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Dentro de esta estrategia de crecimiento, la empresa prepara su internacionalización en la región y el lanzamiento de nuevos productos, como una tarjeta de débito para que los clientes dispongan de sus cripto para pagar en todos los comercios que cuenten con POS.
Además del presente y futuro del negocio, Becerra se refirió a las nuevas tendencias de los uruguayos en el uso de criptomonedas, las acciones de la empresa para garantizar la trazabilidad de los fondos y proteger a los inversores, y cómo una regulación adecuada podría favorecer el desarrollo de la industria y la adopción de la tecnología.
Lo que sigue es un resumen de la entrevista que Becerra concedió a El Observador:
¿Cómo ve la adopción de activos virtuales por parte de los uruguayos y qué cambios en las tendencias ha visto durante estos cinco años?
A diferencia de países como Argentina, donde la adopción de las criptomonedas se dio como un mecanismo de reserva y transferencia de valor, en Uruguay esta se dio a partir de la inversión y la especulación por los altos niveles de inclusión financiera que tiene el país. Eso hace que en Uruguay hay ciertos desarrollos tecnológicos que van más lentos pero la región nos va empujando.
En cuanto a las tendencias, cuando empezamos a operar el 90% de lo que comercializábamos era bitcoin. Sin embargo, hoy la moneda más comercializada que tenemos es USDT, una criptomoneda estable que tiene paridad uno a uno con el dólar. Actualmente, la gran mayoría de los inversores compran USDT y luego la cambian a la cripto con la que quieren especular en el momento más adecuado. El cambio atiende a la facilidad en la comercialización porque bitcoin, y el resto de las monedas ni que hablar, siguen siendo un activo que tiene un nivel de volatilidad bastante interesante y eso puede dificultar un poco la operativa. Por ejemplo, si yo como empresa voy a comprar criptos para enviarle y pagarle salario a personas que están fuera (del país), ya compro directamente USDT, porque la persona va a querer recibir exactamente el saldo análogo en dólares.
El perfil de los inversores también ha ido variando. Inicialmente, eran personas que provenían de la industria financiera o del mundo de la tecnología pero ahora se está abriendo más el abanico.
¿Cómo afecta en el sector el actual contexto de tensiones geopolíticas? ¿Qué incidencias cree que puede tener la postura del gobierno de Donald Trump a nivel de la industria?
Creo que es algo más general desde el punto de vista del mercado de valores. Todas las noticias macro, sobre todo las de Estados Unidos, afectan la bolsa y a todos los mercados, el capital va de un lado para el otro a refugiarse en función de la incertidumbre o la mayor rentabilidad. A nivel de cripto, más allá de la parte especulativa en el corto plazo, se plantean un montón de cuestiones a favor de la industria más de largo plazo. Al final del día, Trump pone el tema arriba de la mesa y es un presidente que en términos generales se muestra a favor de las cripto, no solamente desde el punto de vista de los precios, que han tendido a subir, sino desde la aceleración y lo regulatorio.
En los últimos años algunos escándalos han puesto a las criptomonedas en el centro del debate sobre el lavado de activos. ¿Cuál es su visión sobre esta problemática?
Hay plataformas, empresas y personas que le han dado un mal uso a las criptomonedas, pero eso no tiene que ver con lo que es la tecnología o la industria en sí misma, sino con personas que buscan, a través de distintos mecanismos, blanquear capital. A veces, rápidamente se pone la etiqueta de criptomonedas, pero en realidad tiene que ver con un mecanismo de estafa, que con todo lo que pasó el año pasado quedó demostrado que no tiene que ver con una industria, sino con la intención de querer estafar a alguien, puede pasar en la industria ganadera, en la inmobiliaria.
Hay un falso mito de que las cripto sirven para desaparecer el capital y en realidad es todo lo contrario. Un ejemplo claro es el caso de Libra, en Argentina, donde hoy los desarrolladores del proyecto tienen trancados alrededor de US$ 60 millones porque los fueron moviendo hacia una de las criptomonedas estables y eso está todo trackeado. Justamente lo que permite la tecnología blockchain, que es lo que está por detrás de las criptomonedas, es la trazabilidad de todas las transacciones. Eso permitió que se entendiera hacia dónde estaban yendo los fondos y en algún punto lograr bloquearlos, a diferencia de lo que puede pasar por ejemplo, con los billetes.
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¿Qué medidas concretas está tomando la empresa para garantizar la trazabilidad de los fondos y proteger a los usuarios?
Nos propusimos mantener una lógica similar a la de la industria financiera en cuanto a la operativa y los controles. En los comienzos de la empresa armamos un equipo de cumplimiento para establecer los procedimientos, controles, un manual de cumplimiento. Esto implica que registramos a todos los clientes que operan con nosotros, mantenemos umbrales a partir de los cuales solicitamos más información a los clientes respecto del origen de los fondos, y esas cuestiones que tienen que ver con la industria financiera tradicional. Eso nos ha permitido trabajar con empresas como Redpagos y blindarnos ante ciertas movidas que pueda haber atrás con la intención de lavar capital.
¿Está de acuerdo con que haya una mayor regulación a nivel del Banco Central en el sector?
Si bien la ideología inicial de bitcoin y de las cripto era la no regulación o la autorregulación, la historia y la realidad marcan que es necesario que haya ciertos controles, cierta regulación. Y creo que al final del día eso va a terminar favoreciendo al desarrollo de la industria y a la adopción de la tecnología.
¿Qué tipo de regulación cree que sería “saludable” para el ecosistema pero que, a su vez, no frene la innovación?
Desde el sector, nucleado a través de la Cámara Fintech, creemos que hay dos características que debería tener la regulación. Una es poner el foco en cuidar el usuario, el sistema financiero, el sistema cripto, y la otra es favorecer la innovación. Otro punto a tener en cuenta es que se regule la actividad en sí y no el mecanismo por el cual se realiza la actividad. Por ejemplo, si tenés una transferencia de fondos, que se regule la transferencia y no el mecanismo por el cual la hago, para no frenar la innovación. Somos un país que tiene un alto nivel de desarrollo tecnológico, penetración de internet, pero que todavía contamos con una regulación un poco inflexible y que no nos permite innovar al ritmo que deberíamos, particularmente en la industria financiera.
¿Qué novedades maneja Criptala a nivel de negocio?
Vamos a lanzar una aplicación nativa para Android e IOS. Este desarrollo da otras prestaciones, otras funcionalidades que no tenemos en la web, como notificaciones, mejora la usabilidad y a su vez, se conecta con el plan de internacionalización de la empresa. La decisión atiende a que fuimos viendo en nuestra plataforma que el porcentaje de clientes que se conecta desde el celular es cada vez mayor. También vamos a lanzar una tarjeta de débito recargable mediante cripto. La intención es que los clientes dispongan de sus cripto para pagar en todos los comercios a través de una tarjeta aceptada por cualquier POS. Esta va a funcionar como una tarjeta de débito convencional, Visa de débito internacional. Ya hicimos un primer piloto y en junio vamos a estar lanzando para el segmento de clientes vip y en función de su desempeño, la idea es ir bajándola al resto de los clientes. Además, tenemos un módulo de pagos para que comercios online puedan aceptar cripto directamente como medio de pago, particularmente USDT.
Estamos apuntando a comercios online retail que tengan un alto nivel de transaccionalidad. El sector retail no es que percibe una necesidad inmediata la incorporación de medios de pagos con cripto, pero sí lo ve como una alternativa para diferenciarse y para algunos nichos tiene más sentido que para otros. Además, estamos desarrollando otra unidad de negocio denominada Criptala Academy en la que realizamos cursos, talleres y charlas educativas sobre la tecnología, así como también asesoramiento a empresas para realizar pagos o cobros con criptomonedas.
¿Tienen planes de expansión fuera de Uruguay? ¿Qué mercados ven como estratégicos?
Desde un principio nosotros visualizamos la posibilidad de ir creciendo en nuestras operaciones hacia otros países vecinos. El foco de la internacionalización, que se va a llevar adelante este 2025, va a estar en Argentina, Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia y Ecuador. Optamos por llevarla adelante generando alianzas con determinadas empresas, salvo en algún mercado en particular. Ya tenemos las empresas que nos van a dar la corresponsalía en cada uno de esos lugares y los acuerdos firmados. Actualmente estamos avanzando con la integración tecnológica.