La imagen es eterna. Enzo Francescoli mete una diagonal hamacando el cuerpo como un equilibrista. Los argentinos salen desesperados al cruce y el Príncipe se desprende de la pelota. El hincha -paralizado ante el televisor- comenzaba a balbucear "¿qué hizo?", "¿fue falta?" cuando una ráfaga blanca llamada Antonio Alzamendi cruzó la pantalla para transformar el manejo magistral de Enzo en puñalada y gol.
Uruguay le ganó así a Argentina en el Monumental por las semifinales de la Copa América de 1987. La última vez para la celeste en esas tierras. De esto ya pasaron 25 años. Un día como hoy, cuando Uruguay enfrenta a Argeentina por Eliminatorias, es imposible no recordar.
Desde entonces Uruguay no volvió a ganar en suelo argentino a pesar de que la eliminación del año pasado en Santa Fe a los albicelestes por penales (lo que para las estadísticas es un empate) en otra Copa América vale al corazón como lo que fue: un triunfo enorme.
"Hice uno por un Mundial y otro que le dio la Copa Intercontinental a River Plate, pero el gol más importante que hice en mi carrera fue en el Monumental ante Argentina con Maradona en la cancha", me contó en 2007 Alzamendi en una entrevista para El Observador.
Alzamendi atravesaba el mejor momento de su carrera. Hace unas semanas FoxSports recordó la campaña de River Plate con el Bambino Veira como DT y en la Libertadores de 1986 el Hormiga era imparable. Pique demoledor y gol.
Tan monumental, como el Estadio y aquel gol de Alzamendi, recuerdo que fue la atajada de Eduardo Pereyra tras un cabezazo del Búfalo Juan Gilberto Funes, fallecido en 1992 por una enfermedad cardíaca, en el epílogo del juego.
Argentina estrenaba nada menos que el título de campeón mundial obtenido en México un año antes. Y ahí estaba Diego Maradona, ya sin la ríspida marca que le opuso el Chifle Barrios en tierras aztecas.
No importa establecer comparaciones, pero la presencia de estos tiempos de Lionel Messi genera lo mismo que Maradona otrora.
Lo confirman las palabras que me brindó Roberto Fleitas: “Teníamos dos opciones: marcarlo con una referencia personal o hacerlo en zona utilizando una vigilancia estricta sobre el elemento, que fue lo que realizamos. Hizo sus genialidades pero se lo pudo contener".
Fleitas también destacó que esa selección se armó en 17 días con solo cuatro jugadores procedentes del extranjero y que la mayoría de la prensa -cuándo no- consideró que su designación como entrenador fue una "osadía".
Es un triunfo que invita a soñar, porque este país porfiadamente desmemoriado parece que ya se olvidó lo que esta selección consiguió hace un año y pocos meses. Y ni te digo con lo que pasó hace 25...
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