23 de septiembre 2025 - 17:51hs

El acuerdo anunciado entre NVIDIA y OpenAI desató reacciones inmediatas en Wall Street, pero también generó interrogantes sobre las implicancias de una operación sin precedentes en la industria tecnológica. La inversión de hasta 100.000 millones de dólares para construir infraestructura masiva de inteligencia artificial expone dinámicas complejas donde proveedores y clientes intercambian roles en una alianza que promete beneficios mutuos, pero también plantea desafíos regulatorios, competitivos y financieros.

La mecánica del acuerdo es directa: NVIDIA invierte dinero en OpenAI, y OpenAI utiliza esos fondos para comprar chips y equipos de NVIDIA. Jensen Huang, CEO de la compañía de semiconductores, confirmó que la operación permitirá vender entre cuatro y cinco millones de GPU adicionales, equivalentes a la totalidad de los envíos que la empresa planea realizar este año. Las acciones de NVIDIA subieron casi un 4% tras el anuncio, agregando 170.000 millones de dólares a su capitalización bursátil.

Sin embargo, varios analistas expresaron cautela. Stacy Rasgon, analista de la firma de investigación de inversiones Bernstein, reconoció que el acuerdo exacerba las preocupaciones sobre la "dinámica circular" de las inversiones de NVIDIA en empresas a las que suministra GPUs. "La magnitud del acuerdo claramente empezará a plantear algunas preguntas", señaló en declaraciones a CNBC.

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La ingeniería financiera detrás del acuerdo

Los números revelan la estructura compleja de la operación. Según estimaciones de Huang realizadas en agosto, construir un centro de datos de 1 gigavatio cuesta entre 50.000 y 60.000 millones de dólares, de los cuales aproximadamente 35.000 millones se destinan a chips y equipos de NVIDIA. La compañía se compromete a invertir 10.000 millones por cada gigavatio que OpenAI construya, dejando un déficit de 40.000 millones que la empresa de inteligencia artificial debe conseguir por otros medios.

Pierre Ferragu, analista de New Street Research, calculó que bajo esta estructura OpenAI pagará 71% en efectivo y 29% mediante acciones de la propia compañía. Esta fórmula convierte a NVIDIA en accionista de su cliente más importante, aunque sin derechos de voto, según una persona cercana a OpenAI citada por las fuentes.

El modelo no es enteramente nuevo. NVIDIA ya había implementado estrategias similares con empresas como CoreWeave y Lambda, ayudándolas a escalar su capacidad mediante financiamiento que garantiza la compra de sus productos. La diferencia radica en la escala: esta operación involucra a OpenAI, valorada en 500.000 millones de dólares y considerada líder del sector.

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Desafíos de infraestructura y competencia

El proyecto contempla la construcción de centros de datos con capacidad total de 10 gigavatios, equivalente a la producción de aproximadamente diez reactores nucleares. Esta cifra representa casi la mitad de los 22 gigavatios de generación eléctrica a escala de servicios públicos que se añadieron en Estados Unidos durante el primer semestre del año.

Sam Altman, CEO de OpenAI, reconoció tres desafíos principales para materializar estos planes: ampliar las fronteras de la investigación en IA, desarrollar productos que atraigan usuarios y resolver el "desafío de infraestructura sin precedentes", que incluye la obtención de chips y suministro energético. La construcción de infraestructura de esta magnitud requiere permisos, acceso a redes eléctricas robustas y soluciones técnicas que aún no existen a escala comercial.

El acuerdo también genera interrogantes sobre el acceso competitivo a los chips de NVIDIA, que siguen siendo un recurso escaso varios años después del inicio del boom de la IA. Una pregunta clave es si los rivales de OpenAI, como Anthropic, o incluso Microsoft, que compite con OpenAI para vender tecnología de IA a empresas, conservarán igual acceso a los procesadores más avanzados.

Un portavoz de NVIDIA declaró que "nuestras inversiones no cambiarán nuestro enfoque ni afectarán el suministro a nuestros demás clientes; seguiremos priorizando a cada cliente, con o sin participación accionaria". Sin embargo, la realidad práctica es que los chips de alta gama tienen capacidad de producción limitada, y las prioridades de asignación podrían influir en el desarrollo competitivo del sector.

Sostenibilidad financiera y precedentes históricos

Las dimensiones del proyecto plantean dudas sobre la sostenibilidad financiera a largo plazo. OpenAI genera aproximadamente 13.000 millones de dólares anuales en ingresos, pero ha asumido compromisos de gasto que incluyen no solo los 100.000 millones con NVIDIA, sino también contratos por cientos de miles de millones con Oracle para servicios de computación en la nube. La calificadora Moody's ya había planteado interrogantes sobre si OpenAI tiene el efectivo necesario para cumplir estos compromisos.

Algunos analistas trazaron paralelos con episodios históricos. Varios especialistas mencionaron similitudes con la burbuja de las puntocom, cuando las empresas se prestaban dinero entre sí para comprar productos mutuamente, inflando artificialmente la demanda. Sin embargo, otros destacaron diferencias importantes: esta vez el fenómeno involucra infraestructura física masiva y compromisos de construcción de largo plazo.

El desempeño reciente de los productos de OpenAI también genera preguntas. Aunque ChatGPT cuenta con más de 700 millones de usuarios activos semanales, la respuesta a GPT-5 ha sido menos entusiasta de lo esperado. Esto plantea dudas sobre si la empresa puede mantener el ritmo de crecimiento necesario para justificar estas inversiones masivas.

NVIDIA, por su parte, cuenta con recursos financieros sólidos. Con 57.000 millones de dólares en efectivo a finales de julio y proyecciones de 97.000 millones en flujo de caja libre para el año fiscal actual, la empresa tiene capacidad para sostener la inversión. Para la compañía, el acuerdo representa una forma de asegurar demanda futura mientras mantiene su posición dominante en el mercado de chips para IA.

El acuerdo también fortalece las perspectivas de otras empresas del ecosistema. Oracle, que firmó contratos masivos con OpenAI para servicios de nube, podría beneficiarse al tener mayor certidumbre sobre la capacidad de pago de su cliente. Sin embargo, el cronograma sigue siendo incierto: ni NVIDIA ni OpenAI especificaron plazos para completar los 10 gigavatios de capacidad o la inversión total.

La operación está sujeta a que OpenAI complete su transición de organización sin fines de lucro a corporación de beneficio público, un proceso que requiere aprobación regulatoria en Delaware y California. Además, el tamaño y la naturaleza del acuerdo podrían atraer el escrutinio de reguladores antimonopolio preocupados por la concentración de poder en infraestructura crítica de inteligencia artificial.

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