Manuel Adorni y Diego Santilli preparan un nuevo encuentro con los gobernadores por el Presupuesto 2026
El jefe de Gabinete y el ministro del Interior apuestan a la continuidad de la reunión de la semana pasada. Las sesiones extraordinarias hasta fin de año.
Adorni asumió con la urgencia propia de fin de año y con una premisa operativa: método y señales claras. La prioridad es ordenar el tablero fiscal que miran las provincias y, en paralelo, dar forma a un esquema acotado de delegaciones que permita acelerar la “segunda etapa” del programa oficial. La duda que sobrevuela el primer movimiento es de formato: si la convocatoria será con los 24 gobernadores o si se replicará el esquema de 20 representantes que funcionó como anticipo la semana pasada. La foto definirá el mensaje político y el ritmo de las negociaciones.
Manuel Adorni y Diego Santilli quieren una reunión con los gobernadores
Santilli, aún sin juramento formal, aparece como el puente con los distritos dialoguistas del PRO, la UCR y los peronismos no K. Su rol será aceitar canales y bajar tensiones en una conversación que, por calendario y contenido, exige muñeca y relojería. Mientras tanto, Jefatura empuja una hoja de ruta en tres pasos: bilaterales técnicas para despejar números y prioridades; reunión política de conjunto para validar fechas, temario y reglas del juego; y una foto final que blanquee el “mínimo común denominador” antes de llegar al recinto.
El primer capítulo es el Presupuesto 2026. Las discusiones sensibles ya están sobre la mesa: obra pública residual, asistencia a cajas previsionales, deudas cruzadas y el flujo de transferencias no automáticas. Las provincias piden previsibilidad, criterios explícitos y trazabilidad entre lo que se acuerda en la mesa y lo que luego se reglamenta. La consigna que repiten en la Rosada es evitar “cheques en blanco” y clausurar ambigüedades que después escalen en Diputados o en el Senado. Aquí, la coordinación fina valdrá tanto como la aritmética.
Javier Milei Manuel Adorni
Manuel Adorni y Diego Santilli preparan un nuevo encuentro con los gobernadores por el Presupuesto 2026.
La convocatoria a los gobernadores para seguir negociando el Presupuesto 2026
El segundo capítulo es el de las facultades delegadas. El oficialismo pretende un set de herramientas para acelerar simplificación regulatoria y ordenamiento administrativo, con impacto en los frentes laboral, tributario y penal. En este punto, el alcance temporal y material será la madre de todas las batallas: cuánto, para qué y por cuánto tiempo. Los gobernadores quieren garantías de que las delegaciones no se conviertan en un atajo interpretativo que desdibuje lo pactado en el Presupuesto. Para Adorni, el desafío es traducir el espíritu del programa en una redacción quirúrgica, con bordes nítidos y salvaguardas explícitas.
Manuel Adorni y Diego Santilli preparan un nuevo encuentro con los gobernadores por el Presupuesto 2026.
Las sesiones extraordinarias hasta el 31 de diciembre
El presidente, Javier Milei, seguirá la secuencia a distancia, con foco en que la negociación no erosione los objetivos centrales del programa. En su entorno admiten que diciembre exige pragmatismo, tanto por el clima político como por la sensibilidad social de fin de año. De ahí la insistencia en anclar compromisos medibles: metas fiscales, cronogramas de giros y definiciones sobre obras en curso. La consigna que se repite en los pasillos es simple: menos grandilocuencia, más letra chica.
La discusión “24 o 20” no es un tecnicismo. Con todos en la mesa, el Gobierno mostraría amplitud y podría capitalizar una señal federal en la previa de extraordinarias. Con un formato acotado, ganaría velocidad y reserva para cerrar redacciones sensibles, a costa de que algunos distritos exijan su propia instancia de validación. Cualquiera sea la opción, el mensaje hacia los bloques legislativos es el mismo: la negociación tendrá método, registros y responsables identificables. En ese diseño, Santilli aporta músculo territorial y Adorni garantiza coordinación y pulso parlamentario.
Martin Menem Patricia Bullrich
Manuel Adorni y Diego Santilli preparan un nuevo encuentro con los gobernadores por el Presupuesto 2026.
Las reformas laboral, previsional y fiscal para el 2026
El termómetro real estará en las bancadas. Los jefes de bloque pedirán anticipos de redacción, simulaciones de impacto y un flujo de enmiendas controlado. La experiencia reciente dejó una enseñanza: las “fotos de unidad” rinden si los compromisos son verificables y si la trazabilidad entre mesa política y sesión es transparente. Por eso, la idea de protocolo aparece como un activo en sí mismo. Orden y método como insumo político.
La medida del debut no será la épica del anuncio, sino la calidad del papel. Si el Presupuesto 2026 llega con parámetros claros y si el set de delegaciones evita la zona gris, el oficialismo podrá contar diciembre como un primer triunfo de gestión política. Si, en cambio, el temario aparece difuso o las redacciones abren flancos, el mes puede volverse una carrera contra el reloj. En ese margen se moverá Adorni: menos estridencia, más arquitectura. Y una meta simple aunque exigente: que la política llegue antes que la coyuntura.