La denuncia se presentó luego de que el capitán retirado Héctor Erosa, perjudicado por la junta, presentara un acta en la que uno de los médicos admite haber participado de un fraude

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08 de octubre de 2020 a las 05:03

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El Ministerio de Defensa Nacional denunció en la policía la comisión de un presunto delito en el Ejército, luego de que un psiquiatra militar retirado reconociera que en 1997 participó de una junta médica que fraguó el dictamen que declaró loco a un oficial, lo que lo obligó a pasar a retiro.

La denuncia policial fue realizada en agosto ante la seccional novena, dijeron fuentes del Ministerio de Defensa. 

La presentación ante la policía se hizo luego de que el oficial retirado perjudicado por tal junta médica, el capitán retirado Héctor Erosa, presentó ante el Ministerio un acta notarial donde uno de los médicos que había firmado el dictamen, el psiquiatra Usher Loskin, admite haber participado de un fraude.

El caso fue denunciado por El Observador en su edición del sábado 3 de octubre.

“El periciado señor Erosa, desde mi opinión clínica, nunca estuvo enfermo”, declaró Loskin, según consta en el acta firmada por la escribana María José González Palombo el 17 de febrero de 2020.

En ese documento, el doctor Loskin reconoció que la junta falló sin siquiera examinado a Erosa. Que quiso negarse a firmar, pero fue obligado y debió actuar por obediencia debida. 

Poco después, en 1998, Erosa debió pasar a retiro obligatorio por estar incapacitado mentalmente.

Diego Battiste


En diálogo con El Observador, Loskin dijo que la junta médica que declaró loco a Erosa “fue una truchada”. Agregó: “Literalmente me obligaron a firmar. Si me negaba, me cortaban la carrera en todos lados”.

 “Cosa juzgada”

En el gobierno pasado, Erosa se entrevistó con el entonces ministro José Bayardi relatándole su caso. Entre otros papeles, el capitán retirado presentó un estudio sobre su salud mental que le había encargado en 2017 al psiquiatra y perito judicial Roberto Mosera. El especialista concluyó que Erosa “no presenta ningún trastorno de la personalidad de ningún tipo y seguramente no lo presentó hace 20 años”. El médico sí constató ciertos “rasgos de carácter de tipo paranoico” pero remarcó “que no constituyen una patología mental”. Y subrayó el “no”.

Para ubicarse en la situación, Bayardi le sugirió a Erosa que tuviera una entrevista con los responsables de las cátedras de psiquiatría y medicina legal. “Yo necesitaba tener una idea de si tenía un trastorno severo de la personalidad, tal como decía la junta médica que le había hecho el Ejército”, explicó el exministro a El Observador.

Los catedráticos encontraron que Erosa tenía ciertos trastornos de la personalidad, no severos, quizás agravados por las situaciones de tensión, consideradas injustas por él, que llevaba viviendo desde los años 90. No se encontró que fuera psicótico ni que tuviera problemas mentales graves ni una incapacidad total.

Tras esa instancia y luego de que Erosa presentara el acta notorial con la admisión del psiquiatra militar Loskin de que el dictamen de la junta médica del Ejército había sido fraguado, el 26 de febrero de 2020 Bayardi ordenó que se celebrara una nueva pericia psiquiátrica a cargo de Sanidad Militar.

Diego Battiste

En mayo, según consta en el expediente del caso, la División Jurídico Notarial de las Fuerzas Armadas entendió que no correspondía realizar una nueva junta médica por ya existir “cosa juzgada” y por haber pasado 20 años de la junta cuestionada.

Erosa sostiene que fue declarado mentalmente incapaz para obligarlo a pasar a retiro porque desde 1991 venía denunciando que en la unidad militar en la que revistaba, Batallón de Ingenieros de Combate Nº 2 de Florida, se espiaba a integrantes del gobierno y otros políticos, entre otras ilegalidades.

Según sus denuncias, tales actividades eran ordenadas por el jefe de la unidad, el hoy coronel retirado Eduardo Ferro.

Ferro está hoy prófugo de la justicia. Escapó del país luego de que en 2016 fuera requerido por la desaparición del militante comunista Oscar Tassino, secuestrado en 1977.

Ferro huyó a España, donde fue ubicado en 2017, pero también pudo escapar de ese país. Hoy se desconoce su paradero. 

Entrevistado este lunes por el periodista Alfonso Lessa en radio Montecarlo, desde algún lugar no aclarado Ferro negó las acusaciones de Erosa.

En 2018 Erosa se presentó en la comisión de la Cámara de Diputados que investigaba el espionaje en democracia y realizó graves denuncias, que ahora están a estudio del fiscal de Delitos Económicos y Complejos de 1er Turno, Enrique Rodríguez.

Erosa relató que en 1990, bajo el mando de Ferro, se usaron “todos los medios, materiales y económicos”, de su batallón “para realizar una operación de inteligencia, espionaje, seguimientos, escuchas, invasión de propiedad privada de personalidades políticas, civiles y militares de la época”. 

Ferro también trasladó a esa unidad un archivo de inteligencia de unas 50 o 60 cajas. Erosa declaró que aprovechando una distracción abrió una de ellas y se encontró con informes de seguimientos a la esposa del entonces dirigente colorado Jorge Batlle.

Según declaró Erosa a los legisladores, Ferro ordenó que una dotación del batallón ingresara a una estancia de un legislador del Partido Nacional en Florida, para espiar una reunión política. En esos momentos, el presidente de la República era Luis A. Lacalle.

Otro de sus objetivos eran los mandos de la Armada. 

Además, denunció que en ese batallón se realizaron “entrenamientos armados a grupos de personas externas a la unidad militar”, pero con armas y munición de esta, “así como también con armas provenientes de la Compañía de Inteligencia y de otras procedencias”. 

Según Erosa, entre quienes recibieron entrenamiento armado en su batallón estaban dos exintegrantes del MLN: Ricardo Perdomo y otro de apellido Guimaraens.

Perdomo participó en 1991 de un asalto a una distribuidora de diarios y revistas.

“Un gurí muy sano”

Ante la comisión parlamentaria, Erosa manifestó que por sus denuncias fue objeto de una “persecución” dentro del Ejército que se prolongó durante siete años de carrera: traslados, arrestos y un ascenso eternamente postergado fueron algunos de las sanciones que se le impusieron.

También se lo acusó de robar un arma y de estar mentalmente enfermo.

Diego Battiste


“A este gurí me lo llevaron una vez a la sala de salud mental en el Hospital Militar, querían que le hiciera un diagnóstico de delirio paranoico. Yo lo vi y me di cuenta que no era así”, recordó el psiquiatra Loskin a El Observador. “Querían involucrar a este gurí en un robo de armas. Pero era un gurí muy sano. Yo me di cuenta enseguida que todo era una tramoya”.

Finalmente, Erosa fue procesado por la justicia militar por el robo de un arma de su unidad.

Tras esa y muchas otras sanciones, Erosa finalmente fue obligado a pedir su retiro luego de la junta médica que 23 años después Loskin admitió que fue falsa.

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