Abren en San Francisco una aceleradora de inteligencia artificial

PathMe usa tecnología de vanguardia para hacer el "match perfecto" con socios e inversores

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24 de febrero de 2020 a las 17:40

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Buena parte del éxito de un emprendimiento depende de la sinergia que se forme entre el equipo. Muchos proyectos fracasan por un mal relacionamiento entre los fundadores y así, a pesar de tener un modelo de negocio aceptable, quedan en el olvido.

Bajo esta premisa la uruguaya Martina Quartara decidió fundar una aceleradora virtual –PathMe- que ayuda a emprendedores a encontrar no solo inversores, sino que también posibles socios comerciales que se adecúen a las necesidades del proyecto. Actualmente la empresa opera desde San Francisco, en Estados Unidos, ya que consideran que desde allí su labor tendrá un impacto mayor. 

Actualmente, la aceleradora está conformada por los uruguayos Martín Vignolo, Santiago Rossi y la estadounidense Christine Lee, además de Quartara, y lo que buscan es usar la inteligencia artificial para que emprendedores “hagan el match perfecto” entre sí y también con inversionistas. Mediante los perfiles de las personas, se van encontrando similitudes tanto a nivel académico, laboral y personal para que el emprendedor pueda encontrar a su par ideal.

Desde el lugar de la aceleradora, Quartara reconoció que la dificultad radica en “cómo generar confianza con esas personas”. Para reducir este riesgo, el equipo de PathMe brinda asesores virtuales que están constantemente atendiendo cualquier inconveniente que surja. “Ponemos foco en lo virtual porque eso permite estar siempre disponible”, puntualizó la fundadora.

A través de un análisis previo, el equipo de PathMe se dio cuenta de que más del 90% de las start up fracasan y la razón principal es que sus fundadores deciden abandonar el proyecto o no logran ponerse de acuerdo con el resto del equipo. “Como se dice comúnmente no bancan la toma”, dijo Quartara.

Santiago Rossi, parte del equipo de PathMe

La emprendedora puntualizó que los roles dentro de las empresas varían dependiendo de las necesidades y del momento; agregó que nunca se cumple el plan original. “Hasta que no se conocen personalmente, no sabés cómo se van a ejecutar las cosas”, explicó. En ese camino, muchos deciden abrirse y el resto del equipo comienza a buscar desesperadamente a alguien más para sumar al liderazgo del emprendimiento: “Buscan la pata que les falta pero no saben dónde hacerlo. Y se terminan desesperando. Con PathMe venimos a solucionar eso”, puntualizó.

Logros y aspiraciones

Quartara destacó que en el corto plazo han logrado grandes resultados, que dejaron sorprendidos al equipo. En este sentido, mencionó que han podido conectar con 120 emprendedores, 140 asesores y 13 inversores del resto del mundo.

La mayor parte de los emprendimientos son de Latinoamérica, ya que uno de los objetivos que persiguen es crear un puente entre América del Sur y San Francisco. Para Quartara muchos emprendedores tomaron la idea con buenos ojos, porque se ahorran mucho tiempo que en sus países son “procesos burocráticos”. “Acá es ejecución y velocidad”, explicó enfáticamente.

Quartara mencionó que muchos de los inversores terminan siendo parte del equipo emprendedor. “Más allá del dinero en efectivo que tienen, también quieren trabajar y nosotros los ayudamos a que esa conexión se dé de la mejor manera posible”, explicó.

En cuanto a los objetivos de cara el corto y mediano plazo,  intentarán crear una “comunidad” en donde exista confianza para que el mundo emprendedor pueda encontrar a “su media naranja”.

En ese sentido, más allá de lo académico, PathMe buscará llegar “al corazón” para que la relación no comience sobre lo superficial, sino que haya aspectos más profundos entre los emprendedores. “Hacer un embudo increíble para saber quién es la persona correcta”, explicó.

Un paso más allá

En el corto plazo, PathMe comenzará a trabajar con una empresa mexicana para perfeccionar los procesos y esto le dará mucho más automatización. “Esta empresa –no puedo decir el nombre todavía- se basó en 30 años de estudio para saber cómo se comportan los humanos”. Crearon una herramienta que permite conocer las habilidades blandas de las personas a través de factores como los gestos de la cara, la forma de hablar o mirar. Además, en esa búsqueda de “embudo” que quiere el equipo, esto permite segmentar a los participantes para que sea fácil elegir entre los compatibles.

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