Las autoridades de la prefectura japonesa de Niigata dieron este lunes el visto bueno político para la reactivación de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, la mayor del mundo por capacidad instalada, casi quince años después del accidente de Fukushima que paralizó el sector nuclear del país.
La asamblea prefectural aprobó una moción de confianza al gobernador Hideyo Hanazumi, respaldando su decisión de autorizar el reinicio del reactor 6 de la planta, operada por Tokyo Electric Power Company (TEPCO), según informó el diario Asahi Shinbun.
Con esta votación se completa el proceso de consentimiento local, un paso clave para la reanudación de operaciones.
“Hemos llegado a esta conclusión tras más de un año y medio de análisis de las opiniones de los residentes de la prefectura”, declaró Hanazumi a medios locales, en declaraciones recogidas por la cadena NHK. El gobernador reconoció que el proceso fue largo, pero defendió la necesidad de un examen exhaustivo.
Se prevé que Hanazumi se reúna este martes con el ministro japonés de Economía, Comercio e Industria, Ryosei Akazawa, para comunicar formalmente la decisión de las autoridades locales. No obstante, la fecha exacta para el reinicio de la central aún no ha sido definida.
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Central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa
Las siete unidades de Kashiwazaki-Kariwa permanecen detenidas desde el desastre nuclear de Fukushima en 2011. Los reactores 6 y 7 superaron las revisiones de seguridad en 2017, aunque posteriormente se ordenó su paralización por deficiencias en las medidas antiterroristas. Recién en diciembre de 2023 el regulador nuclear aprobó las mejoras implementadas por TEPCO.
A pesar de ello, la empresa anunció a comienzos de este año que algunas obras necesarias para la plena reactivación de la central no concluirán antes de 2029.
Si finalmente se produce el encendido, será la primera reactivación de un reactor operado por TEPCO desde Fukushima.
Por su enorme capacidad, Kashiwazaki-Kariwa es considerada una pieza estratégica para el suministro eléctrico japonés y se alinea con la política del gobierno de reforzar la energía nuclear como parte de su plan para reducir las emisiones de carbono.