La desmotivación de los estudiantes es el principal desafío a enfrentar según los docentes.

Nacional > Megaconsulta

Mitad de docentes creen que repetición es necesaria y marcan otras diferencias con reforma educativa

Una consulta de ANEP reveló varias diferencias de los docentes con la reforma; solo una quinta parte de los estudiantes cree que la repetición es el mejor camino si no se alcanzan los objetivos del grado
Tiempo de lectura: -'
21 de septiembre de 2022 a las 05:02

“En el mundo académico hay consenso, no solo en Uruguay, de que la repetición es un instrumento bastante inútil, injusto y que está anclado a otra época educativa en que se pensaba que todos los niños aprenden al mismo ritmo y que quien no lo hace debe quedarse un año atrás”, decía a El Observador el sociólogo Santiago Cardozo. Por esa argumentación, entre otras, las autoridades educativas proponen que en la nueva transformación de la enseñanza se elimine (o al menos se acote a ciclos concretos) la repetición. Los estudiantes coinciden con la medida, pero los docentes no. Así lo revela la consulta que la Administración Nacional de Educación Pública les hizo a maestros, profesores y alumnos.

Casi la mitad (47,6%) de los docentes —de todos los subsistemas, de públicos y privados— considera que la repetición es la herramienta que debería usarse si un estudiante no logra los objetivos para la promoción de curso. Es la estrategia que consigue mayor adhesión entre los 8.890 maestros y profesores consultados, muy por encima de que se pase de grado con apoyos al cursado (21,6%), o tener una recuperación a fin de año (17,1%), u otra alternativa (13,7%).

Entre los estudiantes, en cambio, solo la quinta parte (21,6%) entiende que la repetición es el mejor camino cuando no se alcanzan los objetivos. El informe de la encuesta a la que accedió El Observador señala que “el hecho de tener o no tener experiencias de repetición no modifica la pauta, repetir el año es la última opción” que prefieren los alumnos. Casi la mitad de los 45.217 estudiantes consultados, de sexto de escuela a fin de bachillerato, opta por la recuperación a fin de año como estrategia de compensación.

¿Cómo es posible que en un asunto “laudado” para los académicos y con respaldo de los estudiantes no reciba suficiente apoyo entre los docentes? “Muchos docentes están acostumbrados e inmersos en un viejo paradigma, de hace más de un siglo, que entiende que todos los estudiantes deberían aprender lo mismo al mismo tiempo. Es la postura más sencilla y que requiere menos trabajo fuera del aula”, explica Beatriz Picaroni, una de las expertas uruguayas en evaluación educativa. 

“Cuando se habla de eliminar la repetición y reducir las evaluaciones por calificaciones (por notas), se está refiriendo a un enfoque diferente al que la mayoría de los docentes están acostumbrados y formados: implica la coordinación fuera del aula, la paga de horas para armados de proyectos, corrección de trabajos colaborativos y toda una inversión muy superior a la que existe hoy día”, cuenta la exmaestra e investigadora. Por eso no culpa a los maestros y profesores, sino que entiende que la enseñanza “está ante un reto de cambio de paradigma que va mucho más allá de si las autoridades deciden un cambio normativo o no… no pasa por una circular”.

Primaria es el subsistema que cuenta con una normativa más flexible para la repetición. El maestro tiene la potestad, previo asesoramiento del director y sus pares, de adelantar o atrasar de grado a un alumno. También es el subsistema que deja más explícito que la repetición tiene que ser la excepción.  Y es el subsistema en el que ya funciona una comisión a la que se le encomendó repensar el sistema de evaluación y pasaje de grado. Ese grupo debe entregar un informe con las conclusiones antes de mitad de octubre.

La “transformación”

La consulta realizada por la ANEP en el primer semestre del año evidencia que los docentes tienen algunas visiones distintas a las propuestas del gobierno de la educación. Porque si bien existen coincidencias en que la propuesta curricular vigente es poco adecuada para que los estudiantes enfrenten los desafíos del siglo XXI y mucho menos para el mercado de trabajo, los maestros y profesores discrepan con la esencia de algunos lineamientos centrales de la llamada “transformación educativa”.

El primer documento que aprobó el Codicen —solo con los votos de los consejeros designados por el gobierno y con críticas de las asambleas técnicas de docentes— fijó que la enseñanza formal y obligatoria en Uruguay se base en competencias: “saberes, habilidades y comprensiones necesarias para resolver situaciones complejas”.

En la consulta online a los docentes, sin embargo, algo más de la mitad considera que el currículo debería organizarse en base a contenidos, mientras que un 42% prefiere las competencias. Puede que exista desconocimiento sobre qué diferencia una cosa de la otra, o puede que los docentes no hayan pensado en un complemento, pero según la redacción de las preguntas y las respuestas obtenidas, así lo entiende la mayoría.

No es la única discrepancia con la postura de las autoridades de la enseñanza. Para casi un tercio de los docentes los programas están actualizados, mientras que el Codicen tiene previsto aprobar el próximo mes los nuevos programas. Para los políticos es necesario extender le tiempo pedagógico, casi la mitad de los docentes están en desacuerdo. Las autoridades reiteran que seis de cada diez no acaba la educación obligatoria en tiempo y forma, para la quinta parte de los docentes no se debe asegurar que todos los estudiantes culminen la educación media superior (o al menos están en duda de que deba ser así). Y a seis de cada diez maestros o profesores les parece bien el nivel en que los alumnos tienen que elegir su orientación.

Lo curioso es que entre los estudiantes solo una minoría (menos del 10%) entiende que no debería elegirse una orientación en el liceo o UTU y que la especialización recién debería seleccionarse en la universidad.

El equipo técnico que lidera la propuesta de transformación curricular tenía la idea original de eliminar las orientaciones en el bachillerato y que exista una opción genérica, sobre todo porque la inmensa mayoría de carreras universitarias ya no exigen una diversificación en el último ciclo de liceos o UTU.

La discusión se estancó y esa es una de las razones por las cuales la transformación en los bachilleratos quedó relegada para 2024 o 2025.

    Comentarios

    Registrate gratis y seguí navegando.

    ¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

    Pasá de informarte a formar tu opinión.

    Suscribite desde US$ 345 / mes

    Elegí tu plan

    Estás por alcanzar el límite de notas.

    Suscribite ahora a

    Te quedan 3 notas gratuitas.

    Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

    Esta es tu última nota gratuita.

    Se parte de desde US$ 345 / mes

    Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

    Elegí tu plan y accedé sin límites.

    Ver planes

    Contenido exclusivo de

    Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

    Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

    Cargando...