23 de mayo 2025 - 12:22hs

Hay un antes y un después de la guerra arancelaria desatada por Donald Trump. Así lo cree el Banco Central Europeo (BCE), que reconoce ahora un mayor riesgo de recesión en la zona euro y en Estados Unidos, según reflejan las actas de su última reunión de política monetaria, celebrada el pasado 17 de abril.

En esa cumbre, en la que la institución presidida por Christine Lagarde recortó los tipos de interés 25 puntos básicos, hasta el 2,25%, los miembros del Consejo de Gobierno apuntaron que "la probabilidad de una recesión durante los próximos cuatro trimestres en la zona del euro y Estados Unidos había aumentado de forma apreciable".

Los banqueros centrales mencionan el impacto directo sobre el comercio de una economía como la europea, muy volcada a las exportaciones. Sin embargo, los datos todavía no reflejarían ese debilitamiento que sí comienza a apreciarse por el impacto indirecto a corto plazo a través de la factura que puede haber dejado el estallido de la guerra arancelaria en términos de confianza de las empresas y los hogares.

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Los banqueros centrales consideran que la situación de tensión respecto a EEUU y la pérdidas económicas derivadas de ello han llegado para quedarse. Según señalan las actas, los miembros del Consejo de Gobierno consideran "poco probable que se produzca un giro total en la política arancelaria" de Trump y, además, aseguran que, incluso en el caso de que esto sucediera "es cuestionable que la economía pudiera volver a su status quo anterior".

Inflación

La situación es todavía menos predecible en el campo de la inflación. Sin embargo, por el momento, el BCE puede tener clara la necesidad de seguir bajando los tipos de interés pues, según reconocen las actas, la desaceleración prevista en las últimas proyecciones macroeconómicas "se mantuvo incluso sin la apreciación del euro o la caída de los precios del petróleo y de las materias primas" que tuvieron lugar el anuncio de aranceles generalizados por parte de Estados Unidos.

De hecho, la situación se ha vuelto ahora incluso delicada, pues diferentes miembros del Consejo de Gobierno señalaron en la última reunión que "los riesgos para la estabilidad de precios podrían ahora inclinarse hacia una baja inflación, especialmente en el corto plazo". El BCE cuenta con el mandato de mantener la inflación en el 2% de forma simétrica, lo que significa que debe evitar que se desvíe tanto al alza como a la baja. Si esto ocurriera, la autoridad monetaria tendría que recortar en mayor medida el precio del dinero.

Pese a ello, algunos miembros del ala dura del BCE advierten de que a más largo plazo la inflación podría volver a repuntar, especialmente si la Unión Europea impone aranceles en respuesta a los de EEUU que encarecen el precio de las importaciones.

FUENTE: EXPANSION-RIPE

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BCE EEUU guerra arancelaria

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