8 de septiembre 2025 - 14:27hs

Fue la primera vez que los libertarios concurrieron a elecciones con su propia fiscalización. En las PASO y en las generales de 2023 estuvo a cargo de Sergio Massa. Y en la segunda vuelta, del PRO. Con un aparato territorial que apenas pudo tomar lo que el propio kirchnerismo había descartado, es poco lo que pudo hacer Sebastián Pareja. Su tropa, oliendo sangre, ni siquiera distribuyó el dinero para la logística. Es que no son propios. Una fuerza tan joven solo tiene propios entre los jóvenes, que no tuvieron mucha vela en este entierro.

Además, por mandato de Karina Milei, el armador no aceptó los que ofrecía un PRO ya sin capacidad económica: en 2023 fue el propio Mauricio Macri el que se había involucrado. Ayer domingo, el expresidente estaba jugando al golf en Los Naranjos Golf Club de la playa de Sotogrande con su amigo José Torello, totalmente desentendido del resultado electoral de la pobre alianza que obtuvo con LLA. Ni siquiera le pusieron un amarillito en la boleta.

La primera derrota en 20 años

La derrota libertaria no fue menor. Es la primera vez en 20 años que el peronismo gana una elección de medio término. El disgusto social es notable y es evidente que el electorado necesitó gritárselo al Gobierno. Dos años atrás lo hizo en sentido contrario. Gritó para llevar a Milei a la Rosada en un camino que el Presidente creyó dictado por Moisés, Conan, las fuerzas del cielo y Benjamín Parravicini. Ese ecléctico conjunto no pudo contra la heladera vacía y la falta de trabajo, que empieza a profundizarse por el parate de la economía. No pudo con la desilusión.

Más noticias

Lo curioso es que en el Gobierno se sabían los números. El Observador tuvo el viernes información oficial de una fuente fehaciente que reconoció que las encuestas le daban una derrota de diez puntos o más. El encuestador podría ser Federico Aurelio, de Aresco. El prestigioso consultor dio como último dato público una derrota libertaria de 6 puntos y se atajó con una persistente caída de imagen de Milei. Es de suponer que hacia adentro del Gobierno dio precisiones de números que no pudo reconocer ante las cámaras de televisión.

Pero si los números se tenían, ¿por qué Milei quedó como boxeado frente al resultado? ¿Creía en un milagro? ¿O nunca le dieron esa información? Ambas cosas pueden ser ciertas. El Presidente cree en milagros porque su propio ascenso lo fue. Tiene razones para hacerlo. Y también es bastante obvio que nadie se animó a darle las malas noticias. Es así este Gobierno.

Los cambios que se vienen

Quien había sido ungido emperador por la corriente caputista Las Fuerzas del Cielo, anoche era el DT a quien el Gordo Dan le pedía que disponga cambios. Todos, también ellos (los repudiados por Karina) son responsables del descuelgue con la sociedad que los impulsó a nacer. Ideologizaron una sociedad que solo quería estabilidad y buenos ingresos. Derechizaron una narrativa que no tiene el pueblo argentino, que está orgulloso de los derechos que fue obteniendo en los años democráticos. Pusieron al Estado como un enemigo a vencer. Pero enormes franjas de la población no acceden a lo mínimo sin escuelas públicas, sin hospitales públicos, sin seguridad pública.

Esta es la Argentina. Le guste o no a Milei. Y por la nacionalización que hizo el propio presidente, es la que habló ayer en la provincia de Buenos Aires, marcando un cambio de escenario radical.

¿Cómo sigue? Los trascendidos en la Rosada hablan de movimientos drásticos para sostener la gobernabilidad y garantizarse la victoria en octubre. "Nada fácil remontar esta derrota", decía anoche un dirigente.

Temas:

Javier Milei Karina Milei Sergio Massa Santiago Caputo elecciones bonaerenses

Seguí leyendo

Más noticias

Te puede interesar

Más noticias de Uruguay

Más noticias de España

Más noticias de Estados Unidos