El pasado 24 de abril, la Comisión Europea votó a favor de prohibir la producción y comercialización de aromas de humo artificiales en toda Europa. La decisión se basa en la presencia de compuestos en estos aromas que tienen el potencial de dañar el material genético de las células, es decir, el ADN. Esta medida afectará a una variedad de productos populares, incluyendo las patatas fritas con sabor a jamón, uno de los snacks más consumidos en España.
La normativa también se extenderá a salsas como la popular salsa barbacoa, sopas listas para tomar y productos cárnicos como salchichas y beicon. Las empresas tendrán un plazo de cinco años para eliminar completamente estos compuestos perjudiciales, identificables en el etiquetado bajo nombres o siglas como Smoke Concentrate809045 (SF-003), ProFagus SmokeR709 (SF-008), y otros.
Impacto en los Alimentos Ahumados Tradicionales
La prohibición no afectará a los alimentos que utilizan métodos tradicionales de ahumado. Estos productos, que potencian el sabor y ayudan en la preservación, deberán estar claramente etiquetados como "aromatizantes naturales" para indicar su método de producción tradicional. Así, productos como el salmón ahumado y el queso Idiazábal seguirán disponibles. Sin embargo, se recomienda consumirlos con moderación debido a su alto contenido de sal, nitratos y nitritos, que pueden formar nitrosaminas, sustancias relacionadas con el cáncer colorrectal.
Evaluación de los Aromas de Humo Artificiales
Desde su aprobación limitada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) entre 2009 y 2012, los aromas de humo artificiales han sido objeto de evaluaciones periódicas. En noviembre de 2023, un estudio de la EFSA indicó que estos aromas podrían suponer serios riesgos de genotoxicidad, aumentando significativamente el riesgo de cáncer y enfermedades hereditarias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica las carnes procesadas, incluyendo las ahumadas, en el Grupo 1 de agentes carcinogénicos, junto a factores como el tabaco y el alcohol. Un informe de 2015 posiciona a la carne procesada en el noveno puesto de la lista de agentes cancerígenos.
Efectos en los Snacks Populares
En el caso de las patatas fritas con sabor a jamón, no solo contienen patata, sal y aceite, sino también glutamato monosódico, inosinato disódico y guanilato disódico, que son potenciadores del sabor. El glutamato, presente también en alimentos no procesados como ciertos quesos y carnes, se añade a los productos envasados para aumentar su palatabilidad, estimulando receptores en la lengua que envían señales al cerebro para comer más. Este aditivo puede hacer que se consuma un 10% más de alimento del necesario, creando un círculo vicioso de consumo excesivo de productos poco saludables.
Algunos expertos se preguntan si esta prohibición llega demasiado tarde, considerando el impacto prolongado de estos compuestos en la salud pública.