Mujica se quedó con los aplausos de los Nobel de la Paz

La sala Eduardo Fabini del Auditorio Nacional del Sodre estaba repleta para escuchar a los cuatro premios Nobel de la Paz que aterrizaron esta semana en Montevideo. Lech Walesa, Shirin Ebadi, Adolfo Pérez Esquivel y Rigoberta Menchú eran los protagonistas de la cita.

Pero alrededor de las 14:30 apareció otra persona que hizo virar la atención y se llevó la más larga ola de aplausos y gritos de aliento. No era un Nobel de la Paz pero coqueteó con ese galardón durante años.

El expresidente José Mujica participó como panelista luego de la disertación de Pérez Esquivel, titulada "El luminoso legado de la memoria", para compartir su visión sobre el tema.

Mujica habló sobre las clases sociales, que "tienen edades" y se renuevan con cada generación. A sus casi 83 años, dijo tener motivos para seguir viviendo: "Es egoístamente hermoso tener causa para vivir". A cada frase le seguía un reconocimiento en la forma de aplausos, silbidos o un "¡vamos Pepe!".

Los Nobel participaron de "Voy x la paz" para compartir sus visiones sobre la memoria, el pasado, el futuro, la educación y los desafíos del mundo actual.

La mañana contó con la exposición de Lech Walesa, ganador del premio Nobel de la paz en 1983, y de Shirin Ebadi.

En la tarde, Pérez Esquivel se mostró preocupado por la guerra y el hambre. "El hambre es un crimen. Y este crimen está afectando a millones de personas en el mundo".

Sobre el final de su disertación, contó que unos días antes de que Lula Da Silva se entregara y fuera a prisión en Curitiba, se reunió con él y le prometió proponerlo como candidato al Nobel de la Paz. Dijo que lo merecía por haber sacado de la pobreza a 45 millones de personas en Brasil.

Luego subió al escenario la guatemalteca Rigoberta Menchú, para hablar de "la educación como práctica para la libertad". Comenzó su disertación refiriéndose a la riqueza de la diversidad, que dijo que "es una naturaleza mucho más grande que lo que puede unificar el lenguaje".

Pero la explosión de risas y aplausos se dio cuando la guatemalteca habló sobre la decepción que siente sobre las reglas de educación: "la mayoría de los corruptos tienen un doctorado". "¿Qué le pasó a la universidad en el mundo?", se preguntó la guatemalteca.

"En Polonia está la necesidad de encontrar algo entre el comunismo derrotado y el capitalismo feroz".

"Tenemos que ponernos de acuerdo sobre qué es lo malo del desarrollo y aceptar todo lo bueno e introducirlo".

"(Con el siglo XX) empezó la época de información, del intelecto, de la globalización".

"Ya me dijeron a mí que no era posible derrotar al comunismo en Polonia".

"En el mundo de hoy hay muchos trabajadores viviendo en una situación precaria".

"La esclavitud moderna es cuando una persona debe aceptar cualquier condición con tal de darle de comer a sus hijos".

"Hay gobiernos que prefieren comprar armas y no invertir en educación".

"(En Nicaragua) lo más democrático es que (las autoridades del gobierno) acepten que no deben continuar".

"Para ser pueblo necesitamos de una identidad, una pertenencia".

"El hambre es un crimen que está afectando a millones de personas en el mundo".

"La paz es una relación permanente entra las personas y los pueblos".

"La memoria nos ilumina el presente".

"La educación que yo promuevo es la educación para la vida".

"Aprendí que lo más importante a comprender es el ser humano".

"La mayoría de los corruptos tienen un doctorado".

"La acción individual es muy importante, porque es un liderazgo lo que buscamos".