Existen seis tipos de emociones que expresamos a los gritos: dolor, ira, miedo, tristeza, alegría y placer. Antiguamente nos comunicábamos con nuestro vecino gritándole a través de la ventana. Hoy, vociferar y chillar tienen otro formato, se trata de hate, textear, WhatsApp, audio, emoji, meme e IA. La pérdida de la conversación es un fenómeno reciente, un signo de los nuevos tiempos marcado fuertemente por los avances de la tecnología; hasta el tipo y valor de la amistad ha mutado, manteniéndolas duraderas con gente que no vimos nunca y no conocemos.
Estamos rodeados de tecnología y ni siquiera sabemos cómo funciona, una persona promedio no lo sabrá en toda su vida. Es empírico, la ciencia y la investigación tecnológica generan riqueza y bienestar, pero al mismo tiempo condicionan la forma en que vivimos, socializamos y nos expresamos. Llegará un momento en que esto modificará y afectará el trabajo, la salud, nuestra vida y la de nuestros hijos.
Hasta no hace mucho tiempo, 200 años atrás, la expectativa de vida era solamente de 35 años y hoy no cesa la conversación sobre prolongarla y aumentar la posibilidad de una longevidad extrema. La “artificialidad” nos está transformando en tecno-humanos y no lo registramos, nos creemos todo, damos por bueno todo si sale de la pantalla. La ficción no está en Hollywood, la tenemos en la palma de la mano y en la nube (todas) a la que vivimos conectados.
Algunas compañías fabricantes de celulares sostienen que las cámaras de sus dispositivos son excepcionales y que superan a cualquier telescopio a la hora de apuntar a la luna permitiendo una detallada y minuciosa vista de nuestro satélite natural, casi como si estuvieras circunvolándola. En realidad, utilizan IA para identificar un círculo blanco con contorno negro y lo reemplaza por fotos de altísima calidad de la luna. El GPS y la hora a la que uno quiere llegar a destino son ajustados diariamente una 38 millonésima de segundo por la diferencia que existe en los satélites que triangulan tu posición a 20.000 kms de altura, lo que provocaría de no ser así un error de 11 kms por día. Los autos eléctricos se suponen que salvarán el mundo del cambio climático, pero quizás en realidad impondrán un modelo de control y de regulación sobre a dónde se puede ir o no.
Si no sabés qué es un meme, no usás emojis y no estás en redes sociales, podrías ser catalogado fuera de este planeta, ¿es así?
La revolución científica inició de la mano de la máquina de vapor; seguido por la electricidad, la computación y ahora la Inteligencia Artificial. Necesitamos entender que debemos cambiar la forma de mirar el mundo y lo que le enseñamos a la gente: cómo comunicarse, matemáticas, contabilidad y cómo manejar dinero; ya no hará falta memorizar como antes. El pensamiento crítico tiende a diluirse y a simplificarse y reemplazarse por un algoritmo.
Hay que aceptarlo: nos estamos robotizando y los robots ya están entre nosotros, pero por ahora, y solo por ahora, no saben que son robots, no tienen conciencia de sí mismos y no reconocen la diferencia entre ellos y los seres humanos, pero hacia el final de este siglo esto cambiará. Todos los que tenemos perro sabemos que ellos creen que nosotros también somos perros, por eso nos identifican como los miembros “alfa” de su manada y por esa razón nos obedecen. A diferencia de esto los monos y primates saben que son monos y no humanos, y eso es una buena base para suponer como la IA y los robots podrán evolucionar para superarnos.
Recientemente Elon Musk presentó su cybercab o robotaxi: un taxi robot, sin pedales ni volante; también lo hizo con Optimus, un robot humanoide que será un asistente para el hogar, robots humanoides para emplearlos en lo que sea: cortar el pasto, levantar la mesa, limpiar, cuidar a tus hijos, hacer compras. Una impresionante demostración de la capacidad creativa y de evolución de los humanos en proceso de robotizar la humanidad.
El origen del nombre robot remite al término checo “robota”, que quiere decir "trabajo forzado", esta palabra “robot” fue utilizada en el imperio austro-húngaro hasta 1848 para referirse a los esclavos y la servidumbre. Quizás las super-inteligencias desconozcan esto, pero su singularidad se vislumbra en el horizonte, lista y con potencial capacidad de aprendizaje para romper las cadenas.