Julio Iglesias cumple este 23 de septiembre nada menos que 82 años. Aunque para muchos se trate de un aniversario sin grandes celebraciones, lejos de los escenarios que alguna vez lo convirtieron en una voz universal, lejos de sumirse en el olvido, sigue siendo objeto de historias, rumores y titulares que le dan forma al mito, incluso cuando él prefiere mantenerse en la máxima discreción.
A pesar de los especulaciones sobre su retiro definitivo, Julio ha negado tajantemente que esté dispuesto a dejar de cantar. En una de sus últimas apariciones afirmó: «En estos últimos años me han “matado” varias veces.» «En estos últimos años me han “matado” varias veces.»
No es la primera vez que rechaza afirmaciones de que se ha retirado. Su postura se mantiene firme: él elige qué decir, cuándo y cómo, y no permitirá que otros dicten el final de su historia.
Rumores sobre su salud
Las preguntas sobre su estado de salud se han vuelto inevitables. Durante la primavera, surgieron versiones que apuntaban a problemas de movilidad derivados de una lesión de columna, un osteoblastoma benigno que, decían, había dejado secuelas. Si bien algunas versiones señalaban que esa dolencia ya no le afecta, lo cierto es que ha debido hacer frente a las señales que el tiempo imprime en todos.
Su vida diaria parece marcada por la moderación de sus actividades físicas, por los cuidados necesarios, pero también por una actitud casi estoica: la aceptación de ciertos límites que antes parecían lejanos.
¿Regresará la música sobre los escenarios?
El último concierto oficial de Julio Iglesias se remonta a 2019, en Estados Unidos, coincidiendo con la concesión de un Grammy a la Trayectoria. Desde entonces no hay shows, no hay giras anunciadas.
Fuentes de su entorno aseguraron en varias publicaciones que no volvería a subirse a un escenario, con el argumento de que su salud no se lo permite. Aún así, Iglesias ha matizado esas afirmaciones, negándolas con frases cargadas de ironía y talante sereno: que le “han retirado unas veinte mil veces”, que le “han enfermado otras tantas”. Palabras que dicen más de lo que aparentan, pues muestran a un hombre consciente de sus fragilidades, pero muy poco dispuesto a ceder ante la narrativa del retiro.
El refugio gallego: una casa con memoria
Una de las historias que más ha llamado la atención en los últimos meses tiene que ver con la compra de una finca en Galicia, en concreto en el pueblo de Piñor. Este lugar cobró relevancia no solo por ser tierra de su padre, sino por la connotación simbólica que tiene: raíces, origen, y una curiosa manera de llamarlo: "el pueblo de los ataúdes".
La finca, valorada en varios millones, fue ampliamente reformada. Julio planeaba estrenarla este verano con una visita, espectaculaer. Sin embargo, los incendios forestales de la zona, entre otras circunstancias, impidieron que viajara y la finca permanece como un deseo latente, como un puente no cruzado.
El pueblo gallego, con su aire puro, sus recuerdos, su calma distinta a la de Miami, parece esperar a Julio Iglesias, que por ahora la contempla desde lejos.
La soledad elegida y el misterio
Miami sigue siendo su hogar: calor, luz, anonimato. Allí vive con más calma y concede entrevistas cuando lo considera necesario. Ha dicho en más de una ocasión que convive “a las mil maravillas” con la soledad, que para él no es una condena sino una compañera elegida.
Y en ese espacio íntimo, mantiene el legado de más de seis décadas de música. Aunque no haya álbum nuevo, ni conciertos confirmados, su voz sigue sonando en radio, en casas, en recuerdos. Las viejas canciones siguen vivas, los discos siguen girando, su historia sigue siendo motivo de admiración y la pregunta sobre un show de despedida, sigue en el aire.