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Nueva fase del GACH: analizar si se envían los mensajes correctos a la población

Ricardo Bernardi, psiquiatra del GACH, no entiende que se hable de fatiga por la pandemia; "en Uruguay la sacamos muy, muy barata", aseguró pero cree que ahora habrá que apretar el cinturón
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03 de enero de 2021 a las 05:03

El escenario de la pandemia es incierto si se mira desde ahora a dos o tres semanas para adelante. Las medidas que rigen hasta el 10 de enero y que pretenden reducir la movilidad pueden haber surtido un gran efecto en la baja de los contagios o ninguno. En ese momento, los expertos del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) analizarán los datos y los integrantes de una nueva área liderada por el sociólogo y ex subsecretario de Educación del Frente Amplio Fernando Filgueira se preguntarán qué pasó con los números. ¿Bajaron o aumentaron los casos? Y si aumentaron, ¿lo hicieron de manera exponencial? Y si fue así, ¿tiene que ver con que la población no cumplió con las recomendaciones sanitarias o que las recomendaciones fueron insuficientes? ¿Se enviaron los mensajes correctos?

Este nuevo abordaje del GACH que pretende responder a estas preguntas con base en el conocimiento del comportamiento social y de la psiquis humana se volvió imprescindible en este momento de la pandemia, en el que el partido ya no se juega solo en los laboratorios sino también en el comportamiento humano.

"Las personas actúan cuando están motivadas, ya sea por el miedo o por otra cosa", explicó el psiquiatra integrante del GACH Ricardo Bernardi, a El Observador. Junto a Filgueira echarán luz a la arista social de la emergencia sanitaria y tratarán de entender si los mensajes que envían los gobernantes a la población están llegando de manera efectiva, así como si las medidas sanitarias se acatan o no en determinados grupos de la sociedad y por qué, qué percepción del riesgo hay entre las personas, entre otros aspectos comportamentales de la sociedad frente a la pandemia.

De la ciencia a la ciencia social

El encare social que hará el GACH tiene dos grandes áreas: una que analizará los comportamientos individuales y el tipo de mensajes a los que responden los uruguayos y otra mirada sobre los recursos disponibles para llevar adelante medidas sociales que modifiquen las actitudes frente a las medidas sanitarias, sabiendo que las modificaciones de las actividades sociales, como la salud, la educación y la economía impactan en el comportamiento de las personas. 

Lo cierto es que las nuevas recomendaciones del área social del GACH que le llegarán al gobierno serán tanto colectivas como centradas en determinado grupo social y se ajustarán a la observación del comportamiento de los uruguayos. 

"Las normas pueden ser desde la educación, la persuasión, la estimulación hasta la coerción y la prohibición. Cada país responde según su idiosincrasia", señaló Bernardi, quien propuso incluso antes de la conformación del GACH, crear un observatorio de comportamientos coordinado por un sociólogo cuando "se hizo evidente" que el covid-19 traía aparejada la modificación de la actividad económica y el impacto en la salud mental.

"Me llama la atención que en Uruguay se hable de fatiga, de la experiencia de la pandemia...no tenemos experiencia de la pandemia (....) Como población la sacamos muy, muy barata. Ahora tenemos que apretar el cinturón y prepararnos para la dura y no sé si estamos respondiendo con todo lo que debemos"

Ricardo Bernardi, psiquiatra del GACH

Aunque durante los primeros meses de la pandemia no se comprobó un aumento de suicidios, explicó Bernardi, las personas le tenían miedo a la infección. Eso motivó la creación de la línea telefónica 0800-1920 que brinda apoyo psicológico, donde se recibieron consultas por depresión, ansiedad o desorientación al no saber cómo comportarse ante la crisis. Los supermercados se llenaron de personas que buscaban abastecerse de lo más básico frente a un inminente confinamiento que terminó siendo voluntario.

Después las actividades empezaron a reabrir: primero la construcción, después los comercios, las escuelas. "Ahí hubo un cambio de comportamiento y pasó algo, que fue la llegada de la primera ola de contagios de covid-19", analizó el psiquiatra del GACH.

Pero entre la llegada de la pandemia a Uruguay y la primera ola pasaron nueve meses de relativo control en el que la sociedad vivió en "la nueva normalidad". Para Bernardi, ese tiempo fue "muy liviano" si se compara con las realidades de países como Italia, Inglaterra, Alemania o España. "Nosotros no convivimos con el virus. Me llama la atención que en Uruguay se hable de fatiga, de la experiencia de la pandemia...no tenemos experiencia de la pandemia", dijo el experto y concluyó: "Como población la sacamos muy, muy barata. Ahora tenemos que apretar el cinturón y prepararnos para la dura y no sé si estamos respondiendo con todo lo que debemos".

El cansancio del personal de la salud

Cuando la pandemia estalló en Italia empezaron a llegar las imágenes de los hospitales colapsados y del personal sanitario agotado por el estrés. El colapso del sistema de salud dejó muchas muertes y también despertó el burnout o síndrome del quemado, un agotamiento físico y mental que puede sacar de partido a médicos y enfermeros que están en la primera línea de atención y que, para Bernardi, es una condición que puede empezar a aparecer en Uruguay a medida que crece la pandemia.

"Fatiga veo en los trabajadores de la salud, que están en el primer nivel de asistencia, el estrés mayor todavía no llegó a los CTI y temo que aparezca el burnout porque están muy expuestos al contagio, en un trabajo en condiciones durísimas", afirmó.

El síndrome del quemado se puede prevenir y para eso el personal de la salud "debe sentir que está apoyado, que le dan el equipo adecuado, que le respetan los horarios, que le respetan el salario y que no es solo pedirle sino cuidarlo", explicó Bernardi que recordó que los aplausos desde las ventanas y los balcones durante las primeras semanas de la pandemia eran una buena manera de reconocimiento de la sociedad al trabajo de los médicos y enfermeros.

"Lo mejor para prevenir el burnout es un sentido de trabajo en equipo, con respeto, con reconocimiento y sintiendo que se está formando parte de algo en lo que todos están luchando", concluyó.

El aprendizaje del 0800 1920
Tanto durante los primeros meses de la pandemia como ahora, el Ministerio de Salud Pública (MSP) exhortó a la población a no concurrir a los centros asistenciales para evitar a aglomeraciones y priorizar la atención a los pacientes con covid-19. La alternativa pasó a ser la consulta telefónica o la telemedicina, tal como sucedió con la línea de apoyo psicológico 0800-1920.

Pero, priorizar la atención del covid-19 implica dejar de lado otras patologías que deben ser atendidas de inmediato y que, para Bernardi, esta pandemia dejó como aprendizaje.

Según el psiquiatra, al sistema de salud uruguayo le falta un sistema de atención de crisis "rápido y centrado en el paciente" que atienda situaciones  que no ameritan a concurrir a una emergencia pero tampoco agendar una consulta presencial que tarde meses o semanas en concretarse. Para solucionarlo, el experto sugiere crear una agencia de evaluación de la calidad de la atención que permita tener datos firmes sobre las enfermedades postergadas y las consecuencias negativas sobre la salud física y mental de los pacientes.

 

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