Presidencia

Qué implica la llamada de Trump a Lacalle, cuánto incide Bolsonaro y lo difícil de un TLC

El contacto telefónico generó sorpresa en ámbitos diplomáticos y el presidente uruguayo manejó el asunto con mucho hermetismo

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10 de marzo de 2020 a las 11:28

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Luis Lacalle Pou estaba vestido con la bombacha azul, las botas de cuero y todavía tenía cerca el sombrero gauchesco negro que había usado apenas un rato antes mientras montaba a caballo en la Patria Gaucha en Tacuarembó. Cuando desfilaba ya sabía que poco después tendría una llamada con uno de los hombres más poderosos del mundo, pero no era un dato que manejara desde hacía mucho rato.   

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En el entorno del presidente uruguayo muy pocos tenían idea que ese día hablaría con Donald Trump.  Es más, en cancillería algunos jerarcas se enteraron recién el domingo y otros, que deberían saberlo, tomaron contacto con la información el lunes cuando se divulgó a través de los medios. 

Con el nuevo gobierno de Uruguay el giro en la relación con Estados Unidos fue automático, comentó a El Observador una fuente que está muy al tanto de la relación bilateral entre ambos países. El gesto más claro que necesitaba EEUU era un cambio en la postura de Uruguay sobre Venezuela y lo tuvo ya durante la transición, cuando Lacalle conversó el 6 de enero con el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo. 

Por si faltaba algo más para refrendar lo que sería un cambio de postura, Lacalle y Ernesto Talvi (por entonces canciller designado) no demoraron muchos días más después de esa llamada en confirmar que el nuevo gobierno apoyaría a Luis Almagro para la reelección en la Organización de Estados Americanos (OEA). Pompeo estaba por esos días pidiendo explicitamente el voto a Almagro a varios países latinoamericanos y que su propio país lo respaldara era muy importante.

Por eso la llamada de Trump a Lacalle no hace más que reafirmar que los vientos cambiaron en el vínculo de Estados Unidos y Uruguay. Otro gesto que en ámbitos diplomáticos siembra la idea de que pueda haber novedades importantes en el vínculo de ambos países es el hermetismo con el que transcurrió la llamada. En la embajada de EEUU en Montevideo no tienen información adicional. 

Talvi dijo este lunes ante los medios que la charla entre los presidentes "fue una conversación privada", en el sentido de que no participaron más funcionarios. Muchas veces en las conversaciones telefónicas entre presidentes también están en la línea los embajadores o los cancilleres. "No tengo muchos detalles para poder comunicarles", agregó Talvi.

Generalmente cuando Trump llama a sus colegas de otros países es para hablar temas concretos. Lo único oficial que se sabe del contenido de esa conversación fue por medio de la comunicación que hizo la Casa Blanca el domingo a la noche a través de la cuenta de Twitter del subsecretario de prensa de Trump, Judd Deere. Si era por Lacalle no se comunicaba el contacto.

No por formal el texto es vacío de contenido. Que Estados Unidos diga que quiere "crear una nueva alianza basada en valores democráticos compartidos y una relación diplomática y económica más profunda" fue entendido en ámbitos diplomáticos uruguayos como una oportunidad para volver a conversar cuestiones relativas al comercio.  

Eso "ya lo habíamos discutido en profundidad con el embajador de Estados Unidos y con la misión que vino a la transmisión de mando", dijo Talvi. ¿Cómo puede concretarse? Una vía es el Mercosur -a través de un acuerdo de libre comercio de Estados Unidos con el bloque-  y otra opción es avanzar en el comercio bilateral. 

El contexto en el que se dio la llamada puede explicar mucho respecto a la opción 1. El mismo día que Trump telefoneó a Lacalle se reunía en su residencia privada Mar-a-Lago de Florida con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. "Él ha hecho un trabajo fantástico, fantásico. Brasil lo ama y Estados Unidos lo ama", dijo Trump a periodistas sobre Bolsonaro ese mismo sábado a la noche. 

Según informó The New York Times citando fuentes de la Casa Blanca, además de hablar de Venezuela y sobre la compañía china de telecomunicaciones Huawei (a la que el gobierno de Estados Unidos quiere cerrarle el paso con sus socios), Trump y Bolsonaro conversaron de un posible acuerdo comercial entre sus países. Si ese camino avanza y se busca liberar el comercio, el Mercosur puede ser un obstáculo o un socio. Y Lacalle se anota para ser un socio. 

El presidente uruguayo incluyó el tema de un acuerdo de libre comercio en su primera charla con Estados Unidos, la que tuvo hace dos meses con Pompeo, antes de asumir. Según un comunicado divulgado por el equipo de Lacalle el 6 de enero, en esa conversación el presidente uruguayo le pidió “estudiar la posibilidad de avanzar en un tratado de libre comercio, ya sea bilateral o vía Mercosur". 

 Según Talvi, "la idea es tratar, a través del Mercosur apuntar a la posibilidad de tratados amplios y comprensivos".

Brasil también ve el cambio de gobierno en Uruguay con optimismo. Bolsonaro cree que Lacalle  está "mucho más alineado" con él en sus "propuestas y pensamientos liberales y económicos", según declaró a Búsqueda.  

En el gobierno de Lacalle hay dudas si Brasil quiere avanzar ahora en un TLC con Estados Unidos. Pero si lo hace, Uruguay está dispuesto a hacerlo rápido. También hay serias dificultades del lado de EEUU por tratarse de un año electoral y porque difícilmente lo avale la mayoría demócrata en la cámara baja del Congreso, donde están los representantes de la agricultura que compiten a gran escala con Argentina y Brasil.

El mayor problema para avanzar en un acuerdo de todo el Mercosur con Estados Unidos en cualquier caso estará en Argentina. El gobierno de Alberto Fernández ya dio señales de proteccionismo y las últimas declaraciones de su canciller Felipe Solá, cuando estuvo en Montevideo para el cambio de mando, dan la pauta que no será sencillo avanzar con ellos en acuerdos de todo el bloque.

Solá pareció pasar un mensaje a Brasil y Uruguay con sus declaraciones. Dijo que si Uruguay y Brasil negocian por fuera, el Mercosur se rompe. "Brasil sostiene, y puede que Lacalle venga con esa idea, que hay que promocionar el Mercosur hacia distintos tipos de mercados regionales. Argentina está de acuerdo con negociar con los países de la región que no son socios, con Centroamérica, con la Alianza del Pacífico", dijo a El País. Agregó que "los países son soberanos" y que si Argentina pone "una traba en el Mercosur", Uruguay y Brasil "pueden hacer los acuerdos por otro lado", pero eso "rompe el Mercosur, definitivamente". 

El otro nexo

El presidente de Brasil no es el único nexo que tiene Lacalle con Trump. El mandatario uruguayo es muy cercano a su colega colombiano Iván Duque, que a la vez tiene buen vínculo con Trump. Con Duque Lacalle se conoció hace algunos años en Rosario, en un encuentro de la fundación Libertad, que tiene como referente al escritor peruano Mario Vargas Llosa. En esa oportunidad Duque entabló una relación con Lacalle que los mantuvo en contacto a lo largo de los años. Cuando ganó las elecciones en Colombia en 2018 lo invitó a Lacalle a la  asunción.
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NICHOLAS KAMM / AFP
Duque estuvo en Uruguay el 1° de marzo para la toma de mando de Lacalle y desde Montevideo voló rumbo a Washington. En ese vuelo llevó de regreso a Almagro. El 2 de marzo Duque se reunió con Trump en la Casa Blanca. 

El mano a mano, lo más probable y posible

La otra opción para avanzar con Estados Unidos si la negociación con todo el Mercosur no es posible, según Talvi, es "activar los grupos negociadores entre Uruguay y EEUU para que las relaciones entre ambos países en aquellas dimensiones que tienen en lo bilateral pueda adquirir una dinámica más intensa que la de hasta ahora".

Estados Unidos y Uruguay tienen vigente desde 2007 vigente el TIFA. Se trata de un acuerdo marco de comercio e inversiones mediante el cual los dos países se reúnen habitualmente para negociar aspectos de la relación bilateral. El nuevo gobierno entiende que ese tratado fue muy activo en el pasado pero que últimamente se ha decaído. 

Desde 2007 en adelante en el marco del TIFA hubo ocho reuniones entre los países. La última se celebró en Washington en junio de 2019, pero fue de mucho menor alcance que todas las anteriores. El anterior encuentro había sido en 2016. Según la agenda prevista, este 2020 las delegaciones deberían volver a reunirse en Montevideo en el marco del TIFA.  

Mediante el TIFA hubo grandes avances en el pasado, como el ingreso de los cítricos y la carne ovina sin hueso al mercado norteamericano. 

"Nada impide que en lo bilateral podamos ir trabajando para reactivar el vínculo con EEUU y profundizarlo", dijo Talvi.

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