Una megatorre de 67 pisos y 300 metros de altura acompañada por otros tres edificios bajos. Toda una revolución para Punta del Este. El 30 de mayo de 2018 el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly presentó la primera maqueta formal para construir un lujoso complejo en el predio del exhotel San Rafael.
El proyecto liderado por el italiano Giuseppe Cipriani incluía una inversión de US$ 400 millones e iba a acompañada de un casino privado, con obras que se ejecutarían en cuatro etapas hasta 2024.
Apenas un mes después el rascacielos -que generó fuerte polémica- estaba descartado y el grupo inversor presentaba en sociedad su nueva idea: dos torres horizontales levantadas sobre basamentos articulados con el viejo edificio del hotel que sería completamente remodelado. La altura máxima serían 100 metros.
“Siempre hay comentarios importantes y hay que escuchar a todos. (…) Con tanta altura” el hotel “no quedaba jerarquizado”, apuntó Cipriani por esos días en declaraciones públicas.
En julio del mismo año la Junta Departamental de Maldonado dio luz verde para la construcción de las torres. La idea contó con los votos del Partido Nacional, el Partido Colorado e incluso los ediles que respondían al exfrenteamplista Darío Pérez.
También se aprobó una excepción en altura de 91 metros. Ese día comenzó a correr un primero plazo de 180 días para el comienzo de las obras que darían empleo a unas 1.000 personas durante la construcción.
Pero poco antes de terminar 2018 se conoció otro cambio de planes. La vieja estructura del hotel San Rafael sería demolida para ser reconstruida ladrillo por ladrillo. “Espero que para la temporada 2020-2021 quede operativa la parte del hotel y del casino como también de los otros servicios para nuestros clientes”, dijo Cipriani al Diario Correo de Punta del Este.
A inicios de 2019 la firma Fosara (Grupo Cipriani) presentó la iniciativa privada para operar un nuevo casino privado. Y en abril de ese año empezó con la demolición del viejo hotel que finalizó poco tiempo después en junio.
También a mediados de ese año el Poder Ejecutivo aceptó la iniciativa del casino privado y en octubre aprobó los estudios de factibilidad. Pero el tiempo pasó, las obras no empezaron, y el predio ubicado sobre la rambla Lorenzo Batlle Pacheco se transformó en un inmenso terreno baldío.
Con la pandemia instalada en el país y en el mundo, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) le adjudicó a Cipriani en diciembre de 2020 la concesión para la explotación de una licencia de casino físico por 20 años, condicionado a la construcción de un hotel de lujo. Esto tras una licitación abierta en la que no hubo nuevos oferentes.
En abril de 2021 los inversores presentaron ante la intendencia de Maldonado un adelanto de un nuevo proyecto que eliminaba las dos torres horizontales e incorporaba tres torres verticales. Una de ellas se ubicaría exactamente detrás del nuevo hotel de lujo, y tendría 237 metros de altura. La segunda torre que estaría ubicada más hacia el este tendría 170 metros de altura, y un tercer edificio se levantaría hasta los 125 metros de altura.
Pero también se seguía sin saber cuándo se empezarían a colocar los primeros ladrillos, al punto que el intendente Enrique Antía llegó a reunirse con Cipriani para reclamar certezas sobre la obra.
El 28 de enero de 2022 Cipriani firmó en el MEF el contrato de concesión del casino en Punta del Este. Esto incluyó la compra de un aval -fianza de cumplimiento de contrato- por US$ 200 mil al Banco de Seguros del Estado, para constituir la garantía exigida por el Poder Ejecutivo de US$ 7,8 millones.
“Para tener financiamiento externo hay que tener el proyecto concreto y cerrado que es lo que faltaba acá. La etapa de hoy es muy importante. Este es el primer paso para que avance realmente. Hoy se reafirmó la seriedad de la empresa y su intención”, dijo ese día a El Observador una fuente vinculada a la iniciativa privada.
Casi un mes después Cipriani se reunió con Antía para hablar de la inversión y presentarle a un nuevo socio. Era Naguib Sawiris, un empresario de nacionalidad egipcia fuertemente vinculado al rubro de la construcción, el turismo y las telecomunicaciones con una fortuna de US$ 3.400 millones, según la revista Forbes.
De ahí en adelante poco más se supo. Recién en setiembre el intendente Antía informó que el proyecto seguía adelante y con la condición de remodelar el ex San Rafael como prioridad.
A principio de diciembre de 2022 Cipriani le comunicó a la Comisión de Obras de la Junta Departamental que el egipcio Sawiris se había retirado como socio inversor por las demoras en la aprobación del pliego. De todas maneras el magnate italiano manifestó que tenía todo lista para comenzar.
El miércoles 14 de diciembre el proyecto volvió a considerarse en la Junta Departamental de Maldonado que otra vez dio dar luz verde, pero con algunos agregados para que el principal balneario tenga el edificio más alto de América del Sur. Una de las tres torres que irán detrás del tradicional hotel podrá tener hasta 320 metros de altura de acuerdo con la excepción habilitada, 20 metros más que lo solicitado inicialmente por el promotor.
“¿Por qué no tener una torre como las de Nueva York?”, se preguntó el edil del Partido Nacional Javier Sena que propuso la idea, y que puso el ejemplo de Estados Unidos donde la gente se saca fotos junto a las grandes torres. "La idea es que lo puedan hacer acá también", dijo.
Primero se comenzaría por la reconstrucción del hotel y por el basamento en donde estará ubicado el casino privado –clave del negocio– y el resto de los servicios. Y recién después con esa parte ya operativa se pasaría a la segunda etapa en la que levantaría la primera de las tres torres.
“Una vez que se apruebe en la junta vamos a apurarnos, vamos a apretar lo que haya que apretar”, dijo Antía. La intendencia habilitó el comienzo de los trabajos y ahora el empresario tiene 180 días para empezar con el proyecto.
El edificio del viejo San Rafael sería levantado nuevamente con sus cuatro plantas tipo, la buhardilla, el lobby y el entrepiso; contará con 80 habitaciones y 268 estacionamientos en subsuelo. Las torres tendrán 282 unidades habitacionales, y el proyecto modificativo propone construir 170.084 metros cuadrados. Hasta ahora, casi cinco años después de anunciada la inversión Maldonado sigue esperando por los primeros ladrillos.
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