Contexto
¿Qué ocurrió exactamente el 28 de abril?
El apagón de abril afectó a la península ibérica, dejando sin suministro eléctrico a una gran parte de España y Portugal. Según el informe presentado por la ministra, el origen fue un "fenómeno de sobretensiones" en la red eléctrica, que provocó una cadena de desconexiones de centrales, contribuyendo al colapso del sistema.
¿Qué factores específicos contribuyeron a la caída del sistema?
El informe destaca varios factores, incluyendo las oscilaciones anómalas de la tensión y la desconexión inadecuada de algunas centrales. Estas desconexiones fueron realizadas por las propias empresas para proteger sus instalaciones, pero, en última instancia, exacerbaron el problema. Aagesen también subrayó que el sistema no tenía suficiente capacidad para controlar las tensiones dinámicas que se desarrollaron ese día.
¿Se descarta la hipótesis de un ciberataque?
Sí. El gobierno ha descartado por completo que el apagón haya sido causado por un ciberataque. Las investigaciones apuntaron exclusivamente a fallos técnicos y de gestión de la red, sin ninguna evidencia de una intervención externa.
¿Qué implicaciones tiene este informe?
El informe tiene implicaciones en cuanto a la necesidad de mejorar la supervisión y regulación del sistema eléctrico español. La ministra anunció un decreto ley que será aprobado la próxima semana para mejorar el control y evitar que episodios como el apagón de abril se repitan en el futuro.
¿Por qué algunos grupos de generación no actuaron correctamente?
Se identificó que algunos grupos de generación, a pesar de estar retribuidos para controlar la tensión y asegurar la estabilidad del sistema, no realizaron la absorción de la energía reactiva que se esperaba en un contexto de elevadas tensiones. Este fallo contribuyó a la crisis del sistema.
Cómo sigue
El gobierno ha comenzado a implementar medidas correctivas para evitar que un apagón similar vuelva a ocurrir. La próxima semana se aprobará un decreto ley que tiene como objetivo mejorar la supervisión y el control del sistema eléctrico.
Este decreto incluirá regulaciones más estrictas para los operadores de las centrales y un enfoque más riguroso sobre cómo se gestionan las tensiones dentro de la red. Además, se espera que las autoridades aumenten la inversión en infraestructura y en sistemas de prevención ante fallos técnicos.
Si bien el informe ya ha descartado la intervención de factores externos, el gobierno pondrá más énfasis en la capacitación y la planificación de las empresas energéticas, buscando una mayor responsabilidad en la gestión de la red y sus recursos.
La respuesta institucional también podría implicar un refuerzo de la cooperación entre España y Portugal en términos de gestión y monitoreo del sistema eléctrico ibérico, dada la interconexión que existe entre ambos países en esta materia.
FUENTE: El Observador