Alguien lo tiene que hacer, pensé.
Así arranca el prólogo de “Somos otros”, el nuevo libro de Sergio Roitberg, a cinco años de la vivencia más disruptiva a nivel global de la historia reciente: la pandemia.
El periodista argentino y empresario global explora en su segundo libro cómo las pantallas permitieron "contarnos para otros, y cómo nos salvaron". Una invitación a pensar en nuestros cambios a cinco años de la pandemia.
Así arranca el prólogo de “Somos otros”, el nuevo libro de Sergio Roitberg, a cinco años de la vivencia más disruptiva a nivel global de la historia reciente: la pandemia.
Escribir un libro es una entrega tan absoluta que tiene que surgir de una necesidad visceral. Una convicción que va creciendo hasta que adquiere vida propia.
De modo que alguien tenía que decirlo. “Con el paso de los días y la prohibición de salir a la calle, temerosos, aburridos, desconfiados y solos, casi sin darnos cuenta, empezamos a ser otros”, escribe el periodista argentino, quien fue presentador de la cadena CNN y luego se dedicó a la consultoría para convertirse en fundador y CEO de Newlink, nacida en Miami y extendida a Buenos Aires y Madrid.
Pero en ese tiempo tan viciado de encierro, en el que se derrumbaron todas las certezas, algo nos sostuvo: los vínculos.
“Estar con el otro” fue la última frontera de resistencia, la vía de construir sentido, reflexiona hacia el final del camino Roitberg, quien presenta su libro en Buenos Aires este miércoles 5 de noviembre.
“Narrarnos, contarnos para otros y con otros, se convirtió en la forma de transcurrir”, nos recuerda, con lo difícil que es revisitar aquella pesadilla.
Ese contacto, la palabra al fin y al cabo, mediada por las pantallas, nos salvó -asegura- en un momento de increíble aceleración tecnológica que cambiaba nuestra cotidianidad.
"La tecnología se convirtió en nuestro respirador artificial", asevera Roitberg en un momento clave de su libro.
Periodista de trayectoria impresionante, ganó dos premios Emmy, hizo carrera en su Argentina natal en Canal 13, Canal 11 y Canal 9 para trabajar luego en CNN y CBS Telenoticias en Estados Unidos.
Hoy vive en la Florida, Miami, desde donde dirige su consultora Newlink, también con presencia en España y varios países de América latina.
Pero sobre todo, como periodista de oficio, mantiene claramente la curiosidad chispeante y el “músculo intacto” de la pasión por lo que hace.
Para abordar el tema de la pandemia, hizo más de 100 entrevistas a expertos de los campos más variados que articuló junto a su mirada sobre “la transformación sociocultural más rápida y masiva de nuestra era”. Una revolución que, apunta, recién comienza.
De todos modos, Roitberg no deja de reconocer que, tras estos años, las pantallas que nos protegieron entonces volvieron a convertirse muchas veces en trampas que nos aíslan.
“Lo que no podíamos hacer de manera física, lo hicimos en la virtualidad. Que esto se haya salido de nuestras manos y sean las redes las que hoy nos desconectan de la vida real es un efecto colateral”.
El CEO de Newlink viene indagando en la dinámica de la tecnología y las relaciones desde hace tiempo.
De hecho, éste es su segundo libro. En 2018 escribió “Expuestos”, donde aborda los desafíos de una hiperconectividad que es preciso aprender a gestionar en un mundo transparente en el que nuestra vida se exhibe en una gran vidriera.
Un mundo, no obstante, de “empoderamiento de la gente”, explica Roitberg, lo que introduce un cambio radical.
Ya no hay “targets” a los que hay que decirle qué comprar o qué hacer. Ahora la gente le cree a la gente. La gente se ve mucho más influenciada por sus pares a través de las plataformas.
Pestes. Plagas. El mundo siempre fue asolado por tremendas tragedias que barrieron con gran parte de la población. Y lo obligaron a volver a empezar. Son parte de la historia humana.
“En los últimos 2000 años han sido la regla, no la excepción”, escribieron Klauss Shawb y Thierry Malleret en COVID-19: El Gran Reinicio, publicado en plena crisis sanitaria, en junio de 2020”, escribe Roitberg.
El autor toma este concepto de “gran reinicio” y propone pensar en un reseteo colectivo (incluso en muchos casos personal). La vivencia que nos atravesó activó nuestra “resiliencia” (otra idea central en el libro) y nos impulsó a buscar salidas.
Lo peculiar esta vez fue la velocidad. Todo ocurrió asombrosamente rápido.
Mientras estos “reinicios” llevaron normalmente siglos o en el mejor de los casos décadas, el nivel de aceleración puso a prueba en la pandemia nuestra increíble capacidad de adaptación. Y de innovación.
Roitberg se encarga de dar ejemplos muy interesantes. En el caso del desarrollo de la vacuna, por ejemplo.
“Para entender la dimensión de este logro en tiempo récord, busqué cuánto tiempo habían tomado otras vacunas esenciales para nuestra salud como la de la polio, que se demoró 20 años; el sarampión, 9 años, el rotavirus, 22 años; la malaria, 31 años; el virus del papiloma humano, 15 años; el ébola, 5 años y para el HIV aún no se ha encontrado una vacuna a pesar de que se viene investigando desde 1985”.
Lo mismo ocurre con la adopción de nueva tecnología. Roitberg se detiene en la desafiante irrupción en nuestras vidas de la Inteligencia Artificial (IA), en un entorno de cambio que favoreció la pandemia, y que nos obligó a asimilar como pudimos el fenómeno.
Ilustra su punto con ChatGPT, presentado por OpenAI el 30 de noviembre de 2022 y que en los primeros cinco días alcanzó un millón de usuarios.
“Para que nos hagamos una idea de lo que esto representa, en 1999 Netflix tardó en llegar al millón de usuarios tres años y medio, Twitter dos años en 2006, Facebook 10 meses en 2004 y Spotify cinco meses en 2008. Es como si hubiéramos pasado de la temporada 1 a la 6 de House of Cards en cuestión de segundos…”
Para quienes no fue tan difícil procesarlo fue para los “nativos digitales”. Roitberg no deja de abordar las secuelas del confinamiento en términos de salud mental, sobre todo para los más jóvenes, los “pandemials”.
A la generación del Covid la describe como “hijos de las redes sociales” que “vivieron sus primeras experiencias de socialización a través de las pantallas y tienen estructurada una gratificación instantánea a través de los likes”.
Y también comenta: “Es como si hubieran perdido el gusto por el contacto con el otro, o no supieran ya cómo activarlo. Basta ver dos pandemials sentados uno frente al otro [...]”.
Pero Roitberg cree que la pandemia nos hizo más fuertes. "Del confinamiento salimos recargados", dice sin titubeos.
Aún cuando la vida en cuarentena, la rutina asfixiante y las pérdidas dolorosas nos hicieron sentir sin control sobre nada. “La pandemia me dejó sin piso”, reconoce el autor.
Por eso, según Roitberg, la pandemia instauró la era de lo desconocido. El reino del “unknown”. Un mundo que habitamos en “modo incertidumbre”.
Hoy sabemos que puede volver a pasar. Que controlamos menos de lo que creemos. Pero eso mismo nos hizo más resilientes y más flexibles.
Y sobre todo, entendimos el poder del vínculo. La necesidad de contacto, Y de conexión auténtica en el que la tecnología potencie el estar juntos como lo hizo en la pandemia. Porque sabemos lo que duele estar “desconectados”.
De ahí que, desde lo organizacional, un concepto como el "engagement", entendido como métrica de marketing, haya entrado en crisis para adquirir otra profundidad. La búsqueda de un puente real, en el que ambas partes puedan encontrarse en lo que Roitberg denomina un "propósito compartido".
Y como dice el autor, en este reinicio ya no se trata de “buscar certezas sino vínculos que resistan cuando todo lo demás se desvanece”.