Una prueba de carácter de Wanderers

Wanderers, incómodo por una cancha donde la pelota no rueda, pica, terminó sellando un sufrido triunfo ante Juventud para dejar en claro que está dispuesto a pelear el torneo

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23 de febrero de 2014 a las 21:53

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La particular liga uruguaya cuenta con determinadas características que terminan marcando el rumbo de sus campeonatos. Las ventajas de los grandes con relación al resto de sus rivales son abismales. Pero ya no a nivel económico, las diferencias se marcan en otros aspectos. Y por curioso que resulte, la visita a las canchas es el termómetro del torneo.

¿Usted se preguntará por qué? Es muy sencillo. ¿Sabe lo que es jugar todos los fines de semana en el Centenario donde la pelota rueda y tener que hacerlo en canchas donde los balones son conejos porque van saltando?

Bueno, en la cancha de Juventud de Las Piedras la pelota no rueda, va picando.

Wanderers, que después de muchos años de espera y sufrimiento parece ilusionar a su gente con pelear el campeonato, tuvo la primera de varias pruebas.Pero mire como son las cosas, que el bohemio todavía no se había percatado de la impotencia que genera jugar en el Artigas, cuando ya ganaba 1 a 0. Un tiro libre de Gómez puso al equipo de Arias en ventaja.

Pintaba para un paseo de salud del bohemio. Es que enseguida Santiago Martínez y Guzmán Pereira marcaron presencia en el medio y Blanco se soltó para lanzar. A los 10 le metió una bola de gol a Gastón Rodríguez cuya definición se estrelló en el palo.

Pero Juventud llevó el partido a su territorio. Como lo hizo hace una semana contra Defensor. Pierna fuerte, presencia, y a meter. Sin juego, pero con mucha actitud. Y fue sobre el arco de Wanderers. En un tiro de esquina encontró el empate por intermedio de Diego Rodríguez.

Y como por arte de magia Wanderers se desdibujó. Se percató que la pelota no rodaba, picaba. Su luz se fue apagando. Enseguida del gol Cristóforo salvó el segundo canario ante Civitate.

Juventud aprovechó la incomodidad de su rival y sobre el final del primer tiempo Blanes fue victima de penal. Se encargó de ejecutar la pena sin fallar. Sorpresa: Juventud 2 a 1.

Con el reloj marcando los 45 minutos Viega pegó de más y fue expulsado.

Contrariamente a lo pensado, la roja liberó más a Juventud para el complemento. Es que Wanderers se fue arriba y se regaló. Puerari marró un gol solo y generó la reacción del técnico bohemio.

Albarracín y Riolfo a la cancha pero acaso lo más importante fue que Maxi Olivera se paró más arriba y empezó a desnivelar por izquierda.

Sobre los 22 Olivera generó la jugada del empate que rubricó Santos aprovechando la claridad de Blanco que lo asistió de taco.

Y cambió el viento. Wanderers se dio cuenta de que necesitaba brindar una muestra de carácter. Que para ser aspirante al campeonato hay que superar estas pruebas, sin importar la cancha, el clima, el árbitro, el juego. Hay momentos en el campeonato donde hay que ganar. Y lo dio vuelta. Sin la brillantez de su juego, cierto es decirlo, pero lo ganó. Error increíble del Chino Moreira que con Blanco cerca pretendió parar la pelota de pecho. Le picó y cuando dudó adiós mi flor. Blanco ahí no duda, factura. Y Wanderers salvó como debía su salida a una cancha de las que marcan.

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