12 de julio 2025 - 17:36hs

Desde que asumieron en diciembre de 2023, la relación entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel fue un tema recurrente en la política argentina. La alianza entre ambos, que inicialmente parecía sólida, comenzó a desmoronarse casi desde el primer día de gobierno, con diferencias notorias en diversos aspectos de su gestión. A lo largo de los últimos meses, estos roces se convirtieron en situaciones cada vez más visibles, marcadas por ausencias, críticas públicas y desacuerdos sobre políticas claves.

Las primeras señales de tensión surgieron poco después de la asunción del nuevo gobierno. Durante la campaña electoral, Milei había prometido otorgarle a Villarruel el control de varios ministerios claves, como Defensa y Seguridad. Sin embargo, una vez asumido el poder, esas promesas fueron rápidamente dejadas de lado. En lugar de otorgarle esas carteras, el presidente las entregó a otros referentes del PRO y la UCR. La vicepresidenta, quien se había proyectado como una figura clave dentro del gabinete, se vio relegada, sin una clara participación en la toma de decisiones más importantes. Este fue el primer indicio de un malestar que crecería con el tiempo.

La primera gran confrontación: el aumento de las dietas de los senadores

Uno de los primeros grandes choques entre los miembros del Ejecutivo ocurrió en 2024, cuando se aprobó un aumento del 30% en las dietas de los senadores. Esta medida provocó un fuerte rechazo por parte de Milei, quien calificó la decisión de "inmoral" y arremetió contra los legisladores de su propia coalición que habían votado a favor. Villarruel, quien preside el Senado, fue señalada como responsable de lo sucedido, aunque desde su entorno aclararon que ella no tenía incidencia en el voto de los senadores. La tensión creció aún más cuando el presidente calificó a los senadores que apoyaron el aumento de "traidores", un término que resonó fuerte en los pasillos del Congreso.

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El rechazo en el Tedeum de mayo

Otro de los episodios más mediáticos de este distanciamiento tuvo lugar el 25 de mayo de este año, cuando Milei asistió al Tedeum en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires y, al ingresar, evitó saludar a Villarruel, quien también se encontraba presente en el acto. El presidente pasó frente a la vicepresidenta sin mirarla, negándole el saludo e ignorando su presencia. Este gesto fue interpretado como un claro indicio de la creciente distancia entre ambos.

La participación de Villarruel en los actos por el Día de la Independencia

En un contexto de crecientes fricciones, otro episodio que alimentó las tensiones fue la conmemoración del Día de la Independencia, el 9 de julio. Villarruel participó en los actos oficiales en Tucumán, mientras que Milei canceló su viaje por cuestiones climáticas, debido a la niebla que afectaba la salida de vuelos desde Buenos Aires. Aunque el presidente explicó que la cancelación fue por razones objetivas, su ausencia en un evento tan significativo fue vista como una muestra de la creciente fractura dentro del gobierno. En contraposición, Villarruel, quien llegó más tarde al acto, destacó su presencia "como argentina" y no solo como vicepresidenta. Este comentario se sumó a las ya evidentes tensiones entre los dos líderes.

La crítica a Villarruel por su defensa a los futbolistas y la polémica con Francia

La relación entre Milei y Villarruel también se tensó por declaraciones de la vicepresidenta sobre la polémica generada por cánticos racistas de futbolistas de la selección argentina durante la celebración de la Copa América en 2024. Villarruel mostró su apoyo a los jugadores, incluyendo a Enzo Fernández, quien fue uno de los más criticados por sus comentarios en redes sociales. La vicepresidenta defendió a Fernández y rechazó la "hipocresía" de la indignación internacional, en particular de Francia, en relación con los cánticos. Esta postura no fue bien recibida en el Ejecutivo, y Milei, a través de su entorno, consideró que las palabras de Villarruel habían sido "desafortunadas". Este episodio fue otro de los tantos desencuentros que marcaron la relación entre ambos.

El comentario en la apertura de sesiones en marzo

Otro de los momentos más tensos entre los dos ocurrió el 1 de marzo, durante la apertura del período de sesiones ordinarias en el Congreso. Cuando Milei terminó su discurso, Villarruel intentó poner fin al acto, pero el presidente la interrumpió, diciéndole: "No terminé". La respuesta de la vicepresidenta, un tanto confundida, fue un "Perdón, perdón", mientras que el mandatario continuó su discurso sin mayores interrupciones. Este cruce público fue una muestra de las dificultades de coordinación entre los dos principales líderes del oficialismo.

La cena de camaradería a la que Villarruel no fue invitada

El año pasado, en agosto, otro episodio incómodo fue la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas, organizada por Milei, donde Villarruel no fue invitada. El presidente dio un discurso en el evento, mientras que la vicepresidenta se encontraba excluida. Desde su entorno, se explicó que Victoria Villarruel "lamentaba no estar presente", pero aclararon que "no tiene la costumbre de ir adonde no la invitan", lo que dejó en evidencia otra grieta entre ambos.

La elección de Ariel Lijo para la Corte Suprema que causó tensiones

En el mismo mes, Villarruel también cuestionó la candidatura del juez federal Ariel Lijo como posible integrante de la Corte Suprema de Justicia. La vicepresidenta expresó abiertamente su desacuerdo con la postulación, calificando al juez de "controversial" y destacando que su elección podría ser perjudicial para la imagen del gobierno. En este caso, la desavenencia con Milei se amplificó cuando la propuesta fue rechazada por diversos sectores del oficialismo, incluyendo al expresidente Mauricio Macri. Villarruel, de nuevo, se mostró firme en su postura, un nuevo episodio que resaltó la distancia ideológica entre ella y el presidente.

La posición de Villarruel en el Senado: "no soy cómplice"

En paralelo a las tensiones con Milei, Villarruel mantuvo una postura firme en su rol como presidenta del Senado, defendiendo su independencia frente a las críticas provenientes del Ejecutivo. En una de sus últimas declaraciones, afirmó que su función no implicaba convalidar todas las decisiones del gobierno y que, como presidenta de la Cámara alta, su deber era cumplir con lo estipulado por la Constitución. Esta declaración vino a resaltar la distancia creciente entre su rol institucional y las decisiones políticas del presidente.

La última confrontación: "una traidora"

La tensión llegó a su punto más alto cuando, hace dos días, en medio de un acto en la Bolsa de Comercio, Milei hizo una fuerte declaración en la que calificó a Villarruel de "traidora". Esta acusación vino en el marco de un conflicto legislativo, en el que la vicepresidenta fue señalada por el oficialismo como responsable de una serie de decisiones tomadas por el Senado que no iban en línea con la agenda del presidente. Villarruel, por su parte, defendió su rol institucional, argumentando que su función implicaba presidir las sesiones y permitir que los legisladores tomaran sus decisiones de acuerdo con sus intereses y en representación de sus provincias.

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