Al menos 4.360 personas, entre ellas 1.900 civiles, murieron en Siria en 2023, la cifra más alta desde 2020, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), que llamó a las partes a detener el derramamiento de sangre que empezó en marzo de 2011 en el marco de la Primavera Árabe.
El OSDH, organización dirigida por opositores en el exilio, subrayó que la cifra es superior a la registrada el año pasado, cuando murieron 3.825 personas, el número más bajo desde el inicio de la guerra civil, que involucra a múltiples actores, entre ellos al gobierno sirio y su Ejército, liderados por el presidente Bashar al-Assad, quien reprimió las manifestaciones pacíficas y se enfrenta desde entones a los disidentes.
Según OSDH, entre los 1.889 civiles fallecidos este año se cuentan 241 mujeres y 307 niños. La organización, además, lamentó que a pesar de todos los intentos por alcanzar soluciones y "de las resoluciones y treguas del Consejo de Seguridad” de Naciones Unidas (ONU), “el derramamiento de sangre continúa en suelo sirio, así como las masacres y los combates".
Otros de los actores involucrados es el autodenominado Estado Islámico (EI) –que aprovechó el caos generado en el país para ganar terreno en su intento por instalar un califato–, además de Rusia, Irán y la organización islámica Hezbolá, que apoyan al gobierno sirio, interesados en su geopolítica e influencia.
Entretanto, Estados Unidos y una coalición internacional de 60 países se asociaron con las milicias kurdas para combatir al EI y hacer contrapeso a Rusia; mientras que Turquía, país vecino de Siria, entró al conflicto ante el avance de las milicias kurdas para evitar que lleguen a sus fronteras. Finalmente, Israel, que oficialmente no se involucró, bombardeó en distintas ocasiones posiciones del Hezbolá y de las fuerzas iraníes.
"Hacemos un llamamiento una vez más a las partes a trabajar seria y continuamente al máximo de sus capacidades para detener el derramamiento de sangre del pueblo sirio, que se enfrentó a la tiranía y la injusticia para poder alcanzar un Estado de democracia, libertad, justicia e igualdad", proclamó la OSDH.
En este sentido, la organización con sede en Londres hizo hincapié en que los "responsables de crímenes, violaciones y atrocidades contra el pueblo sirio sean llevados ante la justicia" y renovó su compromiso con seguir documentando las violaciones de Derechos Humanos que se dan sobre el terreno.
Según las cifras que manejan las agencias internacionales de la ONU, medio millón de personas murieron a lo largo de los 12 años en el marco del conflicto, que comenzó con las protestas antigubernamentales duramente reprimidas por el gobierno, lo que radicalizó a una facción del Ejército que se volvió contra el presidente Al-Assad, cuya familia se encuentra en el poder desde 1971.
(Con información de agencias)