Murió Washington Benavides

Sus poemas fueron cantados por Alfredo Zitarrosa, Eduardo Darnauchans y Héctor Numa Moraes, entre otros

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25 de septiembre de 2017 a las 05:00

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Washington Benavides, uno de los poetas uruguayos fundamentales de los últimos tiempos, murió este domingo a los 87 años. Benavides, que nació en 1930 en el departamento de Tacuarembó, fue profesor de literatura en secundaria y Facultad de Humanidades de la Universidad de la República, ejerció como crítico literario y traductor del portugués.

En el principio de su carrera colaboró con la revista Asir, a la par que lanzaba su primer libro, Tata Vizcacha (1955), que causó bastante polémica en su departamento. Su carrera como poeta siguió con la publicación de decenas de poemarios, entre los que se encuentran Los sueños de la razón (1967), Poemas de la ciega (1968), Hokusai (1975), Murciélagos(1981), Tía Cloniche (1990), Los restos del mamut (1995), El mirlo y la misa(2000), Los pies clavados (2000), Un viejo trovador (antología poética, 2004).

En su poesía siempre mantuvo las referencias literarias presentes. Además, incursionó en otros géneros, como la narrativa en Moscas de provincia (1995).

Una de sus facetas más recordadas, además de su rol como poeta, fue el de colaborador con algunos de los exponentes más destacados del canto popular uruguayo, como Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti,
Eduardo Darnauchans, Héctor Numa Moraes, Carlos Benavides (su sobrino), Los Olimareños, Washington Carrasco-Cristina Fernández, Larbanois-Carrero, Pablo Estramín, Jorge Galemire, Laura Canoura, entre otros.

Junto a algunos de los nombres mencionados anteriormente, Benavides conformó el Grupo de Tacuarembó, referencia en la música popular del país.

Benavides fue premiado en varias oportunidades. En 1986 y 1991, por ejemplo, se le otorgó el Premio Bartolomé Hidalgo, uno de los galardones destacados de las letras uruguayas. Desde su puesto de crítico, Benavides promovió con entusiasmo la obra de escritores más jóvenes.

Su libro más recordado es las Milongas, que fue publicado por Siete Poetas Hispanoamericanos para su colección La pluma en el aire en 1965. Los versos de este libro fueron musicalizados por Zitarrosa, Viglietti, Numa Moraes, Darnauchans y Los Eduardos (Eduardo Lagos y Eduardo Larbanois)

En otras ediciones ampliadas por el sello Banda Oriental se incorporaron más poemas a los originales.
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