Contexto
¿Cómo evolucionó la industria manufacturera en julio?
La industria manufacturera sufrió una caída significativa en julio, con un retroceso mensual del 2,3% en el Índice de Producción Industrial (IPI), según datos del INDEC. Este es el segundo mes consecutivo de contracción después de la baja de 1,6% registrada en junio. En términos interanuales, la industria también cayó 1,1%, lo que marca la primera disminución interanual desde noviembre de 2024. Este comportamiento refleja la persistente desaceleración del sector, que se encuentra por debajo de los niveles registrados a finales de 2024.
En términos acumulados, el IPI acumula una baja de 4,32% desde diciembre de 2024, lo que subraya la falta de reactivación en la actividad industrial. El sector más afectado fue el de Prendas de vestir, cuero y calzado, que experimentó una caída de 10,7% interanual, afectado por la menor demanda interna, según fuentes de la industria. A esta caída le siguieron los retrocesos de Alimentos y bebidas (-3%), Vehículos automotores (-8,4%) y Productos de metal (-8,5%).
¿Qué sectores industriales fueron los más golpeados en julio?
Entre los sectores más afectados, el retroceso en la producción de vehículos y autopartes destacó debido a una caída en las exportaciones, especialmente hacia Brasil, el principal socio comercial del sector. El sector automotriz presentó una baja de 8,4% en julio, lo que refleja una disminución tanto en la producción como en las ventas externas.
Por otro lado, el sector de alimentos y bebidas, con una caída de 3%, se vio afectado principalmente por la caída en la producción de derivados de soja, que son fundamentales para la economía argentina, junto con una disminución en las exportaciones de vinos y pescados. Las dificultades en la molienda de soja y la siderurgia también fueron factores determinantes que impulsaron las bajas en sectores como Productos de metal, que descendió 8,5%, y Sustancias y productos químicos (-2%).
¿Qué factores explican la contracción de la industria?
La caída de la industria manufacturera se debe a varios factores estructurales y coyunturales. En primer lugar, la menor demanda interna sigue siendo un freno clave, especialmente en un contexto de inflación y restricción de crédito. A ello se le suma la volatilidad del dólar y las políticas monetarias implementadas por el gobierno para contener la inflación. En este sentido, el aumento de las tasas de interés, que llegó hasta el 80% en las cauciones, ha encarecido el crédito y, por ende, ha reducido la capacidad de inversión en el sector industrial.
Además, la incertidumbre política generada por las elecciones y la situación pre-electoral también han impactado la confianza en los sectores productivos. Los ruidos políticos y la reciente derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, que desató una fuerte disparada del dólar, agravaron la situación, frenando las decisiones de consumo e inversión en la industria.
¿Cómo afectó la situación económica a la construcción?
En cuanto a la construcción, también se evidenció un enfriamiento importante en julio. El Índice Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) del INDEC cayó 1,8% mensual, un retroceso que se suma a la caída de 1,2% en la serie tendencia-ciclo. Aunque la construcción presentó un leve crecimiento interanual de 1,4%, esta cifra está lejos de los incrementos de dos dígitos que el sector experimentó en los primeros meses del año.
El impacto de la volatilidad cambiaria y el aumento de tasas también afectó gravemente al sector de la construcción, que ya venía sufriendo el freno de la paralización de la obra pública. Los datos sobre el consumo de insumos para la construcción muestran altas disparidades. Por un lado, productos como mosaicos graníticos y calcáreos (+36,1%) y hormigón elaborado (+19,2%) registraron aumentos, pero otros materiales esenciales, como cemento portland (-2,8%) y ladrillos huecos (-9,3%), mostraron caídas importantes, lo que refleja la desaceleración en las obras y en el consumo de estos insumos.
¿Qué expectativas existen para la actividad en los próximos meses?
A corto plazo, las expectativas para ambos sectores, tanto la industria como la construcción, no son optimistas. Con el aumento de las tasas de interés y la incertidumbre política y económica, se espera que la demanda interna siga siendo baja y que el sector industrial continúe enfrentando caídas en las exportaciones y en el consumo. La falta de crédito, junto con la inflación y el aumento de los costos operativos, también seguirá afectando la capacidad de las empresas para invertir y expandirse.
En la construcción, el freno en la obra pública y la alta volatilidad del dólar seguirán siendo factores negativos. Aunque la construcción sigue mostrando un crecimiento interanual, las caídas en la actividad de algunos insumos clave y la disminución en la demanda sugieren que el sector podría enfrentar más dificultades a medida que avance el año.
Lo que viene
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La industria manufacturera podría seguir enfrentando dificultades debido a la continua caída de la demanda interna y las restricciones de crédito, lo que podría impedir una recuperación significativa en el corto plazo.
La construcción también se verá afectada por la falta de inversión y la incertidumbre económica, lo que dificultará un repunte en la actividad.
Las políticas económicas del Gobierno, sumadas a la volatilidad cambiaria y la incertidumbre electoral, seguirán siendo determinantes en la evolución de estos sectores.