Diez integrantes de la Comisión Nacional de Ética en la Investigación (CNEI) presentaron su renuncia mediante una carta dirigida a la Dirección General de Salud a principios de setiembre, debido a su malestar con las autoridades porque, según dicen, autorizaron un experimento vinculado al covid-19 sin que haya sido aprobado por la comisión, como lo establece el decreto 158/019.
El experimento se trata del ensayo clínico español Epicos en el que los investigadores administran algunos medicamentos como la hidroxicloroquina a personas sanas para conocer si son eficaces para prevenir el coronavirus. Según cuestionan los profesionales que renunciaron, el experimento fue aprobado por el Comité de Ética de la Investigación del Hospital Militar, pero nunca fue examinado por la CNEI, como estipula la normativa.
Los profesionales que renunciaron fueron Ricardo Roca, Marianela Barcia, Yamandú Polero, María Teresa Rotondo, Mauricio Langón, Beatriz Ceruti, Luis Heuhs, Silvia Méndez, Delia Sánchez y Rosario Bensusán.
El ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, dijo por su parte a El Observador que se trató de un "malentendido" y contó que se reunirá con Roca este miércoles a las 9 horas.
Según afirman en la carta, los renunciantes "no salen de su asombro por la forma en que se procedió respecto al tratamiento de dicho protocolo de ensayo clínico, sin mediar consulta alguna con esta Comisión, ni siquiera avisar que se iba a proceder de esa forma tan irregular".
"Queda claro que en esta circunstancia se ha obviado flagrantemente el asesoramiento y la opinión de esta Comisión, además de la de los CEI y direcciones de las instituciones intervinientes, dando la espalda a lo recorrido en nuestro país en materia de protección de sujetos de investigación", agrega el documento.