En la ciudad boliviana de Villazón, ubicada en la frontera con la ciudad argentina de La Quiaca, una niña de cuatro años sufrió graves quemaduras al derramarse una olla de agua hirviendo sobre ella. Su madre, Miguelina Tolaba, de 23 años, la llevó rápidamente al hospital local. Sin embargo, según su relato, el hospital intentó cobrarle por la hospitalización, lo que la llevó a decidir trasladar a su hija a otro centro médico.
Tolaba explicó que el lunes 15 de este mes, su hija sufrió quemaduras de segundo grado en el mentón, brazos, pecho y rodilla. En el Hospital San Roque de Villazón, los médicos consideraron necesario internarla pero ella optó por llevarla al Hospital Jorge Uro en Argentina. Este incidente generó debate sobre la política de reciprocidad sanitaria en la frontera, donde es común que las personas trabajen en un país y vivan en el otro, como es el caso del padre de la niña, que reside en Bolivia.
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“Yo rechacé porque yo no tenía suficiente dinero para cubrir los gastos. Soy una persona de bajos recursos, hago trabajos domésticos y vivo al día, no me alcanzaba para pagar”, contó Tolaba y detalló que “hubo una idea de intervención pero me negaron por algún motivo, me dijeron que me iban a cobrar por los resultados del laboratorio”.
Explicó que negó la hospitalización porque le informaron que "que tenía que pagar los resultados del laboratorio o tenía que tener el SUS (Sistema Único de Salud)", un seguro médico disponible para ciudadanos bolivianos y extranjeros residentes. “Obviamente, nosotras por ser argentinas no lo teníamos”, mencionó la madre de la niña y añadió que su hija está mejor, internada en Jujuy.
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“Nada iba a ser gratis, todo pago, ese fue el motivo por que me traje a niña al Hospital Jorge Uro por el cual rechacé que la internen allá en Bolivia”, concluyó.
La niña que sufrió graves quemaduras en La Quiaca fue atendida inicialmente por San Roque, quien le brindó las primeras curaciones en el Hospital Jorge Uro. Luego, debido a la gravedad de sus heridas, fue derivada al Hospital Materno Infantil de San Salvador de Jujuy, donde se encuentra bajo el cuidado de un equipo interdisciplinario y en estado estable. Según se estima, su recuperación podría durar alrededor de dos meses. El ministro de Salud de la provincia de Jujuy, Gustav Bouhid, decidió no hacer declaraciones al respecto.
El director del Hospital Jorge Uro, Vico Ramírez, respondió a las acusaciones de la madre de la niña, quien alegó que los médicos rechazaron atenderla debido a su nacionalidad. Sin embargo, Ramírez negó categóricamente estas afirmaciones, “Sí, es cierto, el lunes 15 fue atendida por el doctor Santiago Pérez, quien hizo una evaluación de la niña en el servicio de pediatría. El médico cirujano le realiza la curación correspondiente. Después de la curación le hacen la ficha de internación y como había cambio de turno con la doctora Silva la madre rechazó la internación. En ningún momento se ha negado la internación y no importa de qué nacionalidad es”.
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El director del hospital reveló que recibió una llamada del Ministerio de Salud en La Paz, lo que desencadenó una nueva oleada de inquietudes. "Lo que nos molesta es que se dé información que falte a la verdad. Si nos hemos equivocado, también vamos a asumir nuestra responsabilidad. Lo que nos molesta es que salgan de esa forma". Su reacción sugiere que hay algo oculto detrás de las acusaciones y las negaciones, generando más preguntas sobre lo que realmente sucedió.
En una conferencia de prensa, el médico Santiago Pérez reveló nuevos detalles sobre la atención que recibió la niña quemada. "Estaba de turno el día lunes, la nena llegó con la madre y el abuelo, como primera impresión era una quemadura superficial de mentón pero después, al revisarla mejor, vemos que tenía quemaduras anteriores en mentón, cuello, tórax, miembros inferiores y como es quemadura de segundo grado se procede a la internación a las 19:45 y ahí termina mi turno".
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Mientras exhibía la ficha de internación con la fecha claramente escrita, Pérez destacó una nota manuscrita en el reverso firmada por la madre, rechazando la internación y registrando su número de DNI. "En ningún momento se le dio mala atención, se le brindó la correspondiente, como la madre estaba de paso aquí en Villazón", insistió.
En 2019, Argentina y Bolivia sellaron un pacto para fortalecer su alianza en la atención médica, monitoreo epidemiológico y acciones de salud en las zonas fronterizas. El entonces secretario de Gobierno de Salud argentino, Adolfo Rubinstein, y la ministra de Salud boliviana, Gabriela Montaño, firmaron el convenio en el hospital Jorge Uro de La Quiaca y el hospital San Roque de Villazón.
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El acuerdo establece que los países se comprometen a colaborar en materia de asistencia médica en establecimientos de salud pública, sistemas de vigilancia epidemiológica y acciones sanitarias en las zonas fronterizas. La cooperación tiene como objetivo brindar ayuda médica en situaciones de emergencia y urgencia a ciudadanos que se encuentren en el territorio de uno de los países, independientemente de su estatus migratorio.
Según el comunicado oficial, “Los países firmantes fijaron acuerdos a nivel nacional o subnacional para garantizar la gratuidad y oportunidad de los tratamientos de las urgencias y emergencias que afecten a ciudadanos de una de las naciones que se encuentren en el territorio de la otra, independientemente de su estatus migratorio”.
