4 de noviembre 2025 - 16:35hs

La Confederación General del Trabajo transita las últimas 24 horas previas al Congreso en Obras Sanitarias, convocado para renovar sus autoridades, en un estado de máxima tensión. Sin acuerdos cerrados y con las conversaciones abiertas, todas las posibilidades están sobre la mesa: desde una fractura hasta la suspensión del Congreso.

La CGT no logra metabolizar el resultado electoral. El resultado de las últimas elecciones nacionales se presenta en forma de una crisis de conducción. La decisión del Gobierno de avanzar con una reforma laboral inconsulta hace que se radicalicen las posiciones.

No son pocos los dirigentes que por estas horas comparan el embate que intentará llevar adelante el Gobierno de Javier Milei con la política que intentó desarrollar Mauricio Macri cuando ocupó la primera magistratura.

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En ese marco, la certeza que recubre buena parte de los pasillos de la CGT es que el Gobierno lo eligió con los enemigos y va a plantear "una guerra" contra el sindicalismo. La respuesta, en caso de que eso suceda, estará en la calle. Por lo menos así lo advierten desde la central obrera.

Cambio o continuidad

Cuando todo parecía encaminarse a un triunvirato de caras renovadas y apellidos poco conocidos, la coyuntura impuso sus límites. La magnitud de los desafíos que se aproximan, especialmente la reforma laboral a la vuelta de la esquina, justifica el argumento de quienes piden posponer la elección: sostienen que hace falta "una dirigencia más fogueada para pelear" y no un triunvirato sin la experiencia necesaria para semejante batalla.

En esta lógica, el espacio de gremios de la industria y el transporte, liderado por Abel Furlán (UOM), pide volver a la figura de un único secretario general de perfil combativo.

Los dichos de Furlán son tomados con desconfianza dentro del universo sindical. La cercanía del dirigente metalúrgico con CFK rige el análisis. Por eso, fuera de micrófono, no son pocos los dirigentes que sostienen la posibilidad de que el kirchnerismo intente fracturar la CGT para que el Gobierno pueda avanzar sin problemas.

La batalla por los nombres

Los Independientes, el sector liderado por Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), promociona a Cristian Jerónimo (Secretario General del Vidrio).

En tanto, "Los Gordos" postulan a Jorge Sola, actual secretario de Prensa de la CGT y titular del sindicato del Seguro.

El problema aparece con el tercer nombre: hay tres apellidos en pugna. Maia Volcovinsky, Marina Jaureguiberri o la continuidad del camionero Octavio Argüello.

El rol de Moyano

En medio de la contienda, Hugo Moyano mantiene un "juego oscilante", buscando ser el "factor de equilibrio para garantizar la unidad". Moyano presiona para que su hombre, Octavio Argüello, permanezca en el futuro triunvirato. Esta opción, aunque resistida por algunos porque la interpretan como una señal contraria a la renovación de la CGT, hoy se percibe como probable para sumar al moyanismo y resolver la interna. La intención es cerrar un esquema sin ningún gremio peso pesado en el triunvirato.

El juego de Barrionuevo

La tensión se eleva al máximo con la postura de Luis Barrionuevo (Gastronómicos). Barrionuevo, quien no asistió a la última reunión de la Mesa Chica, objeta la conformación del triunvirato y se inclina por la salida de un solo secretario general.

Junto a Armando Cavalieri (Comercio) y sus aliados (UTA y La Fraternidad), Barrionuevo lideró un sector que buscó frenar el congreso y exigir la prórroga de los mandatos actuales por seis meses o un año.

Sin embargo, esta estrategia sufrió un revés fundamental: Héctor Daer (Sanidad) tomó distancia de la propuesta de prórroga. Daer aceleró los contactos para buscar una salida negociada y ratificó que no aceptará continuar al frente de la CGT, asegurando que "di mi palabra de que no iba a seguir otro mandato y la voy a cumplir". La decisión de Daer complica los votos necesarios para imponer la prórroga de los mandatos. A pesar de ello, el sector de Barrionuevo y Cavalieri mantiene su postura y advierte: "Si hay congreso de la CGT, iremos con lista propia".

Dialoguistas vs. combativos

La objeción a Cristian Jerónimo se fundamenta en que, al ser el candidato de Gerardo Martínez, temen que su ascenso incline a la nueva CGT hacia una postura dialoguista frente a Javier Milei. Aunque Jerónimo cuenta con el respaldo de figuras de perfil combativo como Juan Pablo Brey, la resistencia radica en la lucha por el control interno.

El Congreso representa un momento decisivo porque el poder de cada sindicato se mide por la cantidad de congresales, proporcional al número de afiliados. En esta medición, los 25 gremios más grandes concentran el 73% de los votos. La resistencia de "Los Gordos" y el barrionuevismo al avance de "Los Independientes" impulsando a Jerónimo constituye el verdadero trasfondo de la disputa.

En ese contexto, las negociaciones continúan. Según pudo saber El Observador, habrá diálogo durante toda la jornada. El objetivo es llegar al miércoles a las 9, hora señalada para el comienzo del Congreso, con un esquema de acuerdo consolidado.

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