Trabajadores temporarios jamaiquinos enfrentan condiciones de trabajo “similares a la esclavitud” en granjas canadienses, en el marco de un programa de trabajo migrante que tiene décadas de existencia.
Las condiciones precarias en que se desarrolla el trabajo de jamaiquinos contratados en granjas de Ontario fueron expresadas en una carta que el grupo Alianza de trabajadores migrantes por el cambio (MWAC) mandó al ministro de Trabajo y Seguridad Social de Jamaica, solicitando su intervención para que cesen de “tratarlos como mulas”.
“Nos tratan como mulas y nos castigan por no trabajar lo suficientemente rápido. Estamos expuestos a pesticidas peligrosos sin protección adecuada, los jefes son abusivos y nos insultan. Nos intimidad físicamente, destruyen objetos personales y nos amenazan con devolvernos a Jamaica”, puede leerse en un párrafo de la carta.
Los trabajadores son contratados bajos las condiciones del Programa de trabajo de temporada en la agricultura (SAWP), que habilita a empleadores canadienses a contratar en forma temporaria trabajadores de México y otros países de área caribeña para completar sus planteles laborales.
Los trabajadores que arriban a Canadá en el marco del SAWP, pueden permanecer hasta ocho meses por años y en muchos casos esa relación laboral permanece durante años, con los migrantes que retornan en cada temporada a cubrir diversos puestos de trabajo.
En la carta al ministro se afirma que “en las actuales condiciones, el programa es una esclavitud sistemática” y su envío se produce precisamente a pocos días de que el ministro de trabajo de Jamaica, Karl Samuda, arribe a Canadá para visitar las granjas donde trabajan sus compatriotas.
En otro pasaje de la carta, los firmantes expresan que “trabajamos ochos meses por un sueldo mínimo (…) nuestros empleadores nos tratan como si no tuviéramos sentimientos, como si no fuéramos seres humanos. Somos como robots para ellos”.
Canadá es el quinto exportador mundial de agro alimentos y en 2021 sus exportaciones alcanzaron la suma de US$ 63,3 mil millones. Para completar sus necesidades de fuerza laboral, contrata anualmente entre 50 y 60 mil trabajadores temporarios extranjeros, para siembra y cosecha de frutas y vegetales en la industria frigorífica.
Los trabajadores extranjeros están obligados a vivir en viviendas superpobladas y sin los estándares mínimos de confort, trabajan largas horas en condiciones inseguras, reciben bajos salarios y están siempre bajo la amenaza de deportación hacia sus lugares de origen y prohibición de volver en otras temporadas si no se avienen a las condiciones que sus empleadores les imponen.
Syed Hussan, director ejecutivo de MWAC precisó que los migrantes pasan a depender exclusivamente de sus empleadores y en la práctica no pueden trabajar en otra cosa en Canadá. Esto crea un vínculo en el que resulta imposible ejercer cualquier tipo de derecho laboral y los obliga a aceptar las condiciones de abuso y violencia que, incluso, pueden llegar a la muerte, como efectivamente ha sucedido en tres casos en el mes pasado y 12 casos a lo largo del año anterior.
En la carta enviada al ministro Samuda, se le pide que interceda ante las autoridades canadienses para que se implemente un estándar mínimo de condiciones de vivienda, se cree un sistema para denuncias anónimas de abusos, facilitar la posibilidad de cambiar de empleado y permitir la representación de los trabajadores para negociaciones contractuales.
También se pide que el gobierno canadiense permita la residencia permanente en el país para aquellos que arriban a trabajar.
En mayo, el parlamento canadiense voto en forma unánime una moción para que el ejecutivo disponga en el término de 120 días, “un plan integral para ampliar la capacidad de residencia permanente para los trabajadores extranjeros que les permita mejor acceso a los recursos y salvaguardas como retribución por su colaboración con nuestro país”.
Por su parte, el vocero del área de Inmigración, refugiados y ciudadanía de Canadá (IRCC), Jeffrey MacDonald, dijo que el ministro federal tiene el mandato para encontrar la forma de expandir el camino hacia la residencia permanente de los trabajadores y estudiantes extranjeros.
Syed Hussan cree que en la medida en que la presión pública se mantenga, el cambio será posible.
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