Proyectan que el consumo mundial de carne seguirá creciendo

Desde mediados de esta década, “se espera que los fundamentos del mercado conduzcan a una ligera caída de los precios reales, impulsada por mejoras en la productividad y una desaceleración del crecimiento de la demanda. La caída de los precios reales puede ejercer presión sobre los ingresos de los agricultores, especialmente los pequeños agricultores familiares, que no pueden reducir sus costos lo suficiente mejorando la productividad”, indicaron.

La carne vacuna ejemplifica ese escenario de demanda más lenta. En efecto, el consumo mundial de todas las carnes crecerá hasta 14% en la próxima década, desde 328 a 374 millones de toneladas anuales, según las proyecciones. La carne vacuna representa el 20% de este volumen.

El aumento de los ingresos y el crecimiento poblacional impulsará este incremento. La producción de carne bovina, sin embargo, sería la que registre un menor incremento (5,9%), tres veces menos que la carne aviar, que se espera que crezca 17,8%. También son más significativos los aumentos proyectados para la carne de cerdo (13,1%) y ovina  (15,7%).

“En los países de más altos ingresos, como la Unión Europea y Japón, los cambios en las preferencias de consumo, el envejecimiento y el crecimiento más lento de las poblaciones conducirán a una estabilización del consumo per cápita de carne”, indicaron.

La carne aviar pasará de 39% a 41% del total en un mercado global donde la carne bovina pasará de 22% a 20% del total, la carne de cerdo a 34% y la de ovino a 5%.

PiqselsFAO y OCDE analizaron qué sucederá con carnes, granos, aceites y lácteos.

Trigo y arroz crecen lento, maíz más rápido

Se espera que la producción mundial de trigo aumente 11,5% para 2030, sumando 87 millones de toneladas anuales a los volúmenes actuales –de 753 a 840 millones de toneladas anuales–, lo que representa un ritmo constante aunque moderado en términos relativos respecto a la última década (2010-2020).

Los países en desarrollo contribuirán con el 46% del incremento, aumentando así su participación en la producción global de trigo.

Aunque los precios actuales son los mayores desde 2014, FAO y OCDE entienden que esta es una nueva estabilidad. El precio mundial del trigo se incrementará 3,2% para el año 2030 desde los niveles actuales, tomando como punto de partida el precio de US$ 245 por tonelada alcanzado en 2020. Se proyecta que los precios del trigo alcancen los US$ 253 por tonelada en 2030.

El maíz sigue creciendo más que el trigo

Para el maíz, el grano de mayor producción en el mundo, se proyecta un incremento algo superior al del trigo, de 14% para 2030, alcanzando los 1.300 millones de toneladas anuales al final de esta década. Los productores que más aportarán hasta este aumento son China con 35 millones de toneladas, Estados Unidos con 32 millones, Brasil con 18 millones, Ucrania con 10 millones y Argentina con siete millones.

“El aumento de la producción en Brasil será impulsado por una mayor cantidad de maíz de safrinha”, la que ocupa una proporción cada vez mayor y este año ha colapsado por la combinación de sequía y heladas.

El precio mundial del maíz mostrará variaciones de acuerdo a estas previsiones, partiendo desde un piso alto de US$ 199 la tonelada (precio promedio en 2020, el más alto en seis años, hoy ampliamente superado y ubicable en US$ 250).

Se espera que estos precios bajen a los promedios históricos en los próximos tres años, hasta US$ 169/tonelada, para volver a la senda alcista a partir de 2023. Y el maíz recién volvería a tocar los US$ 200 para 2030.

El caso del arroz

El arroz no conseguirá mantener los precios que obtuvo en 2020 –OCDE y FAO usan una referencia de US$ 512 por tonelada, el nivel más alto desde 2013– y bajará a US$ 488 para 2022 y a US$ 476,3 en 2023. Desde entonces se recuperará lentamente, a un ritmo anual de menos de 0,5%, para alcanzar los US$ 492 por tonelada en 2030.

Para la producción mundial de arroz prevén un crecimiento de 11,4% entre 2021 y 2030, de 503 a 567 millones de toneladas. La diferenciación parece ser el camino en el grano que crece más lento, en producción como en consumo.

Soja: China desacelera 

Aquí la OCDE hace una proyección importante: China deja de crecer como comprador de soja. En efecto, si bien se prevé que la producción aumente a un ritmo constante de 1,1% anual entre 2021 y 2030, la desaceleración de la demanda de China afectará las exportaciones y los precios, que en los próximos cinco años no alcanzarían las cifras actuales; se mantendrán por debajo de los US$ 460 por tonelada hasta 2026 para entrar en un ciclo ascendente en 2027 y acercarse a los US$ 500 por tonelada al final de la década.

Según el informe, la expansión de la demanda china bajará del 5,7% anual de la década pasada a un promedio de solo 1,2% anual para 2021/2030.

A eso se suma el crecimiento más lento en la producción de cerdos y aves en China, con “la mejora de la eficiencia alimentaria y los esfuerzos para adoptar una menor proporción de harinas proteicas en las raciones para el ganado”, una tendencia que ya se está viendo en este año con más interés por cereales y algo menos por soja en el gigante asiático.

Los aceites

El ritmo de crecimiento de la producción de oleaginosas será más lento que en los últimos 10 años, con incrementos anuales proyectados de 1,3% anual hasta 2030.

El mercado de los aceites vegetales seguirá dominado por el aceite de palma. Las preocupaciones ambientales influirán en la expansión de la producción, ya que la demanda en los países desarrollados acentuará su preferencia por aceites que no están asociados con la deforestación y la búsqueda por parte de los consumidores de certificaciones de sostenibilidad.

En síntesis, el auge actual parece tener fecha de vencimiento por una razón que es estructural, una estabilización –algo que sucede por primera vez en este siglo– para la población y en el consumo.

Lácteos: el mayor ritmo de crecimiento 

La proyección de crecimiento de la producción mundial de leche hasta 2030 es de 1,7% anual, un avance más rápido que el de la mayoría de los demás productos principales.

Para los países desarrollados, se estima que el consumo per cápita crecerá un modesto 6,8%, y para los países en desarrollo anticipan un sólido incremento de 17,7%. 

En materia de precios, la manteca subiría de US$ 4.037 la tonelada en 2021 a US$ 4.600 en 2030, un incremento de 14% que se acelera entre 2025 a 2027 y volverá a ralentizarse a partir de 2028. En el queso la trayectoria es más constante para un incremento acumulado de 18,3%.

Es una perspectiva bien interesante para el rubro que por ahora es dominado por Nueva Zelanda en las exportaciones, un país con pocas posibilidades de crecer.