Dos días atrás el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tuvo un revés inesperado en su intento por frenar la llegada masiva de inmigrantes.
Fue cuando un juez federal bloqueó temporalmente una nueva orden que el presidente había dado, con la que negaba la posibilidad de obtener asilo a las personas que entraran ilegalmente al país.
Antes había sido el refuerzo de la frontera con cada vez más efectivos militares, y antes, la separación de familias con el saldo de miles de niños refugiados en campamentos lejos de sus padres.
Este martes Trump dio un paso más con una idea que había lanzado semanas atrás. Si la situación en la línea divisoria entre México y Estados Unidos se complica, se cerrará la frontera.
"Si se llega a un nivel en el que perdemos el control o personas pueden resultar heridas, cerraremos el ingreso al país por un período de tiempo", dijo el presidente a un grupo de periodistas.
Y ese cierre, aseguró, no es solo para personas sino que abarcará también los intercambios comerciales.
"Me refiero a toda la frontera. México no podrá vender sus automóviles a Estados Unidos", dijo.
Trump ya había amenazado a mediados de octubre, en plena campaña para las elecciones de medio mandato, con impedir que la caravana de migrantes centroamericanos ingrese a su país si México no era "capaz" de detener el "asalto".
Desde que la caravana comenzó a llegar al norte mexicano, el presidente estadounidense envió miles de soldados que están autorizados a emplear "la fuerza letal si hace falta", dijo el jueves, aunque aseguró que espera que no sea necesario.
Horas antes de que Trump advirtiera sobre el posible cierre de la frontera, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, había señalado que el ejército estadounidense desplegado a lo largo de la línea divisoria entre los países podría intervenir en casos de violencia que se dieran con los migrantes que pretendieran entrar al país, pero que estaría armado solo con porras.
El Pentágono recibió el martes una nota de la Casa Blanca que da mayor libertad para operar en la frontera. Pero si fuera necesario que los guardias fronterizos pidan apoyo a los soldados de refuerzo en caso de que se intenten forzar los pasos fronterizos "ningún soldado estará armado", dijo. "Probablemente serán miembros de la policía militar equipados con escudos, porras, sin armas de fuego".
Trump, que había generado controversia semanas atrás cuando sugirió que las tropas estadounidenses podrían disparar a los migrantes si estos lanzaban piedras, debió dar marcha atrás.
"Si lanzan piedras como lo hicieron con la policía y el ejército mexicano, yo diría, considérenlo como un rifle", dijo. Al día siguiente, revino sobre el asunto, y dijo que los soldados "no tendrán que disparar".
El jefe del Pentágono indicó que no ha tomado ninguna decisión sobre la duración de este despliegue fronterizo, inicialmente previsto hasta el 15 de diciembre, porque "dependerá de la misión".
Casi 4000 centroamericanos de la caravana migrante que salió desde Honduras ya arribaron a Tijuana, contigua a la estadounidense San Diego, y se espera en estos días la llegada de otros miles.
El fallo temporal contra el decreto de Trump que pretendía evitar que los migrantes ilegales solicitaran asilo fue emitido por el juez de distrito John Tigar, en respuesta a la demanda interpuesta por organizaciones de defensa de los derechos civiles. La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) afirma que la ley estipula que cualquiera que entre al país, independientemente de si lo hace legal o ilegalmente, puede presentar una solicitud de asilo.
El decreto de Trump indica que solo aquellos que ingresen a Estados Unidos por pasos fronterizos oficiales -y no quienes se escabullan a través de la frontera- pueden hacer el pedido de asilo.
La orden ejecutiva se produjo en momentos en que una caravana con miles de migrantes, en su mayoría hondureños, avanza a través de México hacia Estados Unidos.
El juez Tigar indicó que la ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) de 1965 establece que cualquier extranjero que llegue a Estados Unidos, "sea o no a través de un puerto de ingreso", puede pedir asilo.
El decreto "que prohíbe dar asilo a los inmigrantes que ingresen al país eludiendo un puerto de ingreso está en irreconciliable conflicto con la INA y la expresa intención del Congreso", indica el fallo de Tigar.
El bloqueo impuesto por el juez permanecerá vigente hasta que la corte decida sobre el caso, en principio el 19 de diciembre, informó The Washington Post.
El Observador y AFP
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