Yihadista ejecuta a su madre en público por querer convencerlo de dejar el EI

La mujer quería que su hijo volviese a su casa

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08 de enero de 2016 a las 16:12

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Un yihadista sirio de 20 años ejecutó en público a su madre, que había intentado convencerlo de que abandonara el grupo Estado Islámico (EI), aseguró el viernes el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

La madre, Lina, de 40 años, había recorrido los 50 kilómetros que separan Tabaqa, donde residía, a Raqa, capital de facto del EI, para implorar a su hijo, Ali Saqr, que volviera a casa, ante el temor de que este muriera en los bombardeos a la ciudad por parte de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

El joven, que combatió sucesivamente con los moderados del Ejército Sirio Libre y el frente Al Nosra, rama siria de Al Qaida, antes de unirse al EI, informó a sus superiores, que detuvieron a la mujer por "apostasía".

Tras la detención, fue el propio hijo de la víctima el encargado de ejecutarla frente a un centenar de personas de una bala en la cabeza en una plaza de Raqa.

El OSDH ha recogido medio centenar de "crímenes" que merecen la muerte, según el EI. Entre ellos, figuran el adulterio, la homosexualidad, la zoofilia y la "exposición de órganos genitales" por parte de un yihadista.

"Traicionar a musulmanes", criticar un sermón religioso, trabajar con la coalición, cortar carreteras y capturar y torturar a un militante antiEI o a un adversario armado sin autorización de las autoridades yihaditas se encuentran en la lista de "delitos" confeccionada por la organización ultrarradical sunita.

El EI comete con regularidad todo tipo de atrocidades, que van de la destrucción de monumentos patrimonio mundial de la humanidad a las ejecuciones por decapitación o la esclavitud y trata sexual.

Sin piedad

Uno de los últimos crímenes cometidos por el EI fue el asesinato de la periodista de origen kurdo, Ruqia Hassan. Esta mujer fue acusada de espionaje por los yihadistas y, según varios medios que informaron del hecho el pasado jueves, fue la única periodista mujer que se animó a describir dentro de sus notas e informes cómo funcionaba la vida la vida en Raqqa, bastión de los jihadistas en Siria.


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