27 de julio 2025 - 9:48hs

El ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, expresó su "profunda consternación" tras conocer que 52 personas, entre ellas adolescentes y monitores, fueron desembarcadas del avión el pasado miércoles en el aeropuerto de Valencia.

La aerolínea justificó el desalojo alegando razones de seguridad, pero el incidente ha suscitado preocupación sobre posibles motivaciones discriminatorias relacionadas con la religión de los pasajeros.

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En este contexto, Barrot solicitó una explicación detallada a la consejera delegada de Vueling, Carolina Martinoli, sobre si los jóvenes fueron objeto de discriminación por motivos religiosos, una solicitud que también fue dirigida al embajador de España en Francia.

En respuesta, Vueling explicó que la decisión de desembarcar al grupo de pasajeros fue consecuencia de un comportamiento conflictivo que ponía en riesgo la seguridad del vuelo.

Según la aerolínea, los jóvenes manipulaban repetidamente el material de emergencia y perturbaban activamente la demostración de seguridad realizada por la tripulación de cabina, lo que llevó a varios intentos de intervención por parte del personal del avión.

Tras la negativa de los pasajeros a cesar en su actitud, se activaron los protocolos de seguridad y se solicitó la intervención de la Guardia Civil.

Los oficiales procedieron al desembarque del grupo, cuya conducta siguió siendo agresiva una vez en la terminal, con algunos individuos mostrando actitud violenta hacia las autoridades.

La responsable del grupo de monitores fue arrestada después de empujar a un agente de la Guardia Civil, lo que resultó en una denuncia por alteración de la seguridad aérea y desobediencia a la autoridad.

Vueling y la Guardia Civil han rechazado tajantemente cualquier afirmación de que la acción estuviera motivada por la religión de los pasajeros involucrados, subrayando que las decisiones se basaron únicamente en el cumplimiento de los protocolos de seguridad.

La situación también ha generado un fuerte debate público. En particular, el ministro israelí de la Diáspora y Lucha contra el Antisemitismo, Amichai Chikli, sugirió que el motivo del desalojo fue el canto de canciones hebreas por parte del grupo, lo que habría incomodado a la tripulación.

Sin embargo, Vueling negó categóricamente esta versión y reiteró que la seguridad del vuelo fue la principal preocupación.

Además, la Liga Internacional Contra el Racismo y el Antisemitismo (Licra) condenó la actitud del ministro español de Transportes, Óscar Puente, quien, en un mensaje en redes sociales, se refirió a los pasajeros como "niñatos israelíes", una expresión que la organización calificó como un ejemplo de odio antiisraelí y antisemita.

Ante esta controversia, las autoridades españolas y francesas han reafirmado su compromiso con la transparencia en la investigación del incidente, y Vueling ha asegurado que está llevando a cabo una "rigurosa investigación interna" sobre lo sucedido, cuyos resultados se compartirán con los Gobiernos de ambos países.

El incidente ha puesto de manifiesto la necesidad de una clara distinción entre las medidas de seguridad aplicadas por las aerolíneas y cualquier tipo de discriminación, así como la importancia de la correcta gestión de situaciones delicadas a bordo de vuelos internacionales.

A medida que las investigaciones continúan, las autoridades de ambos países y las organizaciones internacionales estarán pendientes de los resultados y de las implicaciones que este caso pueda tener en la política de seguridad y trato hacia los pasajeros de confesión religiosa diversa.

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