Sindicato apoya reapertura de Ecolat, pero no quiere “una guerra por la leche”

El grupo peruano Gloria informó que saldrá a captar productores que hoy no remiten a la industria

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09 de abril de 2019 a las 14:51

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La reapertura de la planta industrial de Ecolat en Nueva Helvecia fue el tema central de la reunión que mantuvieron este martes en el Ministerio de Trabajo representantes del grupo peruano Gloria y de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (Ftil). Durante el encuentro la empresa informó que el nuevo plan de negocios en el país apunta a la producción de quesos con destino a la exportación. Está en los planes procesar hasta un tope 50 mil litros diarios de leche.

En ese sentido, la firma explicó que para conseguir materia prima se apuntará a captar productores que  hoy no remiten leche a la producción industrial.

En ese sentido, el dirigente de Ftil, Enrique Méndez dijo a El Observador que uno de los planteos que realizó el sindicato es que la instalación no genere “una guerra por la leche”. Eso podría perjudicar a otras plantas de la zona, en la medida que se salga a captar productores que ya trabajan para esos emprendimientos. “Que vengan a generar cuenca, para nosotros es fundamental”, dijo Méndez. 

La semana pasada, la compañía peruana informó que la reapertura de la planta se dará entre fin de mayo y principios de junio, durante una reunión con autoridades de la ciudad de Nueva Helvecia. En una primera etapa se crearían alrededor de 30 puestos de trabajo. La Ftil quiere que se tomen en cuenta a ex funcionarios de Ecolat- Parmalat y Schreiber Foods que ya tienen experiencia en el rubro.

“Nos interesa que cuando llegan inversiones extranjeras se generen puestos de trabajo de calidad y sostenibles en el tiempo. Que las empresas vengan con una proyección amplia y no que vengan por un corto plazo”, dijo Méndez.

El sindicato también planteó que es fundamental empezar a pensar en cómo generar cuenca lechera a nivel nacional y en cómo fortalecer a pequeños y medianos productores. Además, recordó que en el país existe reglamentación laboral y que se debe cumplir con la libertar de organización de los trabajadores.  

Cuando el 12 de febrero de 2015 Ecolat (elaboraba bajo la marca Parmalat) anunció el cierre de sus operaciones en Uruguay unos 400 trabajadores se quedarán sin empleo. En ese entonces la firma explicó que el motivo eran las dificultades para la implementación de su proyecto de reestructura, que buscaba  resolver sus problemas económicos, algo que fue rechazado por los trabajadores



En esa oportunidad, el grupo peruano resaltó que se había “quebrado” el principio de autoridad y la relación de “confianza necesaria” con los trabajadores.

Por ese entonces ya se había suspendido la producción de quesos y yogurt y el trabajo se concentraba en la elaboración de leche larga vida.  La empresa empezó a dejar de captar leche y también bajó el precio en el mercado.

El grupo peruano desembarcó en mayo de 2012 con la compra del 55% de las acciones por US$ 20 millones al grupo Maldonado de capitales venezolanos. Estos empresarios habían llegado antes para ser socios del grupo LeadGate, liderado por Matías Campiani, que adquirió la filial local de Parmalat en 2005.

A fin de 2012 el grupo Gloria pagó otros US$ 16 millones por el 45% restante, según informó El País por ese entonces. Los peruanos quisieron apostar a renovar la maquinaría de Ecolat e iban a invertir US$ 30 millones en una planta quesera, pero la caída del precio de los lácteos echó por tierra ese plan y complicó a la empresa.

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