Políticamente incorrecto: la novela uruguaya que relata la vida en un prostíbulo

Sin embargo, este punto también puede ser discutido o se discute a sí mismo en la novela, ya que al final del texto hay un asesinato y un suicidio posterior, típico de la crónica roja de hoy, donde la víctima es claramente la mujer, como sucede en el 99 % de los casos reales, con lo que el autor parece aclarar el tema.

Pero esta es solo una de las lecturas o interpretaciones posibles de San Paulo, una obra muy bien escrita y ágil, que describe desde el punto de vista de Paulo –un alcohólico de 48 años que trabaja de seguridad en un prostíbulo disfrazado de whiskería, arruinado tanto física como intelectualmente –la vida de varios personajes que pasan por el lugar o que directamente trabajan allí, como las prostitutas o el patrón.

Lo hace desde el más estricto realismo, presentando escenas verosímiles, reveladoras de una sociedad hipócrita, que se comporta de una forma a la luz del día pero que ya en la oscuridad y bajo el influjo de la bebida, se muestra en toda su decadencia y doble moral. Destaca en este sentido la descripción que hace Dutra de la clientela, desde los viejos babosos que se arriesgan al infarto por una caricia hasta los jóvenes nenes de mamá que no saben distinguir ni siquiera donde se han metido, pero que exigen a los gritos un servicio de calidad.

También, los abogados sin escrúpulos que se reúnen allí para planificar el desalojo de cualquier pobre vieja o para estafar a sus clientes, muchas veces delincuentes de poca monta.

Profesionales sin moral como también lo era el exsuegro de Paulo, abogado de clase alta, que años antes, cuando él y su exmujer se molían a golpes en medio de varias crisis matrimoniales, lograba sacarlo de la comisaria para no manchar el buen nombre de la familia, todo gracias a la plata y a sus contactos políticos.

Pero nadie se salva en esta novela, ya que las clases más bajas también son descuartizadas por Dutra, que no duda en fustigar el concepto de “orgullo plancha”, señalando que solo consiste en hacerle daño a los demás, pero nunca a sí mismos.

Las prostitutas son un capítulo aparte y el autor se luce mostrando sus claroscuros, las virtudes de unas y los defectos de otras. Tanto la Rusa como la Chela, que terminan viviendo con Paulo, son dos arquetipos bien reconocibles de mujeres que sacan la vida adelante como pueden, pero que envejecen prematuramente, bordean la locura y son presa fácil de sus propios caprichos y sueños irreales.

También está, y es de lo mejor de la novela, el pasado familiar de Paulo, donde se explican los motivos de su disfuncionalidad, por más que el personaje admita que es haragán y bastante burro por naturaleza. La situación de sus padres, dos opuestos en carácter que vaya a saber por qué se juntaron en su momento, da también como resultado dos hijos muy distintos, que nunca llegan a entenderse, aún en las peores circunstancias imaginables.

Sobre el final, la novela adquiere un tono policial muy bien logrado, que habla bien del manejo narrativo de Dutra. Se crea suspenso, se intuye lo inevitable con pocas pistas, se siente como la desgracia se avecina por el horizonte. 

Políticamente incorrecta pero literariamente válida, San Paulo merece ser leída. 

Ficha

San Paulo
De: Richard Dutra
Lectores de Banda Oriental
142 páginas
Precio: $ 500