Por qué se acaba rápido la batería del celular y cuánto cuesta renovarla en Uruguay

Normalmente, al año y medio de recibir un uso regular empiezan a mostrar signos de deterioro. Técnicos consultados por Cromo coinciden en que esas marcas de tiempo son casi universales y cuentan que las señales de desgaste aparecen “de a poco” e incomodan cada vez más al usuario. Sin embargo, pueden posponerse si se presta algo de atención.

Los síntomas

Hay síntomas que indican que una batería está empezando a desgastarse o que ya llegó la hora de que sea reemplazada. ¿El indicio principal? El enlentecimiento del celular. En segundo lugar, cuando una carga dura mucho menos que en los primeros meses de vida del teléfono.

Otros síntomas: puede ocurrir que se descargue abruptamente o que se apague de golpe cuando el porcentaje indica que hay suficiente energía para ser utilizado por más tiempo. También puede pegar saltos inexplicables en el porcentaje de actividad –por ejemplo, del 70% al 40%– y también que el dispositivo se caliente.

Los técnicos consultados coinciden en que, si bien esos síntomas apuntan a que el fallo está en la batería, lo que ocurre la mayoría de las veces, hay ocasiones en que la causa podría estar en los mismos circuitos del teléfono. Por ejemplo, un golpe de corriente puede alterar el voltaje interno de la placa madre y causar problemas al resto de los componentes del smartphone.

Las baterías solo muestran señales externas de su desgaste cuando se inflan. Esto daña los circuitos del teléfono. La hinchazón se debe a que en el interior se forman gases por los procesos internos de oxidación, que a su vez se deben a la sobrecarga o a defectos en los cargadores. Hay videos en YouTube que explican cómo reparar este problema de forma casera para liberar esos gases. Este es un procedimiento un poco más riesgoso. Lo más recomendable, sencillo y seguro es comprar un repuesto.

El factor transversal al desgaste de las baterías es que los teléfonos se utilizan intensamente durante muchas, tal vez demasiadas, horas al día. Para Federico Sterenstein, del service Mobidoc – una tienda especializada en iPhone–, ese es un factor determinante para entender el problema. “La duración de una batería va decreciendo a medida que pasa el tiempo desde que se compró el teléfono. Cuanto más nueva, más rinde. Y eso, a su vez, está asociado a la vida del teléfono, porque no es lo mismo cambiar la batería a un teléfono de seis meses que reponérsela a uno de dos años”, explica. El dispositivo ya ha pasado por un uso intenso y las actualizaciones del sistema operativo requieren un mayor consumo de recursos.

“La batería no es lo único que se desgasta en el teléfono”, señala Bruno Famolaro, director de GSM. “Hay otros componentes que se desgastan y empiezan a consumir más. Por eso una batería nueva no da un teléfono nuevo”, aclara.

Errores frecuentes de los usuarios

Los técnicos resumieron qué acciones de los usuarios llevan a que la batería se deteriore. “La gente tiende a comprar los cables compatibles (no originales) para sus iPhone”, explica Nicolás Introini, dueño de Zonaphone. “A la larga, esos cables terminan dañando el dispositivo o a la placa madre”, agrega. Introini explica que dentro de los cables originales hay un chip que controla el amperaje y el voltaje del equipo y esto no está en los compatibles. “Así que si los cargás en un auto con una ficha que no sea buena, el equipo puede recibir el doble de voltaje del que necesita”, comenta.

Sterenstein señala que el primer error que se comete es ponerlo a cargar en períodos cortos. Es decir, darle un “shock energético” de 15% cuando todavía queda 40% de carga, y luego volver a enchufarlo de un modo parecido antes de que llegue al 20%. Coincide con Introini en que, en el caso de los iPhone, las baterías se deterioran por el uso de cables genéricos o parcialmente dañados. Y agrega un dato sobre cargarlo en vehículos: “Algunos de nuestros clientes perciben que cargar en el enchufe del auto causa el problema, pero no estamos tan seguros, porque no sucede en todos los casos”.

La primera vez que se enchufa a la corriente se debe llenar la batería en su totalidad para habituar al aparato a que no será cargado en porcentajes irregulares. Luego, recomiendan que no se llegue al 0% ni tampoco al 100%, dice Famolaro, de la tienda GSM. Lo recomendable es cargarlo cuando se esté acabando la energía y desenchufarlo cuando esté cerca del final.

Sigueto Kubota, director de Karma, un servicio oficial de Samsung, afirma que los problemas surgen cuando los teléfonos se mojan, incluso de forma imperceptible. Agrega que usar un cargador que no corresponde al teléfono puede cortocircuitar la entrada de corriente, así que en muchos casos lo que el usuario percibe como falla de la batería se originó en realidad en un problema del adaptador o de los conectores.

¿Qué es lo que más la agota? Según Kubota, es el uso del teléfono como tal. Es decir, hacer llamadas. En su experiencia, las conversaciones consumen más que los juegos, porque el teléfono irradia energía para emitir la señal. También destaca que el uso del GPS y el wifi son los otros dos elementos que consumen más si están constantemente activos y en búsqueda de señal.

El vínculo entre el consumo intenso de energía por parte de esas funciones y el desgaste puede medirse en lo que se denomina ciclos de carga. Famolaro explica que un ciclo es una carga completa y que la vida útil de una batería se mide en esas unidades. Se estima que en promedio resisten unos quinientos ciclos hasta que empiezan a dar las primeras y lentas señales de desgaste, como durar menos.

Larga vida

Una vez que se acaba la vida útil, se plantea el problema de sustituirla. Esa tarea es más dificultosa: la tendencia que Apple impulsó al adosar las baterías a los teléfonos fue imitada por el resto de los fabricantes. En los últimos años se ha vuelto cada vez más común que el mismo usuario no pueda destapar el aparato y poner el repuesto por su cuenta (excepto que copie alguno de los delicados y riesgosos procedimientos caseros explicados en YouTube).

Los consultados no encuentran una única explicación para la decisión de los fabricantes de no permitir que los aparatos se desarmen tan fácilmente como antes. Algunos argumentan que, de ese modo, la industria presiona para que se utilicen los repuestos originales. Otros afirman que puede tratarse de una cuestión de tamaños, ya que se habría cambiado la forma de las baterías en algunos modelos para que se adapten a teléfonos cada vez más livianos, que son prácticamente pura pantalla, y que duren lo máximo posible.

Lo cierto es que todas siguen siendo de iones de litio y tienen como base química una sal que también se utiliza en vehículos eléctricos. Hace algunas semanas, Bolivia anunció que inauguraba una planta piloto para industrializar el litio extraído del salar de Uyuni. De ese modo, el país se unió a Chile y Argentina en lo que se llama el Triángulo del Litio en Latinoamérica y aspira, además, a convertirse en dos años en el cuarto productor mundial de este metal platinado. Eso mientras nadie logre fabricar a gran escala baterías de grafeno, el material que podría revolucionar la capacidad de almacenamiento de energía y su duración en el tiempo. Entonces, el litio y todos los problemas actuales de carga y descarga, así como los consejos para prevenirlos, podrían ser cosa del pasado.

Dos apps para administrar la batería

Battery Monitor Widget (Android) es gratuita y, además del obligatorio porcentaje de carga, mide la temperatura del teléfono y el estado general de la batería según su tiempo de uso.

Battery Life (iOS) cuesta US$ 1,99. Evalúa el estado de desgaste de la batería y lanza recomendaciones cuando se acerca el momento del cambio. También hace informes sobre cómo y cuánto se usa.

¿Cuánto cuesta cambiar las baterías de los celulares en Uruguay?