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Talvi: el proyecto de Rendición de Cuentas deja "en estado de fragilidad" la situación fiscal

El economista dijo que Uruguay "no tiene tiempo para perder" y debe encarar los excesos de gasto público sin insistir con aumento de impuestos y tarifas
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13 de junio de 2018 a las 05:00

"Uruguay tiene tiempo, pero no tiempo para perder", dijo este martes el director académico de Ceres, Ernesto Talvi. Con Argentina como ejemplo de endeudamiento en exceso y cese repentino del crédito, el economista puso sobre la mesa un viejo refrán: "Cuando las barbas del vecino ves quemar, pon las tuyas a remojar".

Esa es una las principales conclusiones que dejó el economista en lo que seguramente fue una de sus últimas apariciones públicas como director de Ceres. Talvi se perfila como un posible precandidato que competirá en las elecciones internas del Partido Colorado de cara a las elecciones de 2019.

"Me considero un liberal progresista", dijo este martes en rueda prensa minutos después de su exposición en Kibon Avanza. Y aclaró que decidirá si ingresa a la política en las próximas semanas.

Lea también: El desafío de Talvi: hacerse conocer fuera del ámbito académico y empresarial

Durante su tradicional conferencia, Talvi explicó que la foto de Uruguay en algún aspecto es similar al del país vecino. Esto es: situación económica y fiscal débil con bajo crecimiento, pérdida de empleo, caída de la inversión y alto déficit fiscal. Se suma el crecimiento acelerado de endeudamiento financiado por capitales extranjeros de corto plazo a los que se retribuye con altas tasas de interés, en un contexto económico global en donde el crédito se está haciendo más escaso y más caro, y en un escenario regional complicado.

La diferencia está en la "posición financiera sólida", dijo. Las reservas del Banco Central y los créditos contingentes ya negociados con organismos multilaterales alcanzan para pagar un año de vencimientos de deuda pública y de deuda externa privada. Además, aunque la morosidad bancaria aumenta, todavía está lejos de niveles que comprometan la salud del sistema.

Talvi señaló que cuando en la foto se tiene debilidad económica y fiscal montada sobre una situación financiera sólida, se tienen tiempo para corregir desequilibrios, "pero lo que no se tiene es tiempo que perder", alertó.

Por eso llamó a encarar los excesos de gasto público y la ineficiencia de las empresas del Estado sin insistir con aumentos de impuestos y tarifas que la experiencia muestra que no han resultado.

"Uruguay no puede seguir teniendo el desequilibrio fiscal que tiene. (...) Estamos emitiendo deuda a un ritmo muy acelerado. Estamos pagando tasas de interés altas y estamos haciendo entrar dólares a comprar estos papeles deprimiendo el tipo de cambio y generándole sobrecostos al aparato productivo".

"Por un lado estamos poniendo en riesgo el buen crédito de la República y por otro estamos postrando al aparato productivo que está pasando por un muy mal momento", añadió.

En opinión de Talvi, el proyecto de Rendición de Cuentas que el gobierno enviará al Parlamento "es más de lo mismo". Según explicó, hay un intento de contención parcial de crecimiento del gasto con una recaudación "resentida" que "deja en un estado de fragilidad" a la situación fiscal del país.

El gobierno anunció la semana pasada un aumento de gasto de unos US$ 150 millones para 2019. El rojo de las cuentas públicas se ubicó en los 12 meses cerrados a abril en 3,7% del Producto Interno Bruto (PIB) y las autoridades admitieron que no cumplirán la meta de 2,5% al terminar el período.

"El triple golpe"

Talvi dedicó buena parte de su presentación a analizar lo que el nuevo escenario económico global y regional produjo en diferentes sectores productivos.

Consideró que el agro recibió en los últimos años un triple golpe: menores precios, atraso cambiario y tarifas más altas, lo que tiene como consecuencia "una muy fuerte caída" de la rentabilidad en sectores de producción dedicados a la soja, la lechería y el arroz. También en la ganadería el margen por hectárea se redujo.

Y puso como ejemplo que esa situación se refleja en el descenso de la recaudación del Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE) en el agro, que pasó de US$ 49 millones en 2013 a US$ 12 millones en el último año.

Con ese panorama, Talvi expresó que es "entendible" el surgimiento del movimiento de los autoconvocados.

A su juicio las medidas anunciadas hasta ahora por el gobierno "son solo paliativos", que alcanzan a pocos sectores. También revelan las "limitantes políticas" que existen para "promover cambios profundos para readecuar el Estado y su funcionamiento, y de esa forma devolverle rentabilidad y competitividad a la producción", consideró.

El ejemplo de Australia

El economista puso como ejemplo a Australia, que como país agroexportador ante el desplome de los precios internacionales dejó que su moneda se depreciara y alcanzó así una reducción de precios en dólares de 17%. Con ello ganó competitividad frente a sus socios comerciales. "En Uruguay estamos 2,5% más caros en dólares de lo que estábamos antes que cayeran los precios de los commodities", afirmó Talvi.

Según explicó, si Uruguay hubiera seguido la misma trayectoria de precios en dólares que siguió Australia, el peso se habría depreciado en términos reales a casi el promedio histórico y el tipo de cambio nominal sería $ 34 por dólar.

Con ese tipo de cambio la reducción de los márgenes de rentabilidad hubiera sido menor, dado que los costos de insumos y servicios locales medidos en dólares se habrían abaratado, dijo. Y si bien en la soja, la leche y el arroz no se hubieran alcanzado máximos de rentabilidad, se habría neutralizado en parte "el triple golpe" y los niveles de actividad habrían sido "mucho más elevados", señaló.

Argentina "salvó la petisa"

Tomando en cuenta los problemas del sector productivo, Talvi expresó que lo que hasta ahora "permitió salvar la petisa" fue el enorme encarecimiento en dólares de Argentina. Eso "regaló" dos temporadas turísticas con récord de visitantes. Así la economía ha seguido creciendo en un contexto adverso, pero sobre bases "artificiales" y "frágiles", dijo el economista.

Las frases

"En Occidente estamos peleando una guerra para proteger la democracia liberal, el sistema que dio los mayores niveles de prosperidad y progreso, de libertad, y de respeto por los derechos humanos de que tengan registro la historia de la humanidad".

"Es difícil saber cuánto poder de persistir puede tener el movimiento autoconvocados, porque es gente de trabajo que está dejando de trabajar. No es simple sostener un movimiento de estas características a lo largo del tiempo".

"Deberíamos haber actuado por la vía del control del gasto y la profesionalización de las empresas públicas para reducir el déficit fiscal y así bajar la dependencia del financiamiento externo, descomprimir el tipo de cambio y bajar los costos en dólares".

"El acuerdo entre el FMI y Argentina ha sido una noticia tremendamente positiva para Uruguay. Si Argentina se hubiera complicado, les aseguro que a nosotros se nos iba a complica la vida".

"No sabemos muy bien cuál es el mundo en el que vamos a vivir. El orden global liberal basado en reglas e instituciones que EEUU ayudó a construir está siendo socavado por su propio arquitecto.

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