Gwilym Pugh era oficinista, tenía sobrepeso, lesiones físicas ocasionadas por su pasado como basquetbolista que le impedían hacer ejercicio y una vida poco saludable. En su trabajo como vendedor de seguros le iba bien, por lo que decidió realizar un cambio.
"Como me iba bien en el trabajo, decidí enfocarme en ordenarme y llevar una vida un poco más saludable", contó Pugh al diario Wales Online. Dejó la comida chatarra, modificó sus hábitos de trabajo dejando de lado su rutina de 12 horas sentado tras un escritorio y cambió de aspecto.
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Fue así que a los 26 años inició un proceso en el que bajó 45 kilos, gracias a la dieta y a caminar 15 mil pasos por día como mínimo. En 2015 abrió una cuenta en Instagram, en la que mostró su transformación ante el público.
Se dejó además la barba, un rasgo que le permitió ser convocado para un proyecto fotográfico que reunía a 100 hombres barbados para un libro sobre el tema.
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Allí fue descubierto por una agencia y comenzó a realizar producciones de moda. Tapas de revistas como NME y GQ, campañas para marcas como Vans, Budweiser y Diesel, y una colaboración con David Beckham en un proyecto de una marca de whisky fueron algunas de sus oportunidades laborales.