Una propuesta de los arquitectos Elena Soukhanoff y Elena Mazzini, plantea rehabilitar una línea de crédito que en el pasado tenía el Banco Hipotecario del Uruguay (BHU), destinada a la recuperación del stock de viviendas antiguas.
La idea fue presentada a la Comisión Asesora de Vivienda (Coavi), que tiene por objetivo asesorar a la Dirección Nacional de Vivienda (Dinavi), en la elaboración de los planes quinquenales de vivienda que se remiten al Parlamento al inicio de cada Administración en el marco del Presupuesto Nacional.
La iniciativa señala que entre 1985 y 1990 el BHU procesó una línea de crédito especializada en la recuperación y reutilización de viviendas antiguas, cuyas metas eran aportar soluciones habitacionales accesibles e incorporar población en los barrios centrales mediante la reutilización del stock existente. Según explican, muchas de esas viviendas, en su origen destinadas a familias numerosas, permitían por su tamaño generar más de una unidad habitacional moderna.
Por ese entonces la propuesta -una iniciativa del Grupo de Estudios Urbanos, liderado por el arquitecto Mariano Arana-, fue bien recibida por el BHU y los servicios técnicos generaron dicha línea. A esos efectos la Intendencia de Montevideo flexibilizó algunas de sus exigencias normativas, recuerdan.
Soukhanoff y Mazzini repasan que en este marco se realizaron numerosos reciclajes, en especial en barrios de la capital como Ciudad Vieja, Palermo, Barrio Sur, Parque Rodó y Cordón, entre otros, incorporando población joven sin afectar la escala humana social ni la morfología del entorno barrial.
Luego en 1990, durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle, se discontinuó esta línea de crédito, que fue reincorporada a partir de 1995 en el gobierno de Julio María Sanguinetti, y con la crisis de 2002 fue nuevamente discontinuada.
Viviendas antiguas
La propuesta se enfoca en dos puntos: rehabilitar la línea de crédito manteniendo las características de la original (monto del préstamo que incluía la obra de reciclaje completa, liquidaciones por avance de obra, etcétera), y ampliar la línea de modo de incorporar a quienes solo quieren recuperar la vivienda propia sin necesidad de generar mayor número de unidades.
La iniciativa fundamenta que el reciclaje de viviendas antiguas baja los costos, ya que se requiere mantenimiento general y renovación de instalaciones de sanitaria y electricidad, pero aportan techo, paredes, pisos y aberturas reutilizables, así como acceso a servicios de áreas consolidadas, infraestructura vial, saneamiento, servicios educativos y transporte.
Además, sostiene que estas viviendas proporcionan mayores superficies y espacialidad en relación a las viviendas nuevas de la misma categoría, y permite el acceso a sectores sociales de clase media y clase media baja que no acceden a otras soluciones.
También destacan que mejoran la calidad del entorno urbano al permitir la recuperación de viviendas vacías y/o deterioradas generando un impacto positivo en la comunidad.
Y que ante los crecientes desafíos ambientales, la reutilización del stock existente emerge como una solución mucho más sustentable, sobre todo en una sociedad con características demográficas estables. Por último subrayan que amplía las posibilidades de trabajo técnico profesional e incorpora artesanos y empresas de pequeña escala a la actividad.