Venezuela: más hambre y cierta esperanza

Se trata de una de las pocas movidas que han podido realizar en los últimos días, ante la casi cerrada financiación internacional y el bloqueo en materia petrolera que le impuso Estados Unidos.

Por supuesto, esa venta de oro representa un manotazo que resultará claramente insuficiente, además de una muestra de cómo se sigue descapitalizando el país.

Las cuentas oficiales son opacas, pero se calcula que Venezuela debe haber recibido un trillón de dólares por ventas de petróleo en los 18 años de chavismo, ingresos que no se vieron volcados a los venezolanos.

También hubo pérdidas financieras vinculadas a ineficiencias. En el año 2007, por ejemplo, Venezuela exportó 1.100.000 barriles diarios (b/d) a Estados Unidos (EEUU); en 2014 bajó a unos 700.000 b/d; y llegó solo a unos 409.000 b/d al cierre de 2018, de acuerdo a cifras del Departamento del Tesoro y del Departamento de Energía de EEUU.

“Estamos hablando de un impacto de entre US$11.500 millones y US$13.000 millones, dependiendo del precio del petróleo, en ese lapso”, calculó para El Observador el economista venezolano y calificador de riesgo bancario, Leonardo Buniak.

Los líderes opositores al gobierno de Maduro se preguntan, “¿dónde está el dinero del petróleo, el oro y otros metales de la nación?” Como respuesta, ellos mismos acusan que gran parte de esos ingresos se fueron a las arcas personales de los altos funcionarios del gobierno venezolana (de ahí que EEUU bloqueara esas cuentas, “con el fin de detener la sangría de los corruptos”, dicen); los recursos también se fueron en comprar voluntades (“Petróleo por votos”), sobre todo al comienzo del chavismo. Hasta que los recursos se acabaron.

Lo cierto es que Venezuela está sumida en una gran pobreza, con precario flujo de caja y altamente endeudada. China, que podría haber salido al rescate económico del gobierno de Maduro, está más preocupada por cobrar sus deudas. El país asiático le prestó más de US$ 62 mil millones a Venezuela en la última década; esto es más de la mitad de todo el dinero prestado por China en América Latina, y parece que se le acabó la paciencia.

Rusia, por su parte, otro posible “salvador” (en especial desde el punto de vista militar, no económico) tampoco se está haciendo presente. Por el contario, Lukoil, una de sus principales suplidoras rusas de productos petrolíferos a Pdvsa, congeló su contrato con Venezuela.

Al decir de Buniak, “China podría ayudar a Venezuela pero no quiere hacerlo, y Rusia quiere pero no puede”.

A su juicio, Venezuela ha entrado en una fase de tanta gravedad, que corre el riesgo de dejar de ser exportador neto de petróleo en 2019-2010. “Lo poco que produce la petrolera estatal Pdvsa (1,3 millones de barriles diarios actualmente, versus los casi 3 millones en 2013), es para pagar las deudas a Rusia y China. A partir las nuevas sanciones norteamericanas ya casi no entrará dinero al país por venta de crudo”, lapidó.

¡Pobre gente!

En estos días de tensiones políticas, el dólar subió nuevamente en forma abrupta, a 2.715 bolívares soberanos por dólar en el mercado negro según Dollartoday.com, al cierre de esta edición.

El efectivo en el país es escaso y los billetes se venden con prima en la calle. El salario mínimo es menos de US$ 6 al mes. De un tiempo a esta parte, las tarjetas de crédito han perdido su valor, dado que los límites determinados oficialmente no alcanzan ni para compras sencillas de un hogar promedio. Esto se debe a que cada vez que un banco presta dinero, independientemente del plazo, pierde por la hiperinflación, estimada en 1.300.000% al cierre de 2018.

El economista Asdrúbal Oliveros, socio de la consultora venezolana Ecoanalítica, señaló a El Observador que “la economía está dolarizada en la práctica. Los comercios tienen al dólar como referencia para sus productos, los restaurantes dan la opción de pagar en bolívares soberanos o en dólares, las consultas médicas se pagan en dólares. Los sueldos en bolívares soberanos que alcanzan para nada”.

Se teme mayor escasez de gasolina en los próximos días y nuevas alzas abruptas del dólar, lo que asfixiará aún más a la población.

El “Plan País” de Guaidó

En este contexto económico desolador, el líder opositor –proclamado por la Asamblea Nacional como presidente encargado- Juan Guaidó presentó un Plan País el pasado 31 de enero, el cual, si bien recibido por sus seguidores como un viento esperanzador, despierta grandes interrogantes.

Entre las medidas que “su gobierno” anunció, destacan: detener la hiperinflación “en seco”, recuperar la autonomía del Banco Central de Venezuela (BCV), que no emita dinero inorgánico, reducir la brecha fiscal, definir un plan de inversiones de entre US$25 millones y US$30 millones, levantar el control de cambio (que afecta el valor del bolívar soberano), recuperar las reservas internacionales, elevar la producción de Pdvsa a través, en primera instancia, de la creación de una Agencia Venezolana de Hidrocarburos que lleve los procesos de licitación, y establecer subsidios directos (para evitar las ganancias de los intermediarios).

“También se activarán estrategias para que los fondos mal habidos, producto de la corrupción del gobierno de Maduro, regresen al país y se destinen a la reconstrucción nacional”, dijo el economista y diputado José Guerra, una de las principales cabezas en materia económica de la oposición. Sin embargo, no explicó cómo esos recursos retornarán a Venezuela.

Cabe recordar que el Departamento de Estado norteamericano anunció que le dio a Guaidó el control de bienes, activos y propiedades del gobierno venezolano en cuentas bancarias en EEUU. Pero tampoco se han dado a conocer los mecanismos a través de los cuales se harían efectivas esas medidas.

“Alemania se recuperó de la II Guerra Mundial en pocos años. Hemos estudiado esa experiencia”, agregó Guerra, quizás para dar ánimo hasta a los más escépticos.

Por lo pronto, una de las medidas operativas a corto plazo de la oposición es lograr que ingrese la ayuda humanitaria de US$ 27,2 millones, traducida en suministro de alimentos y medicinas. Tarea difícil ante el gobierno de Maduro que, aún bajo la presión internacional de alta intensidad, se opone firmemente. Habrá que ver qué pasa.