Camilo dos Santos

Sánchez: "El gobierno no busca el diálogo ni los acuerdos ni mucho menos cerrar grietas"

El senador del Movimiento de Participación Popular dijo que el gobierno dio "señales muy complejas" y cerró un año en el que decidió "no dialogar"

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04 de enero de 2021 a las 05:00

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Alejandro Sánchez es una de las figuras de renovación dentro del Frente Amplio y del Movimiento de Participación Popular (MPP). El 'Pacha', como es más conocido, asumió a fines de octubre la banca de la Cámara de Senadores que dejó el expresidente José Mujica.

De Diputados se fue aplaudido por los legisladores de todos los partidos. "Nos queremos sumar a los saludos a quien consideramos una muy buena persona y un gran dirigente político, que nos desafía a todos a tratar de ser mejores", le dijo el presidente de la cámara, Martín Lema, en la sesión del 16 de octubre. 

Eso no quita que haya sido uno de los más críticos con el gobierno de Luis Lacalle Pou, contra quien apuntó por actuar con "soberbia" y obstruir el diálogo con la oposición. Sánchez también se refirió al aumento de tarifas, que consideró está motivado por un "afán recaudador", y a la decisión del ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, de cancelar una reunión prevista con los legisladores frenteamplistas. "Hay una voluntad del gobierno de cerrar cualquier espacio de diálogo con el Frente Amplio", dijo. 

A continuación, un resumen de la entrevista con El Observador

¿Cómo evalúa el ajuste de tarifas que anunció el gobierno la semana pasada?

Hay varias cosas. Uno puede pensar que las empresas públicas deben ajustar siempre sus tarifas conforme a lo que es el incremento de la inflación en una economía. Eso le pasa a todas las empresas. Pero el gobierno tiene un gran dilema porque pasó cuatro años hablando sistemáticamente de tarifazos cuando el 1° de enero se ajustaba por inflación. Y para el gobierno ese era un tarifazo horrible. Los principales actores de este gobierno decían en 2018 que Antel y UTE podían bajar 10% las tarifas. Lo decía el hoy secretario de Presidencia (Álvaro Delgado), y la actual ministra de Economía (Azucena Arbeleche). Pero se llegó al gobierno y nos encontramos con que se aumentan por arriba de la inflación. 

¿El argumento de que es por arriba es en base al cálculo de la inflación acumulada pero desde el 1° de abril?

Es que tenemos que creerle al gobierno, porque si no entramos en una discusión donde no hay puntos de referencia. Cuando ajustó las tarifas en abril –y nosotros planteamos que en un momento de pandemia no se podía llevar adelante ese ajuste– el gobierno dijo que lo estaba haciendo por los últimos doce meses, más los cuatro de 2020. Quiere decir que ajustó la inflación hasta abril de este año en el primer ajuste. Por lo tanto, la inflación como referencia tendría que ser de abril a diciembre. Cuando toma los doce meses quiere decir que me roban ahora o me robaron en abril. ¿Cuándo me mintieron? 

"Todo parece indicar que estamos ante la presencia de un gobierno en el que el presidente tiene un poder de mando muy importante. Ya no hay más Consejos de Ministros y ahora todas las decisiones pasan por él"

¿Cómo se va a parar el Frente Amplio ante este temas? ¿Se va a convocar a algún ministro? 

El Frente Amplio debería convocar en enero al ministro de Industria y hablar con los presidentes de las empresas públicas, porque se dan ciertas paradojas en esto. Además de que el discurso del gobierno de que iba a bajar las tarifas se cae –y al final las subió dos veces en el año–, se da en un momento de pandemia y en el que bajan los salarios, algo que también hay que tomar como referencia. Está recomendando el teletrabajo y lo que más aumenta en Antel es la tarifa de datos, que ha sido de las actividades que más han crecido, porque desde que llegó la pandemia todos nos tuvimos que acostumbrar a una lógica distinta donde tenemos reuniones por Zoom, un montón de actividades, gente que está teletrabajando y, por lo tanto, hace un uso más intensivo de los datos. Y el gobierno decide aumentar las tarifas claramente con un afán recaudador. 

¿Esa convocatoria que cree que hay que hacer en enero al ministro Omar Paganini sería en un régimen de interpelación? ¿Lo discutieron con la bancada? 

No, no lo hemos discutido. No estoy en la Comisión Permanente, me imagino que ellos evaluarán cómo lo harán, si es en régimen de comisión general o de interpelación. Pero me parece que es necesario porque tiene que haber un lugar donde la política sea oficial. Y el Parlamento es el lugar en el que el gobierno tiene que dar la información y todos los elementos con cierto grado de objetividad, no todo sobre la base de una especie de discurso político que trata de disfrazar lo que verdaderamente se está haciendo. El gobierno, lamentablemente, ha dado señales muy complejas para con el Frente Amplio y cerramos un año donde decidió no dialogar. 

Justamente, en los últimos días El País informó que el ministro Salinas canceló a última hora la reunión que tenía agendada con los legisladores del Frente Amplio, previo a la citación a comisión de Salud del Senado para el 5 de enero. ¿A qué cree que obedeció? 

Hay que ampliar el foco para darse cuenta de que esta actitud del gobierno no busca el diálogo ni los acuerdos ni mucho menos cerrar grietas. Pareciera ser que el gobierno busca abrir las grietas y generar cada vez más pozos. El Frente Amplio planteó la necesidad, cuando se dispararon los contagios y se descontroló la pandemia, de crear una comisión de seguimiento del covid-19 en el Senado. ¿Por qué? Porque nos parecía importante y porque acá hay una enorme cantidad de desafíos. Entre ellos, la respuesta que puede dar el sistema de salud. ¿Cuál es la respuesta que puede dar el sistema de salud frente a un incremento de los casos? ¿Solo las camas? No. Hay que ver los recursos humanos y no es fácil formar recursos humanos de CTI. No se trata solo de tener respiradores, sino de todo el personal que lo pueda hacer. ¿Cómo protegemos al personal de salud? Eso es clave. Hoy deberíamos tener un plan de vacunación para el personal de salud que es el que está en la trinchera combatiendo al virus, porque si no les damos garantías lo que estamos haciendo es debilitar el sistema sanitario. Planteamos la creación de esa comisión, se nos dijo que no y se puso sobre la mesa la posibilidad de crear una comisión informal en el marco de la coordinación de bancadas y convocar al Grupo Asesor Científico Honorario para poder tener información de calidad. Esa reunión no se hizo nunca. Entonces se planteó la necesidad, vista esta situación, de que el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, asista a la comisión de Salud del Senado. Nos respondieron que había algún senador que no podía asistir, por lo que se fijó para el 5 de enero. No sé si tiene alguna analogía con los Reyes Magos o qué, pero esa fue la respuesta del presidente de la comisión, (Guido) Manini Ríos. Dijimos que estaba bien, pero que era necesario hablar ahora. Porque es ahora que se están sucediendo un conjunto de problemas. El ministro accedió a una reunión, que iba a tener lugar en su despacho, y faltando muy pocas horas, en la noche anterior, nos dijeron que no se podía reunir porque estaba preparando su convocatoria del 5 de enero y estaba muy ocupado. Un ministro no recibe a una delegación parlamentaria de tres senadores y dos diputados para poder dialogar de estos temas. Claramente, hay una voluntad del gobierno de cerrar cualquier espacio de diálogo con el Frente Amplio. 

¿No cree que pudo obedecer al estado de las negociaciones para conseguir alguna de las vacunas?

La mejor noticia que podría recibir el Frente Amplio y el Uruguay es que el lunes el gobierno anuncie que tiene cerrada la posibilidad de algunas dosis con alguna empresa. 

"El gobierno termina aislándose y es un grave error. Se aísla, niega la posibilidad de diálogo con el Frente Amplio y ha sucedido en varias leyes"

¿Por qué el lunes?

Es un rumor que circula por lo bajo. Si eso está, está bárbaro. Ahora, acá hay un problema que es el siguiente: estas cosas no se hacen de un día para el otro. No se puede establecer que por un correo electrónico de un funcionario de tercer rango estamos trancados en esta situación. Y ahora el presidente dice que asume esa responsabilidad él solo. Nosotros queríamos hablar con el ministro de Salud de varios temas más. Y me parece que lo que termina haciendo el gobierno es aislarse. El gobierno se está aislando, nuevamente, y no quiere dialogar con el Frente Amplio. 

¿Es el gobierno o el presidente?

Todo parece indicar que estamos ante la presencia de un gobierno en el que el presidente tiene un poder de mando muy importante. Ya no hay más Consejos de Ministros y ahora todas las decisiones pasan por él. Puede ser que el presidente entienda que no hay que dialogar. Se ha llegado a decir que el Frente Amplio no trajo propuestas, cuando el ministro Salinas, el secretario de Presidencia y el propio presidente de la República han recibido propuestas, incluso posibilidades de intermediación de compañeros con algunos laboratorios para buscar la forma de conseguir las vacunas. Y frente a esas actitudes el gobierno no ha dado ninguna respuesta. 

Camilo dos Santos

¿Qué frenteamplistas se ofrecieron? 

Yamandú Orsi es uno de los que ofreció su colaboración en lo que tiene que ver con el vínculo con algunos laboratorios y buscar la forma de ayudar a Uruguay. La respuesta fue cero. El gobierno termina aislándose y es un grave error. Se aísla, niega la posibilidad de diálogo con el Frente Amplio y ha sucedido en varias leyes. Pensemos en la ley sobre licencias que se votó en la segunda quincena de diciembre. El Frente Amplio planteó que se especificara en la ley que fuera con la voluntad del trabajador. Porque el trabajador es el que tiene derecho al goce de la licencia y su salario vacacional. Se nos dijo que no. Posteriormente, el ministro de Trabajo (Pablo Mieres) salió a decir que en la reglamentación se iba a colocar ese elemento. Eso es que no se quiso dialogar. Lo mismo pasó con la reglamentación del artículo 38 de la Constitución de la República. Hoy tenemos lo que anunciamos que iba a haber: disparidad de criterios. En algunas intendencias se definió un criterio numérico, en otras no. En definitiva, en vez de sentarse a dialogar, ver qué aportes podía hacer la oposición y construir una salida, el gobierno decidió cerrarle todas las puertas de diálogo al Frente Amplio. Esa es una actitud altanera y soberbia. Y la soberbia es mala consejera. 

Dice que el gobierno no quiere dialogar y pone el ejemplo de Mieres y las licencias, ¿no pasó lo mismo con el proyecto de ley que limita la forestación y que el Frente Amplio y Cabildo Abierto aprobaron en Diputados sin consultar al Poder Ejecutivo ni convocar a comisión? 

Ahí hubo una aprobación de un proyecto de ley que ahora va a llegar al Senado, que todavía no es ley y que va a tener toda una etapa de discusión en la Cámara de Senadores, donde se va a poder consultar a muchas organizaciones e instituciones. Habrá que ver si la ley queda así o si tiene otras modificaciones, pero la respuesta del gobierno no puede ser la del presidente de la República que va a vetar la ley, que todavía no sabe cómo salió. 

¿Por qué esas consultas no se hicieron en Diputados? 

No conozco bien la dinámica de lo que pasó en Diputados. Es cierto que en realidad no se hicieron las consultas, pero se decidió avanzar y lo que se acordó fue darle media sanción para que cuando se retome el receso el Senado pueda trabajar en esa ley. Integro la comisión de Ganadería y por ahí van a pasar todos los actores, todas las instituciones públicas y vamos a generar un debate sobre el tema de la Ley Forestal. El problema acá es otro. ¿Por qué un presidente decide vetar una ley? Que todavía no sabe cómo va a ser. Eso es un acto de soberbia del señor presidente, que está diciendo que si se aprueba una Ley Forestal, la veta. Es una actitud que le hace mucho mal al gobierno, porque en definitiva si no hay posibilidad de diálogo, cintura política y una forma de establecer acuerdos, los puentes se dinamitan. El gobierno ha dinamitado los puentes o viene intentando hacerlo. 

"¿Por qué un presidente decide vetar una ley? Que todavía no sabe cómo va a ser. Eso es un acto de soberbia del señor presidente, que está diciendo que si se aprueba una Ley Forestal, la veta. Es una actitud que le hace mucho mal al gobierno, porque en definitiva si no hay posibilidad de diálogo, cintura política y una forma de establecer acuerdos, los puentes se dinamitan"

Algunos analistas dicen que en esta suerte de alianza para votar el proyecto hay una intención de boicotear a la coalición de gobierno, sobre todo teniendo en cuenta que Cabildo Abierto es un socio criticado duramente por el Frente Amplio

Con Cabildo Abierto hay muchísimas diferencias, eso no quiere decir que no puedan haber acuerdos puntuales sobre un proyecto de ley. Hay que quitarle dramatismo a lo que se está planteando porque se está planteando las cosas en negro sobre blanco, como que se está yendo en contra de todo lo que se ha hecho. Y ese no es el espíritu de la ley ni el que anima a una discusión de esta naturaleza. Aquí hubo una política de promoción del Estado para desarrollar una actividad que duró muchísimo tiempo, 20 años y un poco más, y que ha tenido sus éxitos en el desarrollo del sector forestal. Hoy estamos concretando una tercera inversión en la fase industrial primaria de este sector, como la celulosa (con la segunda planta de UPM). Después de que una política pública logra un grado de madurez, hay que analizar para ver si debe continuar con los mismos criterios o si tiene que tener modificaciones. O incluso si esos incentivos que se generaron para ese sector se pueden generar para otros, esa es la discusión que está planteando la ley. No es que el Frente Amplio pretenda, de alguna manera, romper la coalición. La coalición de gobierno es un problema del gobierno y de cómo funciona. Tanto Cabildo Abierto como el Partido Colorado vienen reclamando insistentemente una mesa de diálogo. Diría que el gobierno no solamente no dialoga con el Frente Amplio, sino que no dialoga con sus propios socios. 

La senadora Lucía Topolansky decía en una entrevista reciente con El Observador que en el Parlamento apenas hubo espacio para la discusión en el 2020. ¿Cómo ve el trabajo parlamentario y su rol en los años que quedan por delante?

Hay que tratar de que el Parlamento genere espacios de diálogo, de debate y de discusión. Hay que seguir abogando por ese camino y particularmente uno que implique que el Parlamento se coloque en el centro del debate de la agenda del futuro del país. Porque lo que está pasando es que las decisiones que ha tomado el gobierno hasta el momento están comprometiendo mucho el futuro del Uruguay. Esto se resuelve con un plan que permita acelerar el crecimiento de la economía, mejorar la situación de las empresas, el acceso a los mercados y eso hay que plantearlo como un plan para el año próximo, porque de lo contrario vamos a seguir en la improvisación, que nos lleva a no tener una agenda de futuro. Y cuando no la tenés, estás resolviendo cosas a golpe de balde. Que puede ser muy bueno para una campaña electoral, tener una agencia de publicidad que te diga cómo salir y de qué manera, pero para poder gestionar un país con éxito no se puede estar a golpe del balde de la comunicación. Tiene que haber políticas públicas robustas, serias, creíbles y que se asienten en un escenario que, si bien es de incertidumbre, dé ciertas certezas. 

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