En los últimos años, varios ayuntamientos de España adoptaron un sistema innovador basado en la identificación de excrementos de perros mediante pruebas de ADN, una tecnología que promete cambiar el panorama de la convivencia urbana y el control de infracciones. Este enfoque, que ya se implementó en más de 80 municipios, busca reducir el número de infracciones relacionadas con los dueños de mascotas que no recogen los excrementos de sus perros en la vía pública.
La solución tecnológica al problema de los excrementos caninos
Los ayuntamientos se enfrentan diariamente a quejas de ciudadanos debido a la acumulación de excrementos caninos en parques, aceras y áreas públicas. El mal comportamiento de algunos dueños de perros ha llevado a implementar una solución tecnológica que permita la identificación rápida de los infractores. En colaboración con empresas especializadas en genética animal, los municipios han comenzado a crear bases de datos de ADN de perros registrados en sus respectivas localidades.
El procedimiento es sencillo: se toma una muestra de ADN del animal, generalmente a través de la saliva, y se almacena en una base de datos municipal. Cuando se encuentran excrementos sin recoger, se recolecta una muestra que es analizada para determinar a qué perro pertenece, permitiendo la localización del dueño y la correspondiente sanción.
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Los pipicán, los espacios en los que se sueltan a los perros en parques públicos.
Cataluña lidera con multas severas
Uno de los casos más recientes es el de Cataluña, donde a partir de 2024 se realizarán pruebas de ADN obligatorias para los perros, con el objetivo de identificar a los infractores y aplicar sanciones de hasta 1.500 euros. Esta medida responde a la creciente preocupación por la higiene urbana y la salud pública, ya que los excrementos no solo generan un mal aspecto en las ciudades, sino que también pueden ser foco de enfermedades.
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Cataluña encabeza la lista de este tipo de multas.
La Generalitat y varios ayuntamientos de la región han acordado la creación de una base de datos genética que permita la identificación precisa de los animales y, por ende, de los dueños irresponsables. Esta política no solo busca penalizar a los infractores, sino también fomentar la tenencia responsable de mascotas y mejorar la convivencia en las áreas urbanas.
Éxito en otros municipios de España
Aunque Cataluña es una de las últimas regiones en adoptar este sistema, otras ciudades españolas ya han visto resultados positivos. Municipios como Málaga y Valencia han experimentado una notable reducción en la cantidad de excrementos no recogidos gracias a la implementación de esta tecnología.
Los responsables de estas iniciativas destacan la importancia de concienciar a los ciudadanos sobre las responsabilidades que conlleva tener una mascota, y cómo este sistema no solo es una medida punitiva, sino una herramienta que mejora la calidad de vida en las ciudades.
Beneficios de la identificación genética para los municipios
Además de reducir la cantidad de excrementos caninos en las calles, la identificación genética ofrece otros beneficios a los municipios, como el control de las mascotas no registradas o la mejora en la gestión de censos caninos. Al obligar a los dueños de perros a realizar la prueba de ADN, se consigue un censo más preciso y actualizado de los animales en cada localidad.
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Este tipo de medidas también tiene un impacto positivo en la percepción que los ciudadanos tienen de la limpieza urbana y la calidad de vida en sus barrios, lo que se traduce en un mayor bienestar para todos los habitantes.