9 de abril 2025 - 13:30hs

Lo que importa

  • Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, ha rechazado la idea de que las empresas afectadas por los aranceles de EE. UU. no puedan despedir personal si reciben ayudas públicas, alegando que los aranceles podrían volverse una carga estructural.

  • Garamendi afirma que la duración indefinida de los aranceles generaría pérdidas de empleo, aún si las empresas no desean ajustar su plantilla.

  • El presidente de la CEOE critica la falta de claridad sobre el futuro de los aranceles y pide un enfoque común en España para abordar la guerra comercial iniciada por EE. UU.

  • Califica la guerra arancelaria de "terremoto" económico que afecta tanto a Europa como a EE. UU., subrayando que estas medidas no benefician a nadie.

  • Pide la apertura de nuevos mercados y apoya los esfuerzos de Pedro Sánchez en China, aunque advierte que no será la solución total.

Contexto

¿Qué está sucediendo con los aranceles de Estados Unidos?

Desde que el presidente de EE. UU., Donald Trump, implementó una guerra arancelaria contra Europa, particularmente afectando a productos clave de la industria europea, las empresas del continente se han visto en una situación de incertidumbre. Garamendi resalta que, a diferencia de eventos temporales como la pandemia o catástrofes naturales, los aranceles podrían mantenerse de forma indefinida, lo que complica la capacidad de las empresas para planificar a largo plazo.

¿Por qué Garamendi se opone a la propuesta de Yolanda Díaz sobre los despidos?

Garamendi considera que la propuesta de impedir despidos en empresas que reciben ayudas públicas no tiene en cuenta la posible extensión de los aranceles. Si los aranceles se mantienen "de por vida", muchas empresas se verán obligadas a ajustar sus plantillas para poder sobrevivir, ya que no podrán gestionar una caída sostenida de pedidos o de márgenes de beneficio. La falta de claridad sobre el futuro de las tarifas aduaneras no permite a las empresas hacer previsiones realistas.

Más noticias

¿Qué implicaciones tiene la guerra arancelaria para la economía global?

El presidente de la CEOE la describe como un "terremoto" que ha alterado el equilibrio económico global. Este conflicto comercial no solo afecta a Europa, sino que también podría tener consecuencias negativas en EE. UU., donde las políticas arancelarias podrían desencadenar una inflación elevada y frenar inversiones, algo que Garamendi menciona al subrayar que incluso los empresarios estadounidenses no están satisfechos con esta escalada.

¿Cómo responde Garamendi a la situación?

Garamendi hace un llamado a la unidad política en España para que los partidos se pongan de acuerdo y trabajen juntos en la resolución del conflicto arancelario. Además, hace hincapié en la necesidad de que Europa actúe de manera coordinada, ya que las soluciones deben ser globales y no solo nacionales. También apoya la idea de diversificar mercados, reconociendo que la visita de Pedro Sánchez a China es una medida positiva, aunque no suficiente por sí sola para contrarrestar los efectos de la guerra comercial.

Cómo sigue

La guerra arancelaria entre Europa y Estados Unidos parece estar lejos de una resolución pronta. A medida que los aranceles se mantienen o incluso aumentan, las empresas europeas deberán adaptarse a un nuevo entorno económico, que podría incluir recortes de empleo para hacer frente a la caída de la demanda. La falta de claridad sobre la duración de los aranceles genera una gran incertidumbre, lo que hace aún más difícil para las empresas planificar el futuro.

En cuanto a las políticas nacionales, el debate sobre las ayudas públicas y los despidos continuará siendo un tema candente. Garamendi ha dejado claro que las medidas propuestas por Yolanda Díaz deben reconsiderarse a la luz de la naturaleza estructural de los aranceles, ya que impedir ajustes en las plantillas podría poner en riesgo la viabilidad de muchas empresas. En este sentido, la presión sobre el gobierno español aumentará para encontrar un equilibrio que proteja el empleo sin ahogar a las empresas.

A futuro, las miradas estarán puestas en cómo las empresas se adaptan a los nuevos mercados. Aunque la apertura hacia China y otros mercados como el Mercosur son pasos positivos, es evidente que la diversificación es clave para minimizar los efectos de la guerra arancelaria, pero aún queda por ver si estos esfuerzos serán suficientes para contrarrestar el impacto económico global generado por las políticas comerciales de Estados Unidos.

FUENTE: El Observador - Europa Press

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