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El encanto de Búzios
Playas para todos los gustos, un aire de la Costa Azul francesa, diversión, arte y una interesante arquitectura es lo que promete esta turística ciudad brasileña
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11 de diciembre de 2017 a las 05:00
No se puede hablar del Búzios de hoy sin mencionar su pasado. Por el siglo XVI esta zona era habitada por comunidades indígenas que se dedicaban a la pesca, la caza y el cultivo. Comenzaron a relacionarse con franceses que vivían de la piratería y el contrabando, así como de la venta de esclavos.
Con la llegada de los portugueses, los franceses fueron expulsados, y gran parte de la población originaria fue exterminada. Hasta el siglo XX se destinaron sus tierras a la agricultura, la ganadería, y sus aguas a la pesca. Recién sobre la década de 1950 el lugar se empezó a visualizar como un destino turístico y, casualmente fue una francesa la que hizo que Búzios mereciera las miradas y el interés del mundo entero: Brigitte Bardot.
Si bien hacía ya años que el pueblo de pescadores se había transformado en balneario frecuentado por la alta sociedad carioca como lugar de retiro, no fue hasta 1964 que su suerte cambió. Brigitte Bardot, la famosa actriz francesa del momento, visitó Búzios con su entonces novio brasileño, Bob Zagury, y el mundo enloqueció; tan de moda se puso que comenzaron a llegar otros famosos de todas partes, y se convirtió, como se conoció en ese momento, en la Saint-Tropez americana.
Hoy, la ciudad, que se encuentra a menos de 200 kilómetros de Río, es una opción que muchas veces se combina con la gran metrópoli, o simplemente se elige para una estadía completa. Su oferta variada de 23 playas y su interesante propuesta nocturna la vuelven atractiva para un gran público.
Búzios tiene su temporada más animada y de afluencia entre diciembre y marzo; es la época en que tanto el día y sus actividades como la noche y las opciones gastronómicas y de diversión están en su máximo esplendor.
El resto del año es más tranquilo (es bueno tomar en cuenta este factor para quienes buscan una cosa o la otra), aunque los fines de semana incrementa la cantidad de gente, sobre todo de las zonas aledañas, que llegan de las ciudades a descansar.
Uno de los atractivos que se destacan de Búzios es la falta de grandes edificios. Aquí, por ley las construcciones pueden llegar solo a una altura de dos pisos. Además se utilizan elementos naturales para la construcción, de esa manera el paisaje se torna amable y armonioso.
Se alquilan en varios locales del Centro y de la playa de João Fernández; los hoteles también trabajan con empresas de servicios de alquiler, así que es muy sencillo adquirir uno, por hora o por semana. Otra manera de desplazarse hacia las playas del norte es en taxi acuático, que sale desde el embarcadero del Centro.
Y para hacer una recorrida por las playas, haciendo paradas para nadar y apreciar los diferentes paisajes, se puede realizar un paseo en barco escuna. En cuanto a playas, Geribá es donde los que buscan famosos deben concurrir durante la alta temporada. Una amplia playa con gran franja de arena blanca y olas, por lo que también es preferida por los surfistas, kitesurfistas y demás deportes acuáticos que necesitan del viento.
Aquí la diversión es completa porque en Geribá hay restaurantes, bares, música electrónica, tragos y diversión. Y si se busca salir un rato del ruido, por un camino se llega a la tranquila ensenada de Ferradurinha. Por la contraria, una hermosa herradura de agua tranquila, la playa de (como lo dice su nombre) Ferradura, es un lugar donde darse baños en sus cristalinas y tranquilas aguas protegidas del viento por la forma de herradura, justamente.
En lugar de surf aquí se practica el kayak. También se ofrecen masajes en la arena, y barcitos proponen deliciosos tragos y bocados de pescado y frutos de mar. Es una de las preferidas por las familias con niños, para que disfruten del Summer Park. En Praia Brava, el club de playa-parador tiene un Kid's Club muy entretenido.
Una de las más populares (o la más) es João Fernández, centro de encuentro de turistas y de gran movimiento en la arena y en sus tranquilas aguas, donde se realiza desde kayak, buceo, snorkel hasta un divertido y agitado rato en la banana. Tiene buena infraestructura gastronómica.
Su hermanita pequeña, Joao Fernandinho es la versión tranquila y reducida de Fernández. Para los amantes del buceo la opción es Tartaruga, buena playa con gran espacio en la arena y a la vez un mar tranquilo donde mergulhar y nadar.
El plus se lo lleva quien ve una tortuga marina. Son famosas las puestas de sol en esta playa. Praia dos Ossos es otra playa tranquila, con menos turistas y aguas agitadas. Otra playa hermosa es Azeda, una bahía de agua cálida, famosa –otra vez– cuando Brigitte Bardot realizó un –para la época– escandaloso topless. Para los naturistas, Búzios cuenta con una playa nudista: Olho de Boi. De agua azul y arena cubierta con conchas marinas, esta pequeña playa posee hasta su propia cascada.
La Rua das Pedras es el lugar de encuentro, luego de un intenso día de playa con los visitantes distribuidos en cualquiera de la veintena que ofrece Búzios; en cambio aquí está todo concentrado en poco más de 600 metros.
Restaurantes, bares, tiendas, galerías de arte, discotecas, cafeterías y, de paso, ver alguna celebridad... Todo está en la popular calle principal del balneario. A dos minutos a pie de la Rua das Pedras se encuentra la plaza Santos Dumont, rodeada de comercios, otro polo comercial del lugar. Cada día al atardecer se puede visitar una atractiva feria de artesanos.
Como si fuera poco lo que hay para disfrutar en Búzios, también está la posibilidad de invertir un día en conocer Arraial do Cabo, considerado como uno de los lugares más bellos del país (lo que es mucho decir en un país de enorme riqueza natural como Brasil), a tal punto que algunos lo llaman "el caribe brasileño".
Esta ciudad, a unos 30 kilómetros de Búzios, posee unas playas de agua transparente, arena blanca y una vegetación exuberante que parece el paraíso. Una buena manera de conocer el lugar es haciendo un paseo en barco, que recorre varios puntos de interés y desembarca en playas vírgenes, sin ninguna construcción o intervención humana, donde hacer snorkel en áreas protegidas y abundante vida marina.
En sus aguas también se puede realizar todo tipo de actividades acuáticas, como stand up paddle –muy de moda–, o kayak, que incluso se ofrecen con material transparente para apreciar los arrecifes de coral y la variedad de especies marinas.
Con la llegada de los portugueses, los franceses fueron expulsados, y gran parte de la población originaria fue exterminada. Hasta el siglo XX se destinaron sus tierras a la agricultura, la ganadería, y sus aguas a la pesca. Recién sobre la década de 1950 el lugar se empezó a visualizar como un destino turístico y, casualmente fue una francesa la que hizo que Búzios mereciera las miradas y el interés del mundo entero: Brigitte Bardot.
Si bien hacía ya años que el pueblo de pescadores se había transformado en balneario frecuentado por la alta sociedad carioca como lugar de retiro, no fue hasta 1964 que su suerte cambió. Brigitte Bardot, la famosa actriz francesa del momento, visitó Búzios con su entonces novio brasileño, Bob Zagury, y el mundo enloqueció; tan de moda se puso que comenzaron a llegar otros famosos de todas partes, y se convirtió, como se conoció en ese momento, en la Saint-Tropez americana.
Hoy, la ciudad, que se encuentra a menos de 200 kilómetros de Río, es una opción que muchas veces se combina con la gran metrópoli, o simplemente se elige para una estadía completa. Su oferta variada de 23 playas y su interesante propuesta nocturna la vuelven atractiva para un gran público.
Búzios tiene su temporada más animada y de afluencia entre diciembre y marzo; es la época en que tanto el día y sus actividades como la noche y las opciones gastronómicas y de diversión están en su máximo esplendor.
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Glamour. Una escultura de Brigitte Bardot recuerda la visita de la actriz francesa en la década del 60, que situó a Búzios en la ruta del jet set internacional
El resto del año es más tranquilo (es bueno tomar en cuenta este factor para quienes buscan una cosa o la otra), aunque los fines de semana incrementa la cantidad de gente, sobre todo de las zonas aledañas, que llegan de las ciudades a descansar.
Uno de los atractivos que se destacan de Búzios es la falta de grandes edificios. Aquí, por ley las construcciones pueden llegar solo a una altura de dos pisos. Además se utilizan elementos naturales para la construcción, de esa manera el paisaje se torna amable y armonioso.
Variedad de playas
Es lindo recorrer Búzios, pasear, ver las diferentes playas y elegir dónde ir quedándose; el vehículo en el cual hacerlo es, sin duda, el buggy. Estos rústicos descapotables son divertidos, aventureros y todo terreno, ideales para subir y bajar la topografía tan ondulada del lugar.Se alquilan en varios locales del Centro y de la playa de João Fernández; los hoteles también trabajan con empresas de servicios de alquiler, así que es muy sencillo adquirir uno, por hora o por semana. Otra manera de desplazarse hacia las playas del norte es en taxi acuático, que sale desde el embarcadero del Centro.
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Tres pescadores. La obra, ubicada en la Praia da Armação, es un homenaje al origen de Búzios, como aldea de pescadores
Y para hacer una recorrida por las playas, haciendo paradas para nadar y apreciar los diferentes paisajes, se puede realizar un paseo en barco escuna. En cuanto a playas, Geribá es donde los que buscan famosos deben concurrir durante la alta temporada. Una amplia playa con gran franja de arena blanca y olas, por lo que también es preferida por los surfistas, kitesurfistas y demás deportes acuáticos que necesitan del viento.
Aquí la diversión es completa porque en Geribá hay restaurantes, bares, música electrónica, tragos y diversión. Y si se busca salir un rato del ruido, por un camino se llega a la tranquila ensenada de Ferradurinha. Por la contraria, una hermosa herradura de agua tranquila, la playa de (como lo dice su nombre) Ferradura, es un lugar donde darse baños en sus cristalinas y tranquilas aguas protegidas del viento por la forma de herradura, justamente.
En lugar de surf aquí se practica el kayak. También se ofrecen masajes en la arena, y barcitos proponen deliciosos tragos y bocados de pescado y frutos de mar. Es una de las preferidas por las familias con niños, para que disfruten del Summer Park. En Praia Brava, el club de playa-parador tiene un Kid's Club muy entretenido.
Una de las más populares (o la más) es João Fernández, centro de encuentro de turistas y de gran movimiento en la arena y en sus tranquilas aguas, donde se realiza desde kayak, buceo, snorkel hasta un divertido y agitado rato en la banana. Tiene buena infraestructura gastronómica.
Su hermanita pequeña, Joao Fernandinho es la versión tranquila y reducida de Fernández. Para los amantes del buceo la opción es Tartaruga, buena playa con gran espacio en la arena y a la vez un mar tranquilo donde mergulhar y nadar.
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El plus se lo lleva quien ve una tortuga marina. Son famosas las puestas de sol en esta playa. Praia dos Ossos es otra playa tranquila, con menos turistas y aguas agitadas. Otra playa hermosa es Azeda, una bahía de agua cálida, famosa –otra vez– cuando Brigitte Bardot realizó un –para la época– escandaloso topless. Para los naturistas, Búzios cuenta con una playa nudista: Olho de Boi. De agua azul y arena cubierta con conchas marinas, esta pequeña playa posee hasta su propia cascada.
Noche y diversión
Cuando cae el sol la actividad se centra en la Rua das Pedras, la cual se encuentra a continuación de la Orla Bardot, la franja costera donde dar un paseo y que homenajea a la actriz francesa que contribuyó a hacer famosa a la península.La Rua das Pedras es el lugar de encuentro, luego de un intenso día de playa con los visitantes distribuidos en cualquiera de la veintena que ofrece Búzios; en cambio aquí está todo concentrado en poco más de 600 metros.
Restaurantes, bares, tiendas, galerías de arte, discotecas, cafeterías y, de paso, ver alguna celebridad... Todo está en la popular calle principal del balneario. A dos minutos a pie de la Rua das Pedras se encuentra la plaza Santos Dumont, rodeada de comercios, otro polo comercial del lugar. Cada día al atardecer se puede visitar una atractiva feria de artesanos.
Arraial do Cabo
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Esta ciudad, a unos 30 kilómetros de Búzios, posee unas playas de agua transparente, arena blanca y una vegetación exuberante que parece el paraíso. Una buena manera de conocer el lugar es haciendo un paseo en barco, que recorre varios puntos de interés y desembarca en playas vírgenes, sin ninguna construcción o intervención humana, donde hacer snorkel en áreas protegidas y abundante vida marina.
En sus aguas también se puede realizar todo tipo de actividades acuáticas, como stand up paddle –muy de moda–, o kayak, que incluso se ofrecen con material transparente para apreciar los arrecifes de coral y la variedad de especies marinas.
