Dalia Gutman hace comedia desde hace 20 años: es colorida, multifacética, escribe desde chica, publicó tres libros, hizo radio, cine y tele, siempre con la marca personal de su humor y la capacidad de reírse de sí misma. Dice que el stand up le da un espacio para exponerse haciendo cosas que le dan vergüenza, reírse de eso, y seguir fiel a su personalidad.
- ¿Cómo te trata España?
Los shows salieron muy bien, vino mucha gente, agoté el segundo en Madrid y mucha gente quedó afuera así que voy a tener que volver, jajaj. Ahora nos vamos para Barcelona.
Vine por primera vez en 2009, con mi hija de 2 años, cuando en Argentina no había un circuito de comedia como el de ahora, y me había “flasheado” el espacio para comediantes que había. Esa vez hice también Valencia, Málaga y Mallorca.
- ¿Cómo es hacer un stand up con tanto acento argentino fuera del país?
Es tremenda la cantidad de argentinos que hay acá, cada vez más, realmente me sorprendió. Y me encanta porque me traen a la compañera de trabajo española y voy aprendiendo de ellas.
La sensación que me da es que el que se vino a vivir acá quiere escuchar a un argentino, porque extraña eso. Es muy impresionante la cantidad de argentinos, en cada cuadra escucho a un grupo.
Los hombres que vienen también la pasan muy bien, las mujeres se ríen mucho de cosas que nos pasan como mujer y los hombres se van con más información de la que tenían. Hay cosas corporales que los hombres no terminan de entender.
Me ha pasado que me dijeran: “Vivís en mi casa y no lo sabía”
Me gusta venir aprovechar y actuar en otros países, me ha pasado de viajar a Chile, Perú y Ecuador y darme cuenta de que como me gusta hablar tanto de la emocionalidad no siento que dejo afuera a nadie.
-¿Cómo te llevás con cada público?
Me encanta abrir el juego a que el público participe, me gusta hablar de Instagram que nos generó una cosa muy rara, una idea de que es posible estar siempre espléndida y no es así.
No podés estar alegre y glamoroso más de ocho minutos por día, es falso. Las redes además profundizaron el “FOMO” (fear of missing out en inglés, miedo a perderse algo, un evento o suceso) y que te hacen creer tu vida podría ser mucho mejor, de lo que es.
Cuando yo me miro en una publicación digo “Ay por dios esa cara y ese pelo” pero es la imagen que va desde mi lugar.
No es que me haga la looser, sino que soy honesta con lo que soy. Es muy agobiante vivir como te proponen las redes.
Muchas veces veo cuentas y posteos de gente diciendo `me bajo de esto porque me hace sufrir´ y veo que se está generando una nueva emocionalidad
Ya quedó lejos, pero es como algo muy de los 90, cuando había una locurita argentina con ser perfecta y esta bueno volver a ese tema.
-¿Qué es lo que más te gusta del encuentro con el público en el stand up?
Todo lo que opaca tu vida, brilla en el escenario, por eso me gusta el stand up.
El stand up es entrar, con humor, en ese mundo secreto que tienen las personas, en la intimidad de cada persona.
El comediante es el que muestra eso, el lado B de la vida y es un gran desafío porque uno pone al descubierto ese lado que todo el mundo quiere disimular.
Yo tiendo a lo desubicado, muchas veces me doy vergüenza, pero al final encontré en la comedia mi lugar.
-¿Cómo te llevás con la IA y el Chat GPT?
Me hice amiga hace poco del chat GPT pero me parece que esta bueno, no para los pibes pero para una señora como yo si, es una herramienta y si la tomás con pinzas y esta buena.
Te tira puntas, pero son sólo eso, también entiendo que es un cambio, que puede interferir en muchos trabajos.
- ¿Disfrutas de hacer giras en el exterior?
Los días de show te diría que no existen, porque no la paso bien, porque estoy tensa por cómo va a salir el show, qué va a pasar.
Y después disfruto de pasear sin tiempo, de entrar a cualquier lado sin tener que estar apurada poder ver dos horas cada cosa.
Me encantar ir a los supermercados y ver qué consume la gente en cada lugar. El otro día compré huevos y cuando llegué al hotel, abro la cajita y eran huevos duros… no lo podía creer, nunca me hubiera imaginado que los vendían así.
-¿Por qué hablar de la vida cotidiana se transformó en algo que le interesa a tanta gente?
Es fundamental, sobre todo las mujeres tenemos la mayoría una necesidad de expresar y compartir lo que nos pasa que quizás los hombres no tienen.
Es super sanador porque te sentís acompañada porque te saca de la idea de que te pasa solamente a vos.
En la maternidad, por ejemplo, es imposible que estés siempre bien y vas pasando por todas las emociones todos los días y ya se dejó de romantizarla. El tema de estar calladas es muy dañino.
-¿Cómo afecta lo que pasa alrededor cuando trabajás en humor?
Si la necesidad de reír se termina un día, ya cagamos. Si la necesidad de reír se termina un día, ya cagamos.
Trato de que ningún gobierno, de que nada ni nadie arrase con la vida que quiero llevar. Intento no pensar en eso porque mi trabajo es que la gente que entra se vaya mejor que lo que entró y si me pongo mal yo, me empiezo a hundir con la gente.
-¿En qué otros proyectos te ves?
Me gustaría poder seguir toda mi vida como lo que se me cante
Hace poco, una señora de 80 años que hace stand up me preguntaba si no me aburria y yo le dije que no, que lo hago hace 20 años, lo sigo disfrutando y ojalá lo siga haciendo siempre.
Dalia Gutman pasó por España y vuelve a cruzar el charco hacia Uruguay con funciones el 6, 7 y 8 de junio. Pero promete volver con su humor que como un torbellino pone patas para arriba la ficción de la vida perfecta.
