Roberto Moldavsky llega a España.

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Moldavsky llega a Madrid y a Barcelona: “Que la gente se ría y se olvide de todo”

El humorista argentino comienza esta semana su gira española, que incluye seis shows en la capital y la ciudad mediterránea. Habló con el Observador España.
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21 de octubre de 2023 a las 11:48

El humorista argentino Roberto Modavsky vuelve a España para presentar su nuevo espectáculo “Lo mejor de mí” el 23, 24, 30 y 31 de octubre, en Madrid, y el 26 de octubre y 2 de noviembre, en Barcelona. 

Allí, recurre a herramientas de las más variadas como laactualidad política de su país y de España, sus propios traumas y problemas vinculados a la tecnología y sus orígenes judíos para hacer reír a la audiencia. 

En una entrevista con El Observador España, Moldavsky repasa algunos detalles del espectáculo y los cambios que ha venido realizando a lo largo de su carrera para abrirse a un público más universal.

 

¿Qué mensaje quiere transmitir con este espectáculo?

Roberto Moldavsky: La búsqueda principal es muy básica: que la gente se ría y que se olvide todo lo que pasa afuera por un buen rato. Esa es la clave. Es cierto que con el tipo humor que nosotros hacemos, te vas pensando en alguna cosita. Me gusta que el público llegue a algún tipo de pensamiento y se identifique con situaciones que vive para reírse. No busco solo la sonrisa sino también ridiculizar algunas situaciones que me parecen graves.

¿Cómo es su proceso creativo?

RM: Generalmente, planteo algunos temas y nos sentamos a trabajar con mi hijo, algún amigo y los músicos en el guion. Tiramos los temas que pensamos que hay que hablar, que nos llaman la atención y que tienen que estar.A partir de ahí, hacemos una lluvia de ideas y voy traduciendo lo que queremos decir en idioma teatral. De un disparador pequeño, se han armado, incluso, grandes historias. Una vez planteé que todas las mujeres con la que había tenido alguna relación tenían los pies fríos y me los apoyaban y me la tenía que bancar. A partir de ahí,arrancó un monólogo sobre las situaciones en la cama y las peleas y cómo salir de todo eso.

 

¿Cómo se conjuga en todo eso la parte musical?

RM: Cuando vamos al exterior, me gusta mucho esa parte porque es una forma de traerle la música argentina al público. No hacemos lo mismo que en Buenos Aires. Hay chistes de política que son muy locales y no los entenderían aquí, pero como viajo con los músicos, es como traer un regalo de la Argentina. Como no puedo llevarle alfajores a todo el público, entonces les traigo las canciones.

 

¿Cómo ha adaptado el espectáculo a España para que pueda entenderlo un público local?

RM: Ya he venido a España otras veces y hay algo que se entiende en todas partes. Cuando Woody Allen escribió “Medianoche en París” no pensó en quién lo iba a ver y los argentinos y otros nos volvimos locos. El humor es bastante universal, todos nos reímos de Seinfeld, de cosas que son muy lejanas a nosotros, pero que después descubrimos que tienen mucho que ver con las nuestras. Aprendí que no tengo que adaptar demasiado, sino aquello que es indispensable. La idea es mantener lo que me trajo hasta aquí, que es mi humor. Fui a ver un espectáculo que se llama Los Morangos, en Sevilla hace un par de años, bien andaluz, y hay cosas que no entendí porque eran muy locales, pero me reí casi todo el tiempo.

¿En qué consisten esas adaptaciones?

RM: Tienen que ver con política, les cuento un poquito como son las cosas en la Argentina y trato de emparentar. Me meto un poquito con los problemas que tienen acá, porque tampoco están para tirar manteca al techo, como decimos en Buenos Aires. Me aprendo bastante de la situación local de cada país que voy. Sin meterme mucho en temas de un lugar que no es el mío, intento reírme de algunas situaciones que viven ellos mismos. Todo lo que está pasando en España con las elecciones y quién va a ganar o perder, es bastante gracioso, entre comillas.

 

 

¿Cómo hace renovarse y no quedar viejo para los jóvenes y joven para los viejos?

RM: Escribo con mi hijo que trae guiños para los más jóvenes. Tenemos la suerte de que vienen muchos al teatro y les digo que no quieren pagar la entrada y por eso traen alos padres para que las abonen ellos. Manejo esa línea desde lo que me pasa a mí, por ejemplo, con la tecnología con respecto a mis hijos, los pedidos de ayuda desesperados, llamados preguntando qué hacer porque no sé qué botón toqué y mientras estoy viendo una serie la televisión me aparece un cartel que me pide una contraseña. Toda esa situación es graciosa para el padre y para el hijo, que es quien la vive. En eso, se reconocen ayudándolos y los padres pasando esa situación. Somos una generación que estamos con lo justo con la tecnología,al borde de presionar un botón y que todo desaparezca. 

¿Cómo fue el pasar del lugar de confort que le daba el humor judío a meterse en temas más universales?

RM: Fue una necesidad, porque tenía que ampliar mi horizonte para salir al público general. Ese material me sirvió para arrancar, para ser reconocido y poder traer algo distinto dentro de la comunidad, porque era bastante novedoso en los temas que abordaba. No es un invento mío. Somos hijos de Woody Allen, quien fue el que realmente hizo universal el humor judío en esta nueva versión de hipocondríaco, de la madre, de la culpa, del psicólogo y no del tema que a veces se mezclaba todo el tiempo como la avaricia y toda esa historia que era más antisemita que humor judío. De a poco, fui metiendo otros temas y, en un momento, tenía más necesidad de usar esoque lo judío. Entonces, comencé a crecer. 

En Instagram, tiene un espacio educativo sobre temas judíos, ¿cómo lo recibe el público?

RM: Es increíble porque hay gente que no es judía que me dice que prende las velas los viernes desde que me ve. Es algo que me gusta compartir porque me parece que está bueno. Hay veces es más difícil que lo acepten dentro de la colectividad que fuera, porque siempre hay alguno viene y me dice que no tiene que estar tal cosa o debemos hacerlo diferente y genera ciertos resquemores. Le están buscando el pelo al huevo todo el tiempo y no ven que el árbol les está tapando el bosque, que el mensaje que está llegando atrás de eso es diferente y que el resto de la gente por suerte lo percibe. Les explico que no se trata el tema religioso sino de compartir un valor. Fuimos a actuar a Dublin para público latino y apareció una señora que no era judía (su marido sí) con una jalá y el vino en el camarín e hicimos la ceremonia con ella, emocionados. Nolo podíamos creer. Me interesa hacer reír, pero uno de los objetivos que se dio en paralelo a esto es hacer un puente entre los judíos y los no judíos.

 

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