Novick adelanta la estrategia que tenía prevista para octubre

En contraste con lo que ocurrió  entre fines de marzo y comienzos de abril, en las últimas semanas Novick no tuvo la exposición pública que ahora se propuso retomar, en el último tramo de la campaña de cara a las elecciones internas. 

En aquellos días, el precandidato debió hacer frente la principal crisis de su corta trayectoria como dirigente partidario. Guillermo Facello –entonces vicepresidente– había sido apartado del partido a fines de marzo por reunirse con colorados –según dijo Novick–, y poco después parecía que todo se desplomaba porque el exfiscal Gustavo Zubía, una de las principales figuras mediáticas del grupo, continuó  su carrera dentro del Partido Colorado en busca de un mayor protagonismo. Casi al mismo tiempo, algunos de sus asesores decidieron pasarse a las filas del precandidato blanco Juan Sartori.

Para superar la tormenta, el líder del Partido de la Gente apeló a la fortaleza interna y además le restó importancia a todas esas bajas que tuvo el grupo político. 

Superados los nubarrones, la estrategia del empresario que quiere ser presidente dio un giro, aunque para él se enmarca en lo “dinámica” que es la política. Según dijeron a El Observador fuentes allegadas al precandidato, se ejecutó el plan que en su origen estaba previsto aplicar luego de las internas del domingo 30, cuando iba a comenzar oficialmente la campaña electoral de cara a las elecciones nacionales de octubre.

Nuevas medidas

Como parte fundamental del cambio, la comunicación de la campaña pasó a estar en manos de la agencia de publicidad Key que conformó un equipo de trabajo. La cartelera pública también varió: el color verde protagónico que acompañaba al rostro de Novick en mensajes que apuntaban a la inseguridad –“Tolerancia cero a la delincuencia”–, cedió lugar al color blanco y a la introducción de nuevos conceptos, como la honestidad del político y la intolerancia a cualquier clase de corrupción.

Además, aparecieron spots en los que se ve al dirigente dialogando con vecinos, haciendo mención a los “problemas” de los uruguayos –como la falta de trabajo o educación– que él dice ser capaz de solucionar, “que las campañas políticas solo les importan a los políticos”, o recordando que las elecciones primarias serán las primeras del partido, fundado en 2016.

“El cambio va a ser continuo”, resumió Novick en diálogo con El Observador sobre un cronograma de temas programáticos que comenzó a abrirse, reconoció.

Por ejemplo, a las 50 medidas para combatir el delito que se presentaron a fines del año pasado y que eran todo el programa de gobierno del partido, a comienzos de abril el Partido de la Gente presentó un plan para reactivar el empleo, cuando hacía varias semanas que Sartori había prometido crear 100.000 de trabajo en caso de ser presidente.

Pero a diferencia del millonario nacionalista, Novick sí explicó cómo conseguir los fondos: el dinero sería obtenido de la venta de los inmuebles del Estado que hoy están en desuso. 

Novick les dijo a sus seguidores este miércoles que él fue “de los primeros en hablar de seguridad y decir que el país estaba muy complicado”, y les recordó después que fue luego de recorrer el país en el último tiempo que entendió que  “la gente se estaba quedando sin trabajo”.

“Ahora también te puedo decir que a fines de julio y a principio de agosto vamos a presentar propuestas de todos los equipos, que son más de 20: la política es ágil y hay que estar continuamente mirando los problemas de la gente”, dijo el precandidato luego del acto.

Esperanza y enojo

La precandidatura del excomdandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos –que algunas encuestas determinaron que cuenta con una intención de voto del 7%–, y el crecimiento vertiginoso de Sartori entre los blancos –que algunas encuestas ubican en segundo lugar de intención de voto del nacionalismo–, son dos fenómenos políticos que en el Partido de la Gente ven con recelo. Y sin mencionarlos, Peña se refirió a ellos –así como al Frente Amplio–al definir a su partido como “el único que no responde a ninguna corporación, ni a miliatraes, ni a políticos ni a corporaciones sindicales”.

“Nosotros no respondemos a nadie más que a la gente, a la gente que trabaja”, sentenció, antes de cuestionar el trabajo de las encuestadoras.

“Resulta que solo el 13% de la población sabe qué día son las elecciones internas, cuando calculamos que no van a llegar al 35% del electorado los que van a votar. ¿Y dónde están esas encuestadoras fantasmas?”, disparó y desafió: “Que sigan diciendo que este partido es el 1%. Que lo sigan diciendo...”.

Gustavo Guidobono, uno de los militantes de la lista 3.000.000 presentado por Peña para reconocerle su trabajo, tomó el micrófono del diputado para reclamar que los “ningunearon mal”. “Tenemos que demostrar que a Novick no lo están tapando ni que fue dejado por uno o por otro”, dijo y recibió el aplauso del auditorio.  “Han planteado que Novick fue relegado por millonario por Sartori y por facho por Manini (Ríos). Por todos lados nos ponen techo”, explicó el militante a El Observador.

Cuando cerró el acto, Novick,  ahora más eufórico y sonriente, amplificó el rencor en el ambiente por los malos pronósticos de las encuestas. “No tengo ninguna duda de que cuando se abran las urnas vamos a ser muchos más de lo que dicen”, dijo y esperó a que terminaran los aplausos.

“No vamos a permitir que nos digan que por ser chicos no vamos a cambiar el país. ¿O solo los grandes pudieron?”, se preguntó, y volvió a hacer una pausa para esperar el silencio de las palmas.

“¿Los grandes pudieron combatir la seguridad? ¿Pudieron combatir el desempleo? ¿Terminaron con la corrupción? ¿Dieron una buena educación o una educación cada vez peor?”, culminó.