Transformar un pozo negro en un pozo limpio puede ser una síntesis del core del negocio de Río Azul, un emprendimiento que surgió gracias al estudio en sanitaria medioambiental de Gonzalo Cámara que lo llevó por diversos países del mundo como Israel, Holanda o Colombia en la búsqueda de alternativas más amigables con el medioambiente a través de tecnologías verdes. A él se sumó Marcelo Argenzio con la apuesta de llevar adelante un negocio que tuviera a la sostenibilidad en el centro.
A la vista, la propuesta de Río Azul ofrece la instalación de un pequeño jardín, pero debajo de él la biología hace lo suyo y de la mano de los microorganismos, las plantas y la biotecnología de Rio Azul, las aguas servidas se depuran obteniéndose como resultado agua tratada que puede reutilizarse (salvo para su consumo). A diferencia del consumo lineal, estos nuevos usos permiten amortizar aun mejor los costos dado que se saca mayor provecho del agua que se pagó en primera instancia.
A su vez, la empresa propone potenciar la educación y la conciencia en lo que tiene que ver con los recursos naturales y la preservación del ecosistema. En esto trabajan, por ejemplo, en una escuela agraria de Salto en la que aplican su sistema de saneamiento de forma honoraria.
A gran escala
Si bien Uruguay es uno de los mejores países de Latinoamérica en lo que refiere a saneamiento, aquellas ciudades con más concentración demográfica son las que se ven favorecidas con el saneamiento, por lo que se hace necesaria una solución alternativa para las que quedan por el camino.
Para esto, Río Azul se encuentra trabajando con el respaldo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y en diálogo con OSE, la Agencia Nacional de Vivienda, Mevir y diferentes intendencias para hacer llegar su solución a aquellas localidades a las que aún no ha llegado el saneamiento por parte del Estado. “Todos se mostraron de puertas abiertas para poder avanzar con esta solución”, señaló Argenzio.
En este sentido, junto con la ANII se identificó la oportunidad de desarrollar soluciones sostenibles a escala comunitaria de determinada densidad poblacional. “En breve vamos a tener novedades”, apuntó Argenzio. Al respecto, Cámara acotó que el servicio no se circunscribe a la escala doméstica, sino que también se utiliza en el plano industrial y agrícola-ganadero.
Hasta el momento, la firma tiene 11 sistemas concretados, tres fueron finalizados, dos están en construcción y otros seis están entre consultorías y para comenzar a construirse. “Hay proyectos cotizados a gran escala que están siendo estudiados por las instituciones correspondientes, son de escala comunitaria y las cotizaciones fueron solicitadas por organismos del Estado que pretenden solucionar problemas concretos”, señaló Argenzio. Los proyectos se encuentran en Canelones y San José.
“El Plan de Saneamiento prevé que el 100% de la población tenga acceso al saneamiento para 2030, a algunas zonas se tarda en llegar y para esas es que ANII vio en Río Azul una alternativa fantástica para acelerar procesos”, indicó Argenzio y apuntó: “Se puede solucionar a menor costo, a menor tiempo, sin mayores inconvenientes y de forma sostenible”.
Financiamiento y expansión
Según detalló Cámara, a nivel de financiamiento, el emprendimiento surgió en primer lugar gracias a sus propios ahorros, luego comenzaron a asesorarse con la firma de private equity Capital Oriental.
El fundador de esta empresa, Jaime, Miller explicó a Café & Negocios que el desafío de levantar capital para una startup siempre es cuánto vale la empresa para que un aportante diga yo por esta plata tengo tanto porcentaje de las acciones. En el caso de Río Azul aplicaron la metodología Safe (Acuerdo Futuro para Canje de Acciones, por sus siglas en inglés) que permite al inversionista aportar el dinero ahora y las acciones no se le dan inmediatamente,sino que le canjean ese monto invertido más adelante cuando se sepa con más claridad cuánto vale la empresa. "Ese valor de canje es al valor que entró el siguiente accionsita que ya entra con un valor formal por acción,menos un descuento por haber puesto el dinero antes", detalló Miller.
De esa manera, Río Azul pudo levantar capital, "lo suficiente para fondear los primeros dos años de actividad de la empresa", apuntó el fundador de Capital Oriental.
El impulsor de Capital Oriental destacó además que el modelo de negocios de Río Azul permite, por ejemplo, que bancosprivados que actualmente se interesan por financiar temas vinculados a la sustentabilidad puedan acompañar a las familias que decidan hacer uso de las soluciones que propone Río Azul.
"Nuestra tarea es irlos acompañando", detalló Miller y agregó que en la primera instancia fueron inversores ángeles quienes apostaron al proyecto. "Nuestro propósito es ayudar a empresas como Río Azul", subrayó el socio de la firma de private equity y detalló que en cada etapa de la startup se deberá buscar el socio ideal para poder financiar el crecimiento, un aspecto vital.
En este sentido, a futuro, Río Azul se proyecta trabajando en la región, con la premisa de que en países como Brasil o Argentina las necesidades de saneamiento son mucho más profundas que en Uruguay. A su vez, los directores esperan continuar innovando en tecnologías sostenibles aplicadas en la resolución de distintos problemas cotidianos.
